XII

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Había ganado bastante confianza con Taehyung, como se había dicho días anteriores era bueno tener un amigo en un lugar donde pareces un fantasma. Y lo era. Era muy bueno. Taehyung era amable con él, era paciente y lo escuchaba. Ahora mismo compartían una conversación mientras el sol daba justo en sus frentes, Jimin tenía la espalda recostada en el suelo de madera mientras escuchaba hablar a su nuevo amigo.

—¿No tienes miedo?—Pregunto Taehyung, pelando una manzana verde. Siempre comía manzanas, era típico verlo con una en la mano.

—¿Miedo? ¿De qué?

—De que el príncipe te encuentre.

Jimin no había pensado en eso, en realidad no quería, porque en el peor de los casos lo llegaría a encontrar dentro del barco del capitán Jeon; desatando así una tragedia. Y no quería pensar en eso, en los peores escenarios en los que podría ser atrapado. Quería hacerse creer que había dejado su capricho por él y se había fijado en otro u otra omega, era el mejor escenario de todos. Pero sabía que no era así.

Algo distinguible entre los alfas de clase alta es el orgullo agigantado que tienen todos ellos, que se creen los reyes y dioses del mundo solo por tener mucho dinero del cual usar. El orgullo de un alfa de clase alta era tan absurdamente grande que llegarían a cometer un crimen si un omega les llegara a ofender, después de todo estaba permitido. A lo largo de su vida había escuchado de los incontables crímenes cometidos a omegas solo por haber herido el orgullo de sus alfas, ahora que Jimin había escapado del capricho del futuro rey, tenía correr con una suerte trágica.

—No creo que lo haga.—Dijo en un suspiro, rogando que la luna le escuchase.

—¿Que piensas hacer luego?

—Pienso quedarme un tiempo en aquel puerto, trabajar un poco y luego irme a otro país. Ese es mi plan.

—Algo difícil ¿no lo crees?

—Lo es, pero...yo solo quiero estar tranquilo. No estoy en paz pensando que en cualquier momento él puede aparecer y en el mejor de los casos obligarme a casarme con él, y en el peor de los casos...

—Herirte de muerte.—Susurró Taehyung, completamente perdido.

Jimin lo vio por un instante, la mirada del alfa se había quedado en el suelo; luego había subido hasta encontrar al capitán. Lo miró por segundos, la misma mirada perdida, era compartida.

El omega frunció el ceño, demasiado curioso. Aquella mirada pesada y perdida, le causaba muchas incógnitas, parecía que el capitán tenía cadenas en los tobillos, cadenas que le hacían penar.

¿Pero de que?

—Dijiste que te quedarías en el primer puerto ¿verdad?—Preguntó, cambiando el tema por completo, ya no tenía la mirada perdida.

—Sí, eso fue lo que dije ¿Por qué? ¿Ya nos acercamos al primer puerto?

—De hecho no, solo un pequeño pueblo, seguro llegaremos en un día y medio. Debemos comprar provisiones para el próximo puerto.

—¿Y el siguiente puerto que tan lejos está?

—En verdad no lo sé, todo depende a cómo se encuentre el mar. Si hay tormentas nos aleja del puerto y si no las hay nos deja llegar más rápido.

—¿Para qué van al puerto?

—A reclutar más marinos, estamos con la mitad de los que teníamos.—Se encogió de hombros, llevando un pedazo de fruta a su boca.

—¿Que les pasó a los demás?

—Se creyeron capaces de desobedecer a Jungkook.

Había escuchado entre murmullos lo drástico que era el capitán, no le gustaba la mala obediencia y que se creyeran demasiado grandes que él, al cumplir un error el castigo era simple; irse del barco en una canoa, era diferente cuando el error era gravísimo; se pagaba con la muerte. Muchos dentro del barco le tenían respeto y admiración por muchas cosas, era para poco el que sea brusco con sus reglas y que las haga valer. Era respetado por muchos, se había ganado un buen puesto al haber llevado a cabo exitosamente un motín en contra de un capitán ya muerto—que él mato—imponiendo reglas justas para todo el que esté a bordo de su barco. También tenía la buena fama y respeto por haberse enfrentado a incontables marinos reales, hundiendo barcos de los reyes e incluso robando muchos de ellos, era respetado entre los piratas; pero era aborrecido entre la aristocracia. No sabía el porqué de lo último, posiblemente por haber cometido un gran roto a uno de los alfas que se bañaban en dinero. Posiblemente.

Calypso ՞๑ kookmin; omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora