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Los pasos de Jungkook eran lentos ya que tenía miedo de llamar la atención de Mark. 

Las piernas le dolían al igual que los brazos y el resto de su cuerpo. No era una experiencia para nada agradable ser tocado por personas que él no conocía y que además le pagaban a Mark por ello. Él sabía lo que era, un simple juguete, era algo que sólo servía para entregar placer y lo cierto es que no sabía hacer nada más. Se sentía mal, esto no era algo que él se hubiera imaginado hacer cuando tenía catorce años, no se imaginó nunca, ni en un millón de años, que terminaría siendo un objeto de unos poderosos hombres. 

Él solía pensar, ¿por qué?, ¿por qué a mí? ¿qué culpa tuve yo?, pero él sabía que jamás tuvo la culpa de nada. Todo fue por su ambiciosa madre.

Era muy frustrante todo aquello. Él solo quería ser libre, quería hacer las cosas que hace un chico normal, pero en lugar de aquello solo le tocaba ser sumiso y callar.

En esos momentos solo pensaba que la muerte sería una opción segura. Había tenido la mente para soportar todo aquello siendo apenas un adolescente, fue fuerte a pesar de que pasaba por el mismísimo infierno, pero él no podía soportar eso toda su vida. Él se rehusaba completamente a pasar toda una vida siendo usado y desechado a la manera que otros quisieran. ¿Por qué no solo morir? Provocar a Mark para que de una vez por todas se deshiciera de él como debía ser, o provocar a uno de sus cómplices. También existía la opción de suicidarse pero creía ser muy cobarde como para atentar contra sí mismo. 

Aunque la verdad era una; él no hacía nada de eso por Jimin. 

Era algo estúpido, pero existía esa pequeña creencia en lo más profundo de su ser que le decía que no debía morir aún. Que Jimin no habría querido eso, que habría querido que soportará un poco más. 

Jungkook llegó hasta la cocina y abrió el refrigerador, tomó uno de los vasos de plásticos que eran para él y lo llenó con un poco de agua, tomando poco a poco todo el contenido. 

Su cuerpo se tensó cuando oyó la escandalosa voz de Mark proviniendo de la sala de estar, así que rápidamente dejó el vaso dentro de la nevera, dispuesto a volver y encerrarse en su habitación, pero el morocho dijo algo que llamó su atención.

—Sí, se llama Jeon Jungkook. Su familia lo vendió hace mucho, no tiene amigos ni nada parecido. Será muy fácil llevarlo hasta allí.—Jungkook abrió sus labios, incrédulo por lo que oía. ¿A dónde pensaban llevarlo?—Ah, no te preocupes por eso. Es precioso y tiene bien cuerpo, no creo que los franceses sean tan imbéciles como para desperdiciar una oportunidad con él. 

Los ojos avellanados del castaño se abrieron con sorpresa. ¿Franceses? ¿Lo iban a trasladar a Francia?

—La semana que viene estará bien...sí, lo prepararé para entonces. Es un placer hacer negocios con usted. 

El apartamento quedó en silencio. Jungkook soltó todo el aire que retenía en sus pulmones. Él no podía irse a Francia, las pocas probabilidades que tenía para encontrarse con Jimin y escapar de Mark serían el doble de pocas en ese lugar, no existirían. 

Miró con preocupación todo lo que se encontraba en la cocina, parando en los cuchillos. ¿Debería matarlo? ¿Sería algo de lo que podría librarse así? Si lo mataba era seguro que podía escapar en ese momento, pero luego podía ser perseguido por sus colegas, su destino era el mismo.

Quizás no tenía que pensar tanto y matarlo. Total le daría tiempo para irse de allí y buscar dónde esconderse.

Caminó hasta dónde se encontraban los cuchillos, pero no pudo tener si quiera la oportunidad de tomar uno ya que la voz de Mark lo sorprendió, haciendo que se sobresaltará. 

—Aquí estás, cariño.—Sonrió de manera alegre y se acercó hasta Jungkook, tomándolo de la mano para después alejarlo de la cocina, llevándolo hasta la sala. 

—¿Q-qué pasa?—Murmuró con la mirada perdida en el agarre que el más grande tenía sobre él. 

Mark soltó el brazo de Jungkook y llevó su índice hasta el mentón de este para alzar así su rostro. El castaño lo miró con ojos que gritaban todo el repudio y asco que le tenía, pero Mark solo siguió manteniendo su impecable sonrisa. 

—Voy a salir por negocios, pero necesito un favor tuyo.—Dijo mientras batía las hebras del menor con su mano. 

—¿Qué?

—Limpia la casa. Tiene que estar impecable para mañana.—Jungkook apretó sus labios, formando una línea. En cambio, Mark se alejó de él hasta llegar a la puerta de entrada y abrirla.—Vendrán tus nuevos dueños, a conocerte, es mejor que te portes bien, chiquito. 

Y cerró la puerta detrás de él. 

No entendía nada de lo que pasaba. Trataba de poner sus sentimientos en orden. Tendría nuevos dueños, lo llevarían a Francia. Su vida se terminaría de arruinar.

Jungkook suspiró con pesadez y se percató de algo; Mark no había cerrado con llave. 

Sus ojos se iluminaron y rápidamente corrió hasta su habitación para tomar una mochila y meter toda la ropa que cupiera allí. Se puso unos zapatos y un suéter encima de su camisa para después guindarse la mochila en los hombros y salir de allí. Fue hasta la cocina, tomó algo de pan y lo metió en una bolsa al igual que dos botellas de agua. 

Su mente se nubló. No sabía lo que haría después de salir de allí, solo tenía claro que tenía que irse y esconderse por ahora. Tenía que huir de Mark, de Francia y de todo lo que le hacía mal. Se estaba arriesgando demasiado al hacer eso, pero quizás valdría la pena hacerlo y podría salir victorioso. 

Sus pies se movieron lo más rápido que pudo y salió del apartamento, dispuesto a jamás volver a poner un pie en el. 



fEliz naVIdAAAAd xd jkdsjs aún no es 24, pero es adelantado puesxd.

 estoy pensando en hacer un maratón de tres capítulos seguidos para el día 25, para cElEBrAr LA nAVIDaaaD, así que es probable que lo haga kds

muchas gracias x todo, recuerden tomar agua, comer sano y atropellar pedófilos <3

Nudes | VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora