Cambio de juego

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(POV KUROKO)

Las palabras de Akashi flotaron sobre nosotros, ofreciéndonos la oportunidad de divagar entre las distintas razones que lo harían dejar Japón. Incontables preguntas aparecían en las expresiones de cada uno, sin que alguna fuera expresada en voz alta pues mi móvil empezó a vibrar sobre la mesa, quebrando el ambiente que nos envolvía.

Rogué para mis adentros porque fuera una llamada de mis padres, algún familiar o un número equivocado, aún a sabiendas de que él único capaz de llamarme a esta hora era Haruo.

—Al parecer, tendremos que dejar para otro momento las explicaciones —Akashi corroboró mis inquietudes, sosteniendo el teléfono entre sus manos—. Tetsuya, voy a necesitar tu ayuda.

El tono amable de su voz contrastaba con la mirada calculadora con la que observaba la pantalla. Tardé un momento en ponerme en pie, abandonando mi lugar junto al moreno, para ubicarme al lado del pelirrojo.

—¿Qué tengo que hacer, Akashi kun?

Podía sentir las miradas de todos en cada uno de mis movimientos, mientras el móvil vibraba como si de un animal enojado se tratara, no dudaba que encontraría algo similar al otro lado de la llamada.

—Necesito que lo saludes —explicó, apartando sus ojos de la pantalla, justo a tiempo para encontrarse con mi confusa mirada. Sonrió de forma tranquilizadora antes de continuar—. Basta con que sean un par de palabras o una simple oración que compruebe que estás conmigo, yo me encargaré del resto.

Tanto Aomine como Akio se removieron inquietos, luchando por mantenerse sentados mientras el mayor pedía alguna señal de mi parte. Bastaba con que retrocediera o diera alguna pista de querer negarme y él se acercaría ayudarme. Una parte de mí acarició la posibilidad, alejándola casi con la misma velocidad antes de que me endulzara demasiado.

—Está bien —acepté, bajo la mirada de los dos integrantes de mi nueva familia.

Akashi sonrió en señal de conformidad, invitándome con su mano acercarme un poco más antes de aceptar la llamada con el altavoz activado. Aguardamos por una fracción de segundo en la que todos guardaron silencio, hasta que la voz de Haruo resonó en la sala.

Tetsuya —pronunció mi nombre con lentitud, acariciando cada sílaba con su voz.

Un escalofrío recorrió mi espalda, sacudiendo mi resolución. Me obligué a tranquilizarme, tragando saliva para recuperar la voz que por un momento parecía haberme abandonado.

—Haruo kun —la voz me salía ahogada, casi aguda pero igualmente obtuve una suave risa de respuesta.

Odié la rapidez con la que mi mente dibujó la figura del rubio. Sus ojos verdes reluciendo divertidos, echando la cabeza hacia atrás mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro; entretenido y expectante.

Me tienes preocupado, Tetsuya —ronroneaba cada palabra y Aomine se puso en pie, molesto con la situación. Aparté la vista incapaz de escuchar a uno y observar al otro—. ¿No crees que es hora de volver a mi lado?

Cerré las manos hasta convertirlas en un par de puños, incapaz de responder. Quería negarme, gritar con todas mis fuerzas que eso jamás sucedería, pero era algo que no llegaría hacer mientras él tuviera sus cadenas sobre mí.

—Me parece que eso no va a ser posible, Reid —la voz de Akashi llegó como un salvavidas, reclamando el control de la situación.

Antes de que me diera cuenta, el peliazul se había posicionado a mi espalda justo cuando retrocedía en busca de un lugar donde apoyarme. Sus manos apresaron mis hombros con suavidad, deslizando los pulgares de arriba hacia abajo, brindándome una de esas caricias con las que lograba tranquilizarme.

Shadow (Aokuro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora