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—¿Has venido para acá antes? —preguntó Taehyung, observando los juegos a su alrededor. Una intimidante montaña rusa se encontraba frente a ellos (realmente era inmensa, Taehyung nunca había visto una igual), pequeños locales de comida se encontraban esparcidos por todo el parque, al igual que los distintos juegos. 

—Realmente no. —Jungkook rió y observó el brazalete color verde fosforescente que adornaba su muñeca derecha, que indicaba que podría pasar a todos los juegos.—Busqué lugares a los cuales llevarte de paseo. 

— Awww, ¡ves como si eres un amor!. - Taehyung esbozó una gran sonrisa, mostrando sus perfectos dientes y esa forma cuadrada tan característica de él.— ¿Y cómo es que no habías venido? 

El castaño ladeó su cabeza, dirigiendo su vista hacía el mayor. Como si estuviera pensando su respuesta. 

—No he podido. —No mostraba expresión en su rostro. Y Taehyung mordisqueó su labio inferior, observando, como de alguna manera, aquella pregunta le había afectado al menor. Y lo podía notar en sus ojos que usualmente están brillosos. Aquél brillo había desaparecido mientras se lo parecía pensar. Más sin embargo, decidió no prestarle atención a aquello.

Quizás solo era su tonta imaginación. 

—No tengo tiempo para eso, ¿sabes?—Volvió a hablar el castaño, comenzando a caminar hacia un carrito de color rosa con líneas azules horizontales,  que tenía como adorno algunos globos de igual colores.—Soy un chico realmente ocupado. 

Taehyung soltó una pequeña risa mientras trataba de seguirle el paso a Jungkook. 

—¿Compraremos algodón de azúcar?

—Sip.—Afirmó el menor, colocándose en la fila de no más de once personas. 

—Nunca he probado uno.—Admitió el pelirrojo, sintiéndose avergonzando cuando Jungkook lo miró raro, cambiando rápidamente a una cara de sorpresa. 

El castaño tomó sus brazos y los sacudió, con evidente sorpresa en el rostro. 

—¡¿Cómo es que nunca has probado uno!? ¿Dónde vives tú, pues? ¿En la roca de patricio estrella? ¡Eso es imposible!—Dejó caer sus brazos a los costados de su cuerpo mientras el mayor lo veía divertido. 

—Soy un chico ocupado, ¿sabes?—Repitió las palabras que había dicho el contrario y ambos rieron. De pronto, Jungkook sintió unos suaves labios hacer presión contra los suyos. Fue un corto beso, uno rápido y fugaz.  

Jungkook apretó sus labios formando una línea mientras que su mirada estaba puesta en el mayor. Ahora miles de preguntas pasaban por su mente. 

¿Qué se supone que eran? Hace tan solo dos días eran completos desconocidos. 

¡Por Dios! ¡Esto está mal! ¡Si él se llega a enterar!  No, no. No se va a enterar porque nadie le dirá. ¡Exacto!

Ay Jungkook, eres un imbécil. ¡Que imbécil eres! ¡Tuviste sexo con un desconocido y ahora estás con él en un parque de diversiones! Dios mío, ¿qué haré con mi vida ahora mismo? Dios, me van a matar. ¡Tienes que desaparecerte ya!

—Koo...Conejito...¡Jungkook!—Exclamó Taehyung, dándole un leve golpecito en el brazo al más bajo. 

Tenía una expresión...¿rara?, mientras parecía pensar. Fruncía su ceño y luego negaba con la cabeza, como si estuviera hablando con él mismo. Llevaba más de cinco minutos así, y ya era su turno de comprar el algodón.

—Disculpa, entré en crisis.—Dijo y soltó un intento de risa. Aunque era muy falsa, y Taehyung lo notó. 

Y se sintió mal. Creyó que fue por su culpa. 

—Por favor, dos algodones.—Pidió al señor del carrito, y ambos observaron como le daba vueltas al pequeño palito de plástico, comenzando a formar una gran nube de azúcar. 

Taehyung estaba fascinado con aquello. A pesar de que nunca lo había probado, se veía realmente delicioso y esponjoso. 

Después de recibir sus algodones, pagaron y se alejaron de ahí. Se sentaron en una pequeña banca, ya que no podían pasar a los juegos con comida, y ahí se mantuvieron, hablando por un buen rato mientras que Jungkook hacía muecas raras y Taehyung se reía de él. 

—¿Y? ¿Qué te pareció?—Preguntó Jungkook cuando terminaron sus algodones. Estaban caminando hacía los carritos chocones. 

—¡Una delicia! Siento que me dará un dolor de barriga está noche. 

Ambos rieron y llegaron hasta los carritos. El juego estaba casi vacío. Estaban ellos dos y dos muchachos más, uno delgado y de piel blanca y otro bajito y de cabello color rosado chillón. Taehyung al verlo se volteó hacía el menor, recordando algo. 

—¿Tú no tenías el cabello rosado?

—Ah, sí...—Y de nuevo esa expresión neutral. Se mantuvo en silencio por un rato (que Taehyung creyó eterno) y volvió a hablar.—Sí, pero nada más por una semana. Me lo tuve que teñir de castaño otra vez por...asuntos de trabajo. 

No sonaba muy convencido, pero Taehyung decidió no decir más nada.

Después de todo, ese no era su problema.

Se dirigieron en silencio hacía los carritos que les correspondían, y Jungkook sonrió contento con aquél juego. Era básico pero divertido, y eso le encantaba. 

Las risas de ambos resonaban por todo el lugar. Jungkook se acercaba rápidamente hacía el carrito color verde de Taehyung, con intenciones de chocarlo, pero Taehyung lo esquivaba agilmente, terminando, de igual manera, chocando segundos después. 

—¡Eres un tramposo!—Gritaba Taehyung luego de que sus carritos chocaran. 

—¡Tú eres un tramposo!

Taehyung le mostró la lengua en manera de burla. 

—¡Tramposo e irrespetuoso!—Gritó Jungkook, chocando nuevamente el carrito del pelirrojo. 

—¡Irrespetuoso los huevos míos!

Jungkook abrió ligeramente la boca, mostrando una ''O'', y chocó nuevamente contra el contrario. 

—¡Lávate esa boca con jabón, esto es un lugar para niños! 

—¡Chúpame la verga! 

—¡Taehyung! 

Ambos salieron de los carritos chocones diez minutos después, cuando se les había acabado su tiempo. Fueron hacía las tacitas giratorias, hacía la casa del terror y hacía un juego llamado ''el mazo'', que nunca en su vida había escuchado hablar de él. Salían de todos los juegos risueños, con grandes sonrisas. 

A pesar de haberse conocido hace poco tiempo, Jungkook sentía que podía contar con Taehyung.

Y Taehyung sentía que podía confiar en Jungkook. 

Y eso es sumamente raro. No sucede todo el tiempo. No por lo menos en esa situación. 

—¡Vamos a la montaña rusa!—Exclamó Taehyung, tomando la mano de Jungkook y comenzando a correr con él detrás, mientras mantenía una sonrisa en el rostro. 

—¡Espera, me harás caer!—Dicho y hecho. Jungkook se tropezó con sus torpes pies y cayó hacía delante en el asfalto, llamando la atención de todas las personas que pasaban por ahí a causa del impacto de la caída. Las mejillas de Jungkook enrojecieron de vergüenza, dándose cuenta que todo el mundo lo miraba. 

Vio de reojo al mayor con mala cara y se levantó con pesadez del suelo, tratando de hacerse el loco. Como si esa caída no hubiera ocurrido. 

—Eres un maldito.—Farfulló al lado de Taehyung, comenzando a caminar hacía la montaña.

;u; tomen agua,
atropellen pedófilos y
no se duerman tarde bebitxs<3 

Nudes | VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora