Epílogo

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ASTRID.

Un mes después.

En mis manos tenía la carta que definiría mi futuro y volvería mi mundo completamente diferente. Cambiaría el rumbo de las cosas, si esta confirmaba lo que estaba pensando no sabría cómo reaccionaría, hace más de un mes había tenido mi graduación y consigo solicité dos universidades para entrar, había tenido respuesta de una de ellas y justamente la tenía en mis manos. 

La carta que me diría si fui aceptada o rechazada. 

Estas cosas me ponían nerviosas, ¿y si no les pareció mi solicitud?, ¿y si tal vez me rechazaron por no tener buenas notas?

Vamos Astrid, eres muy inteligente, tus notas son excelentes

Esa era mi loba apoyándome en momentos en los que mi negatividad salía a flote, a veces estas inseguridades me orillaban a pensar de esta forma. Con manos temblorosas, rasgué el sobre y sacar la hoja que parecía pulcra, con el sello de la universidad de Oxford Brookes junto a su nombre. 

—Querida señorita Villeneuve Boyer —comencé a leer—. Nos complace informarle que la universidad de Oxford Brookes ha aceptado su solicitud de beca para estudiar la carrera asignada, "Turismo", con el fin de recibirla al pasar la prueba de diez preguntas en la que su puntuación fue de 100% de respuestas correctas. Luego recibirá a su correo más información de la universidad y de todo lo que necesita. Bienvenida a Oxford. 

Iba a desmayarme en medio de la sala. Lo había logrado, había entrado a la universidad. ¡Había entrado! Por mis propios méritos, lo había logrado yo sola y sin nadie diciéndome qué hacer. Tal vez la emoción me dejó derramar unas cuantas lágrimas, aquella emoción crecía en mi pecho hasta hacerme saltar en el sitio donde estaba, algunos gritillos también salieron de mi boca sin poder contenerlos. 

—¿Pasó algo cariño? —aparece mi padre de la cocina, algo alterado por pensar que algo malo estaba pasándome. Era todo lo contrario. 

—Lo logré papá —expresé con un hilo de voz, él por su parte frunció el ceño—. Logré entrar a la universidad. 

Mis palabras fueron como magia porque vino a mí deprisa con la misma emoción que la mía. Alzó mi cuerpo con alegría sin dejar de sonreír, para al final abrazarme. 

—¿En serio? No sabes lo orgulloso que estoy de ti, es una maravillosa noticia cariño. 

—No sé cómo sentirme al respecto, mi cuerpo sólo quiere saltar y gritar de alegría —me sinceré, era como un sueño este logro para mí y sobre todo por haber entrado a una de las universidades más prestigiosas. 

—No te contengas, grita, salta, llora y ríe como sólo tú sabes hacerlo. Mereces festejar como tú quieras. 

—¿Dónde está mamá y Agathe? —ellas debían saberlo.

—Tu abuela estaba descansando en su habitación, tu madre estaba ayudando a Lenna con el almuerzo. ¿En qué momento recibiste la carta?

—Estuve esperando al repartidor fuera del pueblo todo el día —le sonreí inocentemente para que no me regañase. 

—No te reprenderé porque trajiste excelentes noticias, además, sé que tú sola puedes defenderte. Jamás he dudado de tus capacidades. Y sí, fui muy sobreprotector, pero ahora que lo acepto, estoy consciente de que crecerás y tienes que aprender mucho de esta vida. 

—Gracias papá, iré a decirle a mamá. ¡Dimitri también tiene que saberlo!

...

Todos estaban emocionados como imaginé, según ellos no les había sorprendido que me hayan aceptado porque estaban seguros de que entraría, por un lado mis padres argumentaron que siempre he sido dedicada a mis estudios con excelentes notas —exceptuando las matemáticas— Dimitri puso todas sus esperanzas en que era cuestión de tiempo en que lo hicieran una vez que mandé la solicitud, Lenna y Agathe creían en las palabras de mis padres. 

TUYA. (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora