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Jungkook caminaba al lado de Taehyung. Ambos iban por la cera, ya era de noche y las estrellas relucían hermosamente en el oscuro cielo. 

Jungkook cubría su nariz con la bufanda que traía puesta. Estaban en la época del año donde hacía más frío, y Jungkook parecía tener  tres kilos de ropa encima. O eso pensaba Taehyung cuando se lo dijo. Jungkook solo se rió y le respondió ''tú deberías ponerte más ropa'', y luego de eso, decidieron salir a dar una caminata.

—¿Te gustaría ir a la playa?— Soltó de repente Taehyung, cuando observó de lejos como el mar azotaba contra la orilla. 

—¿Estás loco? —Respondió Jungkook toscamente.— Moriríamos de frío allí. 

Taehyung lo pensó y ladeó su cabeza, observando fijamente el rostro del menor por un corto período de tiempo; realmente seguía embobado con toda la belleza que poseía Jungkook. 

—Bueno, por lo menos podríamos dar una vuelta y sentarnos en la arena un rato, ¿no crees? —Sugirió el pelirrojo. En su mente tenía una bonita escena de película de amor montada; él y Jungkook en la playa, tomados de la mano y observando las bonitas estrellas del cielo. O bueno...Jungkook observando las estrellas y Taehyung observándolo a él. Aunque claro, no todo es como uno lo planea. 

—Bueno, quizás podríamos ir...

Y antes de que el de cabellos azabaches terminará de hablar exclamó un ''¡genial!'' para después tomar una de las manos del menor y correr hasta la entrada hacía el mar. 

Y ahora se encontraban ahí, caminando por la orilla con los zapatos en las manos para no tener que mojarlos o ensuciarlos. Jungkook traía unos pantalones negros que subió un poco por si las olas llegaban hasta sus pies. En la parte de arriba traía una camisa delgada, arriba de eso, una camiseta negra sencilla, y arriba de eso, una campera algo grande. Y pues sí, era raro ir a la playa vestido así, pero realmente hacía frío durante esos días y Jungkook no correría el riesgo de enfermarse de algo. 

Taehyung en cambio iba relajado, con sus jeans desgastados y rasgados que llegaban más arriba de los tobillos. En la parte de arriba tan solo tenía una camisa delgada y encima de eso una sudadera roja, y en sus manos sus valiosos zapatos blancos que no permitiría que se ensuciaran. Bueno, esa razón es porque fueron los únicos que empacó y tenía flojera de limpiarlos después.

— ¿Cómo es tú mamá? —Preguntó Jungkook a Taehyung, formando una pequeña sonrisa en sus labios. Habían estado hablando de muchas cosas, muchas anécdotas y muchos recuerdos. Eran alrededor de las nueve ya, y ambos se tumbaron en la arena, sin importar si la ropa terminaba llena de arena. 

Se sentían, realmente, unidos con el otro. Aunque suene loco, pero así era. Como si se conocieran de siempre. Taehyung se sentía a gusto al lado de Jungkook y viceversa. Eran una conexión inexplicable, pero así era. Se sentían cómodos y seguros, y eso lo hacía bonito. Jungkook había perdido todo rastro de timidez, y Taehyung se mostraba más como a sí mismo. 

Es una de esas conexiones que tienes solo una vez en la vida. 

—Bueno...mi mamá es...—Taehyung entrecerró sus ojos, sentado sobre la arena, y tiró su cabeza hacía atrás, observando las constelaciones en el cielo, el azabache lo miraba con una sonrisa.— bueno, ella es hermosa. Tiene un sentido del humor bien cabrón...como el mío, sí. A todo le encuentra un lado positivo. ¡Y hace una lasaña riquísima!, algún día deberías probarla. 

Taehyung volteó a ver al menor con una gran sonrisa cuadrada y sus ojitos brillaban. Claramente hablar sobre su madre lo hacía muy feliz.

La debe de querer mucho...

Nudes | VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora