XXV

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No había sentido esta clase de desesperación en toda su vida, jamás había sentido el como agua salada se colaba a sus pulmones impidiendo la respiración. Matándolo poco a poco.

Se sentía vagando en el ancho mar, dejándose hundir entre la marea y las rocas, golpeando sus brazos atados con estas, mirando al cielo; tratando de salir a la superficie. Pero no podía flotar si tenía los brazos atados a su cuerpo.

No se había sentido tan aterrado como se sentía ahora en mucho tiempo, es más, jamás se había sentido aterrado; ni cuando de niño jugaba a las escondidas en el establo. Y es que ahora se encontraba al borde de un risco porque no sabía lo que le pasaría, no sabría su destino ahora que era prisionero de un pirata. Tampoco sabía lo que llegaría a pasarle en cuanto llegue al castillo, en cuando llegue a las manos de Namjoon.

La incertidumbre era su verdugo. Colocando el filo de la guillotina sobre su garganta, muy afilada, comenzando a desgarrar la piel cercana.

Al parecer, siempre sería una paloma prisionera, una paloma a la que le romperían las alas de un piedrazo y la encerrarían entre rejas bastante finas, siendo el adorno de un poderoso alfa. Después de todo, ese era su destino desde un principio, ser el muñeco de exhibición de alguien con más dinero y poder que su familia.

Solo tenía que darse por vencido, ceder. Porque estaba muy lejos de la superficie.

Pero.

Repentinamente recordó los momentos más libres que tuvo en su corta vida, sintiendo el viento marino en sus mejillas, sintiendo como el agua salada chocaba contra sus pómulos, en la felicidad que experimento estando dentro de la Escarlata, junto a su gran amigo Taehyung, junto a...su capitán Jeon. Quienes le demostraron que él podía hacer mucho, ser suficiente para cualquier cosa, ser más fuerte que todos los que estaban fuera de su cautivo.

Con la fuerza de sus piernas se levantó del piso, tratando de buscar algo en aquella habitación que le ayude a quitarse las sogas de sus manos y la tela de su boca. Vio por la ventana que aún estaban en el puerto, por lo que tenía que ser rápido en encontrar algo que lo liberase, así podría escapar una vez más.

Pero era cuestión de tiempo para que zarparan, el ancla estaba siendo quitado y las velas eran extendidas, esperando para seguir la ruta trazada al cautiverio del prófugo omega.

Muy cerca de la nueva prisión de Jimin, la Escarlata comenzaba a desembarcar, el propósito de su visita; encontrar al omega rubio que dejaron en el mismo puerto.

Jungkook fue el primero en salir, casi corriendo del barco mientras era seguido por Taehyung, solo caminaba rápido para así encontrarse con Jimin, en realidad no tenía un plan con el cual contar. Grato que tenía a Taehyung para que le ayudara con aquella dificultosa misión.

—Espera, que corriendo no encontrarás nada de Jimin.

—Tal vez nos lo podamos topar.

—Esa sería tener mucha suerte. Cosa que tu no tienes. Mejor, hay que comenzar a preguntar a las personas.

—¿Y tú crees que nos dirán algo?

—¿Negarle información al temido Jeon Jungkook? —Rio. —Claro que dirán lo que queramos.

Jungkook asintió, siguiendo a su amigo mientras este comenzaba a preguntar entre las vendedoras de pescado y fruta, ninguna de estas pudo darle una respuesta. Al parecer Jimin era bastante cuidadoso con hacerse notar, que ni siquiera habían notado que aquel omega había bajado del Escarlata. De cierta forma Jungkook se alegró por eso, saber que había pasado desapercibido era tranquilizador porque sabía que no correría algún tipo de riesgo, aunque se le haga más complicado dar con él.

Caminaron por todo el lado sur, preguntando a las personas por aquel omega, dando descripción exacta de como iba y como lucía, muchos se sorprendían por aquello; por haber pasado de lejos de un omega tan bello como los piratas describían.

La tarea de dar con él estaba siendo más complicada.

Sobre todo, cuando el viento sopló al oeste, logrando que la prisión de Jimin zarpara. Y aunque Jimin hubiese buscado por horas, jamás hubiera encontrado algo filoso para deshacerse de sus ataduras, cayó de rodillas por el movimiento del barco y con él, cayó toda su esperanza de ser libre, feliz.

Por eso no se contuvo de llorar, arrodillado en el piso siendo movido como carga, las lágrimas desbordando sus finos ojos, estás rodando hasta su boca que hizo que sus papilas gustativas sientan su dolor; salado, como el agua de mar.

A la distancia, Jungkook y Taehyung seguían con su recorrido, encontrando nada de pistas sobre Jimin. Algo desesperanzados, pero no mucho, pues estaban seguros que en cualquier momento lo encontrarían, que no podría estar muy lejos.

—Ayer creo haber visto un omega rubio. —Ambos escucharon, dándose la vuelta para encontrarse con quien les hablaba. Un viejo pescador, sentado en una orilla mientras sostenía una caña.

—¿Dónde lo vio? —preguntó por adelantado Jungkook.

—Justo por allá. —Señaló, muy cerca de la entrada del puerto.

—¿Sabe a dónde se fue después?

—A donde se lo llevaron. —Dijo el anciano, colocando un nuevo anzuelo para tener una presa más.

—¿Qué? ¿se lo llevaron?

—Gritaba mucho, pidiendo ayuda, me dio mucha pena. —Susurro. —Si no fuese tan viejo, si ellos no fueran una multitud, hubiese ido a ayudarlo. Pero como usted sabrá, capitán, nosotros vivimos subordinados a ustedes, los piratas.

Jungkook frunció el ceño, frustrado por no conseguir una respuesta puntual, quiso ir a sacarle la respuesta, pero la mano de Taehyung se lo impidió, regañandolo con la mirada.

—¿Sabe a donde se lo llevaron? —preguntó Taehyung.

—A ese barco. —Señaló a un barco a la distancia.

Este tenía metros lejos de ellos, pero aun estaba a su vista.

Reconoció el barco enseguida, siendo este la propiedad de Choi, hirviendo en rabia agradeció al anciano pescador. Camino con pasos largos y firmes, haciendo corta la distancia entre el puerto y su barco.

Al entrar a su barco ordenó a que extendiesen todas las velas, ordenó que se siguiera la misma ruta del barco de Choi. Estaba listo de dejar todo por rescatar a Jimin.

Pensando en todas las posibilidades del porque Choi secuestraria a Jimin, jamás pensando en la acertada.

Al direccionar su barco para seguir a la nueva prisión de Jimin, jamás pensó que estaría dirigiéndose a la ruta que tomó quien quiere su cabeza. Pues estaba más preocupado en tener a Jimin sano y a salvo.

Era lo único que importaba.

Jimin.

Calypso ՞๑ kookmin; omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora