XXXIV

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Habían sido pocas las veces en las que había experimentado nubes grises sobre el mar, fue solo una vez que había vivido una tormenta dentro del barco, pero por las predicciones obvias del clima parecía que volvería a vivir otra tormenta en unas pocas horas.

Como era muy obvio que una tormenta azotaría el mar, Jimin comenzó a atar las velas y juntar todas las sogas, mientras que Jungkook se encargaba del timón y que este no se descontrolara por los fuertes vientos. Era una fuerte tormenta la que se acercaba, por eso era más aconsejable detenerse.

De todas formas, su destino navegaba hacia ellos.

Después de que Jimin terminará con su trabajo fue hacia Jungkook, de un momento a otro sintió la gran necesidad de estar a su lado.

—Se acerca una fuerte tormenta. —Comentó Jimin.

—Si, la época de lluvias comenzará pronto, será así constantemente. —Dijo, girándose para mirar a Jimin. —Pero no hay mucho de qué preocuparse, este barco es tan fuerte como los de la marina.

—Tenemos que guardar las velas para que el viento no nos juegue en contra, ¿verdad?

—Si, podríamos seguir avanzando, pero es muy riesgoso, barcos enormes son tirados por las tormentas, hay que tenerle respeto al mar.

—Mhm. —Asintió Jimin. —¿Cuánto tiempo duran las tormentas?

—Eso depende de cuánta lluvia se haya acumulado, a veces las tormentas duran horas y otras solo instantes, esperemos que esta empiece y se termine.

Jimin una vez más asintió, mirando al cielo y percatándose de todas las nubes que habían cubierto el sol, el cielo y el mar casi siempre se tocaban; por lo que todo era gris, la neblina ya comenzaba a aparecer, cubriendo la vista de los horizontes.

—Ve al camarote. —Pidió Jungkook.

—Quiero quedarme contigo.

—Te empaparas y luego te resfriaras.

—¿Y tú? —Pregunto preocupado.

—Pues estoy acostumbrado. —Sonrió para que el ceño fruncido del rostro de Jimin desapareciera. —No puedo dejar el timón solo, tengo que hacerme cargo de mi barco.

Jimin asintió, entendiendo a Jungkook, le dio un beso en la mejilla y luego bajó por las escaleras. El viento comenzaba a ser más fuerte pues le despeinó el cabello e hizo que su sombrero volará al otro lado de la proa. Corrió por su sombrero y se lo puso, al levantarse vio hacia el oeste, la neblina siendo cada vez más cargada, aun así, tras ella pudo diferenciar la silueta de algo, entrecerró sus ojos para verlo mejor pero no lo logró. Al final supuso que solo era una montaña que jugaba entre la neblina y las nubes.

Le dio una última mirada y sonrisa a Jungkook antes de entrar al camarote que compartía con el capitán, ya estando dentro se sentó al borde de la cama.

Sintió algo raro, una gran incomodidad en su pecho, no pudo estar mucho tiempo sentado pues no se sentía del todo cómodo. Bebió del agua de una jarra con la esperanza de calmarse, pero nada, el sentimiento de acecho le había venido de repente. Sentía que algo malo pasaría. Una vez más trato de calmarse, soltando bocanadas de aire de vez en cuando mientras tomaba agua.

—Solo es una tormenta. —Se repitió.

Terminó su vaso de agua y volvió a su lugar, sentándose al borde de la cama mientras escuchaba como el viento golpeaba contra el barco y como las gaviotas graznaban al irse.

El repentino miedo que sintió se lo debió al hecho de que pronto experimentaría una tormenta ligeramente grande, pues la primera vez solo había sido mucha lluvia y viento, ahora era viento, neblina y próxima lluvia. Se quiso mantener calmado.

Recordó cómo una vez su padre le platicaba a su madre como los barcos pesqueros de la hacienda se volteaban por las fuertes tormentas o como algunos barcos naufragaban por los fuertes vientos que les hacía perder el conocimiento de su camino; una vez mas le atribuyó su incomodidad y nerviosismo a los recuerdos que invadían su mente.

Pero cuando quiso levantarse de la cama para beber un poco más de agua sintió como el barco se movió; fue tanto que se cayó de rodillas, algo muy fuerte había golpeado al barco. El golpe fue dado dos veces, cuando supuso que podría caminar se levantó, sintiendo como el barco se tambaleaba a cada paso que daba. Salió de la recamara, al salir se encontró con toda la tripulación subiendo y bajando, al permitirse ver con claridad vio a muchos de ellos llevando balas de cañón.

Jimin se asustó, no sabía lo que pasaba y no tenía a nadie que le explicara. Sostuvo el brazo de uno de los marinos y lo detuvo.

—¿Dónde está Taehyung?

—En las bodegas. —Al darle la respuesta lo soltó y fue hacia las bodegas para saber lo que pasaba, y saber lo que tendría que hacer para ayudar.

Recibía empujones de vez en cuando por parte de los marinos que apurados subían para poner en su lugar a los cañones, mientras más bajaba sus pies se iban mojando por la invasión de agua.

Encontró a Taehyung dando las órdenes para que salvaran los cañones, corrió hacia él para saber qué hacer. Sus pies empapados en agua.

—¿Qué fue lo que pasó? —Pregunto.

—Nos atacaron y le dieron a dos de los ocho cañones. —Dijo apurado. —Ve con Jungkook y que te diga qué hacer.

—¿Quién nos atacó?

—No lo sé. Ve con Jungkook, acá es peligroso, pueden volver a atacar a los cañones.

Jimin asintió y rápidamente como pudo subió por las escaleras resbaladizas de las bodegas. Sentía su corazón latir rápidamente contra su pecho mientras escuchaba un pitido en sus oídos. Era desesperante ver como el barco comenzaba a llenarse de agua.

Corrió por la proa para llegar al timón donde aún se encontraba Jungkook, al acercarse se dio cuenta del telescopio que manejaba en su mano, viendo hacia el mismo lugar donde Jimin se topó con la gran sombra en el oeste. Esa sombra que se había acercado más, pero no se logró distinguir quienes eran.

—Mierda. —Refunfuño Jungkook mientras soltaba el telescopio y ordenaba con un grito que izaran las velas.

—¿Quiénes nos atacaron? —La pregunta de Jimin fue evadida de forma inmediata.

—Jimin, ve al camarote y no salgas hasta que Taehyung te pida que lo hagas, escóndete en el camarote, es el único que está en un lugar seguro. —Pidió tomándolo de las manos, mirándolo a los ojos, en todo el tiempo que habían estado juntos; Jimin nunca había visto el miedo plasmado en las pupilas cafés de Jungkook.

Era algo grave, por eso lo sostenía fuertemente.

—Jungkook, ¿Quiénes son?

—Solo hazme caso, Jimin, ve y no salgas. —Volvió a pedir.

Ambos se soltaron para que Jimin encontrará su camino hacia su escondite, antes de irse tomó el telescopio y vio al mismo lugar que hizo que los ojos de Jungkook se llenarán de miedo.

En cuanto se dio cuenta de quienes los habían atacado su corazón cayó al piso, sus manos comenzaron a temblar y sudor frío paso por su nuca. Vio con el artefacto banderas de una misma nación ondeando en el aire, un enorme barco naval dirigiéndose hacia ellos, después de todo el tiempo que había pasado, Namjoon por fin había dado con ellos.

Los había atrapado en la trampa que puso en cuanto recibió el mapa de la trayectoria de Jungkook, esperando pacientemente para atraparlos, al fin su espera había rendido frutos.

Calypso ՞๑ kookmin; omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora