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—Por lo menos hoy si iremos a ese lugar secreto.—Habló contento Taehyung, siendo jalado por la mano de un callado castañito que intentaba lucir su mejor sonrisa. 

Se habían encontrado en la tarde solo porque Taehyung le insistía en ir, ya que Jungkook se negaba a decirle qué era el lugar a donde lo quería llevar. Además, quería aprovechar sus últimos días en Busan y los últimos días junto al menor. 

Aunque algo dentro de él presentía que se volverían a ver muy pronto. 

Habían vuelto a tomar el recorrido de ayer, pero justo después de pasar el restaurante de los señores Song Jungkook dobló en la esquina, pasando por un callejón algo (muy) oscuro. Taehyung observó el lugar con el ceño fruncido, percibiendo el terrible hedor que precedía de la basura esparcida por todo el sucio piso, que tenía indicios de moho y húmedad. Ahí realmente había de todo; envases de comida, bolsas de distintos tamaños y colores, botellas de plástico y vidrio, algo que parecían ser condones, y cajas amontonadas en varias partes.

—¡¿Eso es un gato!?—Exclamó Taehyung horrorizado, pegándose al lado de Jungkook. 

Ambos pararon de caminar y frente a sus pies se encontraba algo que parecía ser un gato muerto. Olía horrible, así que Jungkook también supuso que lo era. 

—Pobre.—Fue lo único que dijo el castaño y tomó del antebrazo a Taehyung para seguir avanzando. Llegaron hasta el final del callejón y salieron por una calle que parecía abandona. 

Taehyung (aunque no lo demostraba) estaba realmente asustado ahora. 

¿Hacía dónde se suponía que iban? 

—Koo, estás muy callado, ¿lo sabías?—Habló con voz calmada. Por el hecho de que el castaño había hablado tan solo un par de veces no pudo pensar en otra cosa que: ¡Por Dios! ¡Me va a matar! ¡Realmente me va a matar! ¡¿Qué es esto!? ¡Soy muy joven para morir!

—Ah, sí...Lo siento, Tae. Estaba pensando. 

Y rió. O bueno, eso intentó. Taehyung presionó sus labios formando así una línea, algo apenado al observar la carita de Jungkook. Con sus ojitos brillosos y sus labios rosaditos, las mejillas ruborizadas a causa del imponente sol y algunas gotas de sudor escurriendo por su naricita debido al cansancio. 

¿Cómo es que pudo pensar que lo iba a matar? ¡Taehyung, que tonto eres! Solo míralo, es un amor.

Al cabo de diez minutos más habían llegado a un lugar que, si Taehyung hubiera pasado por ahí solo, se hubiera orinado en los pantalones. 

¡Da un miedo cabrón! Definitivamente este tipo me va a descuartizar. 

—Eres la primera persona que traigo acá.—Habló Jungkook, volteando a ver al ya no pelirrojo, y le sonrió mostrando sus perfectos dientes blancos. Taehyung no pudo evitar sonreír también, a pesar del miedo que le provocaba ese espeluznante hospital.

—¿Enserio? Eso me halaga...—Observó la entrada, moviendo su pierna derecha inquietamente. Jungkook se veía familiarizado con todo esto y no podía entender porqué. ¿A quién le gustaría venir a un lugar así? 

Era un imponente hospital, de color verde opaco. Tenía algunas de sus ventanas rotas, al igual que la puerta de entrada. Era enorme, realmente enorme, contaba con tres pisos, y en el último había una especie de terraza. El edificio parecía estar abandonado desde hacía mucho tiempo ya, estaba en una zona donde no pasaba ni un alma (literal), y en las paredes había capas de moho y suciedad. 

Y Taehyung no podía parar de pensar, ¿cómo es que a Jungkook viene para acá? 

—Bueno, quizás pienses que soy un loco ahora.

—No, no, para nada. 

Loquísimo. 

—¿Enserio?

—¡Claro! 

Saldré corriendo

—¿No te da miedo?

—¡Para nada!

A la cuenta de 1, 2...

Jungkook sonrió en grande y tomó la mano del mayor, arrastrándolo hacía el edificio. Jungkook estaba normal, pero Taehyung...bueno, parecía que en cualquier momento se desmayaría. 

El edificio por dentro no resulto ser tan malo en realidad, todo parecía estar ordenado y en su lugar. Subieron todas las escaleras que llevaban a la terraza, y Taehyung frunció su ceño al ver una tienda de acampar.

—Es mía.—Explicó Jungkook.

Taehyung respiró hondo, observando como Jungkook se acercaba a ella y la abría, dejando ver un lugar muy cómodo, a decir verdad, habían algunas cobijas y algo que parecían almohadas. 

Pero Taehyung seguía sin entender, ¿qué hace el castaño aquí?

El mayor se acercó y entró en la tienda, sentándose dentro de está y quitándose los zapatos por orden del castaño, quién se encontraba sentado a su lado, con la mochila que llevaba sobre su espalda desde que salieron ahora sobre sus piernas. La abrió y de ahí sacó varios envases con lo que parecía ser sándwiches, también saco dos gaseosas y un paquete de gomitas. 

—¿No te da miedo?—Preguntó Taehyung, dándole un mordisco al sándwich que le había ofrecido su nene. 

—La verdad no. 

Ambos se vieron y Jungkook sonrió, comiendo de las gomitas.

—¿Desde cuando vienes? 

Jungkook pareció pensarlo. Relamió sus labios y juntó su pulgar y su índice, frotándolos entre sí para deshacerse de la azúcar que había quedado entre estos luego de haber agarrado las gomitas. 

—Desde hace tres años o cuatro años.

Taehyung asintió, haciéndose el que comprendía la situación. Aunque en realidad seguía confundido. 

—¿Y por qué has comenzando a venir? 

Jungkook miró de manera acusadora a Taehyung. 

¡Hacía demasiadas preguntas!

—Solo quería liberarme.

Taehyung terminó de comerse su sándwich, y algunos segundos después, soltó un gran eructo. Jungkook creyó que hasta el cielo había retumbado. 

—¡Cochino! ¡Marrano! ¡Eso no se hace! ¡Asqueroso! ¡Inmundo!

Taehyung se echó a reír, divertido por todo lo que le había comenzando a gritar el menor.

—Ay, ya, ya. Solo fue un eructo chiquito.

—¡Eso no fue chiquito!

Antes de que siguiera reclamándole, Taehyung se echó sobre él, haciendo que cayera hacía atrás. Besó sus labios repetidas veces, dando besos fugaces sobre sus labios, los cuáles chasqueaban de manera hipnotizadora. Jungkook esbozó una pequeña sonrisa durante esto, sintiéndose inexplicablemente contento.

Taehyung se separó de su rostro luego de dejar besos sobre sus mejillas y frentes para pasar a su cuello, esparciendo castos besos por todo esté, bajando hasta sus clavículas. 

Se separó del menor y alzó su camisa, dispuesto a dejar besos por todo su pecho y abdomen, pero Jungkook reaccionó rápidamente y tomó su camisa, bajándola. Aunque ya era tarde, Taehyung había visto el gran moretón que tenía en uno de sus costados. 

Mordió su labio inferior y vio los ojos avellanas de Jungkook, los cuáles lo veía fijamente, esperando que dijera algo. 

—¿Cómo te hiciste eso?—Preguntó preocupado.

—Me lastimé...—Explicó Jungkook, en voz baja.—Estaba cargando cosas en mi casa, y me di con algo ahí...No es nada.

Taehyung arrugó su nariz, y tomó la camisa de Jungkook, subiéndola de a poco para poder ver aquél moretón. Estaba morado y era algo grande. ¿Con qué es que se pudo lastimar así?


tomen agua, coman sano y
 atropellen pedófilos:3

Nudes | VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora