XV

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Se había levantado con muchas ansias, iba a ser el primer día en el que se sienta útil en aquel barco. Tendió su cama y puso la única almohada que contaba en medio, arreglando un poco aquella habitación, tomando sus prendas y poniéndoselas, mirándose en el espejo roto y peinando sus cabellos. Viéndose bien a pesar de las carencias.

Ropa no tenía mucha, era una nada, usaba la misma camisa desteñida que lavaba todas las noches en la habitación que ahora era suya, quería sentirse limpio a pesar de no tener casi nada de los artículos que usaba en el castillo y en su casa. Aunque no le molestaba, lo único que podía hacer para sí mismo era mantenerse limpio con aquella agua helada.

Después de todo seguía siendo un bello omega, siempre lo sería. Por más que un camisón y unos pantalones anchos lo cubrieran.

Salió de su habitación, cubriendo su rostro con el sombrero que se había encontrado, buscando con la mirada a su capitán; esperando que recuerde la promesa que le había hecho. Vio a Taehyung a la distancia, dando órdenes, lucía un día agitado.

Taehyung le hizo una señal para que no caminara más, deteniéndole a la distancia corrió hacia él, lucía preocupado.

—Entra a la habitación.—Dijo sin aliento, dando todo de sí mismo en haber recorrido toda la proa en unos cuantos pasos.

—¿Por qué? ¿Pasa algo?—Cuestionó, la preocupación comenzando a crecer en su cuerpo.

Taehyung levantó sus manos llevándolas hacia el sombrero, arreglándolo en la cabeza rubia de Jimin, ocultando tras sus cabellos los ojos del omega, ocultando sus facciones con aquel gorro.

—¡Oye!—Jimin se quejó, nuevamente acomodando el gorro de la forma en que era más cómoda para él.

Taehyung volvió a hacer lo mismo, solo que esta vez golpeando la mano de Jimin cuando el omega quiso acomodar el sombrero a su gusto.—Hay problemas, por lo que tienes que esconderte.

—¿Problemas? ¿Qué pasa? Por favor, dímelo.—Suplicó, tomando las manos de Taehyung contra las suyas. No le gustaba que le guardarán secretos.

Le recordaba a como su madre lo había traído a la capital, primero diciéndole que iban a comprar telas para nueva ropa y a mitad del camino le dijo la verdad, que lo llevaban cual ganado a la capital para que despose a alguien que no quería.

Era un omega, si, pero aun así, entendía de las situaciones complejas, no era tan tonto.

—Una embarcación nos ha acorralado, hay anclas en toda la proa, se acercan.—Dijo con el tono más calmado que podía, tratando de que el omega no pierda sus estribos.

Fue en vano.

La cara de Jimin denotaba preocupación, miedo e incertidumbre, un poco y más terminaría temblando.

—Una embarcación...—Susurro.—¿Es de la corona?

Su más grande miedo era que lo encontraran dentro de la Escarlata, aquello le hacía temblar hasta en los huesos, le apretujaba el corazón y le rompía las costillas una a una. Lo que menos quería era desatar una masacre a inocentes que solo habían tenido la molestia de llevarlo hasta su libertad.

—No.—Palabras santas, eso pensaba Jimin.—Una embarcación pirata, siempre quieren quitarnos al barco, es el más grande e imponente de todos.

—Oh...—Asintió.—Entonces, si solo son otros piratas, ¿por qué tengo que esconderme?

—¿Eres tonto?—Pregunto con el ceño fruncido, casi ahogando una risa, tratando de verse serio y con autoridad.—Eres un omega, seguro si te ven pensaran que eres el omega del capitán y pueden tomar ventaja de ello. Secuestro, esas cosas, ya sabes.

Calypso ՞๑ kookmin; omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora