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—¡Es que no tiene sentido!— El chillido del moreno se escuchó por toda la habitación mientras que recogía con furia su camiseta del suelo y se la ponía rápidamente. Abrochó su pantalón y volteó a ver al más pequeño, que seguía en la cama cabizbajo, con la mirada perdida en la nada y con pequeñas lágrimas cayendo por sus sonrosadas mejillas.—No entiendo ni logro comprender, Jungkook. ¿Por qué no ser honesto desde el principio, ah? ¿Por qué no habérmelo dicho? ¿Por qué tener que esperar hasta ahora? Me hubiera ahorrado todo un maldito viaje y pagar un alquiler de mierda en está ciudad solo para venir a verte. Quizás el dinero lo hubiera usado en algo más útil y mucho mejor que en venir a ver un mentiroso como tú.

Jungkook hipó y pasó con brusquedad su antebrazo por sus ojos, tratando de borrar todas las lágrimas que brotaban de allí. 

—Tú no entiendes, Ta...

—Claro que entiendo.—Lo cortó de prisa Taehyung, tomó la nueva chaqueta que había comprando durante esos días y se la puso. Dirigió su mirada al de cabellos azabaches, quién levantó un poco la cabeza, y sus ojos conectaron durante diminutos segundos.— Entiendo que eres un gran mentiroso.

Jungkook no entendía porqué todas las cosas que le había dicho aquél muchacho le dolían y pegaban justo en la parte más sensible de él. Él sabía que le debería dar igual, después de todo, era una persona que no vería más nunca. Pero todas esas oraciones que él mayor había soltado con furia y repulsión le dolía. Taehyung ni siquiera lo había dejado terminar de hablar cuando trató de explicarle lo que sucedía, y tampoco esperaba que lo hiciera. Sabía que a pesar de todo, lo que hizo estuvo mal. Y fue un estúpido, estúpido al creer que aquél muchacho de buen corazón no se enojaría con él y en lugar de eso, lo ayudaría. Pero las cosas no siempre son de la manera en la que él lo imagina y eso está bien, ya estaba acostumbrado.

Taehyung se puso su bolso de cuero negro sobre los ojos y agarró su maleta, saliendo del lugar que alquilaba sin siquiera despedirse o voltear a ver a Jungkook una vez más. Solo salió de allí, sintiéndose idiota, idiota por ser tan dulce y por haberle insistido tanto a una persona que solo jugaba con él. Pero más idiota porque sabía que algo así jamás iba a funcionar, conocer a personas por internet es algo que jamás funciona, y ya lo tenía en claro. 

Era un idiota, un idiota por todas las cosas que había hecho y por ir hasta Busan nada más para verlo. Un idiota por creer que Jungkook también podría haber estado sintiendo algo por él. 

UNA HORA ANTES

—Tae...espera.—Los labios del moreno succionaban cada espacio en blanco del blanquecino torso de Jungkook. Fingía que era un lienzo y que él era quién se encargaría de pintar en el. 

Una de las grandes manos de Taehyung se coló por el pantalón holgado del menor y dedicó pequeñas caricias al miembro de este. Subió hasta sus labios y los juntó con rapidez, en un beso fogoso y lleno de pasión. Jungkook ya se sentía demasiado caliente, y era inevitable cuando hablábamos de Taehyung, pero no podía dejar que nada pasará en ese momento, tenía que hablar con él.

—Mhm, Tskeyiun, pera.—Trató de hablar entre aquél beso, provocándole una pequeña risa al nombrado, quién se separó un poco pero para deshacerse de su camiseta. Jungkook observó bonito abdomen y quería pegarse un tiro. Taehyung era muy guapo y demasiado caliente y él era solo un estúpido. 

Taehyung trató de besarlo nuevamente pero el menor lo esquivo, haciendo que formará así un pequeño puchero a la par que fruncía su entrecejo.

—¿Por quéeee?—Se quejó dejando caer su cabeza sobre el pecho de Jungkook.

Nudes | VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora