IX

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Jimin se movía junto a los demás alfas, buscaba junto con ellos en cada rincón, trataba de actuar lo más in-sospechoso que podía. Realmente temía lo que fuese a pasarle si lo llegaban a descubrir. Porque no podía confiarse en la buena vibra que el capitán Jeon le transmitía, no se podía confiar en nadie, mucho menos estando en un barco lleno de alfas. Mientras buscaba agarraba un poco de basura y se la metía en los bolsillos para que su aroma vuelva a perderse.

Mientras el omega buscaba en cada rincón, fingiendo; hizo un gran descubrimiento, encontró una cubeta llena de tripas de pescado, olía bastante mal pero eso le ayudaría bastante, era lo que necesitaba. Así que tomó una gran bocanada de aire y miró por encima de su hombro, esperando que nadie le viese, cuando creyó estar seguro metió sus manos en la cubeta.

Si alguien hace mucho tiempo le dijera que haría tal cosa, no se lo creería, pero si le dijera todos los motivos de su accionar; si se lo creería. Ya que siempre había renegado de la jaula en la que vivía, envidiando a las olas del mar que transcurrían libremente.

Así que metiendo sus manos en una cubeta llena de tripas encontró su llave para seguir en aquel barco y escapar a un puerto lejano, para empezar de nuevo.

-¡Hey, tú! ¿Qué es lo qué haces?-Escucho el grito de uno de los piratas dirigido hacia él.

El alma se le salió del cuerpo, tratando de formular alguna respuesta cuerda dentro de su cabeza lo más rápido que pudiese, pero sintió el agarre fuerte de aquel alfa sobre sus muñecas. Y se congeló en su lugar por el miedo que recorrió por su columna.

-¿Qué es lo qué haces? ¿Por qué tienes las manos empapadas en tripas?-Dijo en un gruñido, empinando la nariz.

-Y-yo...-No pudo siquiera terminar la frase pues fue callado inmediatamente.

-¿Tratas de ocultar tu olor?-Susurro. Empinando más la nariz oliendo detrás de su cuello, justo en la nuca.

Jimin se retiró del agarre del alfa, tirando la cubeta de tripas de pescado; provocando un gran ruido, pues la cubeta era de metal, logrando que las demás personas posaran su atención en él. Jimin estaba asustado, se sentía como un pequeño ratón atrapado por las garras de muchos gato, indefenso ante todos.

-¡Lo encontré, trataba de ocultar su olor!-Gritó el alfa una vez más tomando de la muñeca a un muy asustado Jimin.

Los demás piratas pararon con su búsqueda y rieron por el pobre omega, realmente pobre.

No les sorprendió mucho aquel descubrimiento, Jimin era más pequeño que ellos; de todas las formas. Siempre pasaba desapercibido siendo notado demasiado por eso. Escondido en aquel enorme sombrero sin mirar a nadie a los ojos, realmente lucía sospechoso.

Reían por el posible castigo, saltar por la borda, dejarlo en alguna isla solo. Muchas salidas que se veían liberadoras para Jimin.

Porque prefería naufragar que regresar.

Algo terco.

Algo decidido.

Fuerte; de cierta forma.

El alfa que lo había encontrado lo tomó fuertemente de las muñecas, jalándolo a su lado como si fuese un gran trofeo; un gran tesoro dentro del barco. Sería el logro que se jactaría durante muchos días. Lo llevaron casi arrastrándolo hasta la cubierta, sus pies se sentían tan pegados que parecían llevar cadenas; aún las cadenas se sentían, al parecer.

El capitán estaba en medio de la cubierta, con los brazos detrás de su espalda y la mirada firme, sin expresión sobre su rostro bronceado. Tratando de mirar los ojos del omega, buscando sus ojos entre los mechones y el sombrero.

Calypso ՞๑ kookmin; omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora