Capítulo 7

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DIMITRI.

Un escalofrío se produjo en mi nuca, advirtiéndome algo que no le tomé importancia. Mi vello se erizó y volví a ignorarlo, no podía desconcentrarme del trabajo que me encontraba realizando, dentro de poco la Luna roja se alzará en lo más alto del cielo, abriéndole puertas a las criaturas y ocasionando algunas destrucciones. La Luna roja se había vuelto más poderosas y temía de ello. Lo presentía, mi trabajo por los momentos consistía en mantener a la manada controlada durante el eclipse.

He pasado meses con los nuevos lobos controlando su instinto, más de mil cadenas y barrotes rotos han presenciado la fuerza que albergamos. En mi primera Luna roja destrocé a toda una colonia de humanos, a comparación de hace años ningún Alfa se preocupaba por estas situaciones, pero yo al vivir tantos derrumbes y desgracias quería que mi manada tuviese el control de sus lobos y sean más ágiles.

Aunque eso costase las lágrimas, los rasguños y los rugidos más aterradores. Las mujeres guardaban un instinto tenaz en atacar a otras criaturas cuando pasaba esta luna, los hombres no medían para nada a quien atacar, solo lo que se le pase por el frente. Así que, me encargaba de entrenar a las mujeres por las noches y a los hombres por el día.

—Alfa —resonó la voz de George, su tono me dejaba mucho a la imaginación y el gesto en su rostro—. Hubo un ataque en el pueblo de Asmodeo.

Salté de mi asiento, entrando en pánico y pensando lo peor.

—¿Cómo sucedió? Dame detalles.

—Aparentemente el aquelarre Magus fue a atacar en busca de nuestra Luna, Dimitri. Alguien del pueblo vendió información clasificada de que algunos años atrás hallaste a tu pareja y se encuentra en ese lugar.

—No puede ser, nadie excepto Asmodeo y tú sabían de esto —la furia se desató en mi sistema, mataría a cualquiera que haya osado en lastimarla. De solo imaginarmelo algo en mi se rompe, ella debe estar bien—. Dime que está bien, hay que encontrar al desgraciado que haya hecho esto. Ese maldito aquelarre también verá mi furia.

—Dimitri, los Magus son muy poderosos y ya sabes que el último enfrentamiento con ellos no estuvo para nada bien. Perdimos a muchos —lo sabía, tanto esfuerzo en mantener a mi manada completa, ellos simplemente acabaron con mi racha—. Asmodeo me dijo que nuestra Luna está bien, la encontró siendo atacada por Cézar Sandemetrio, uno de los seguidores de Gerald II, el brujo al mando. Logró ahuyentarlos a todos antes de poder llevársela o haberla asesinado.

—Sé quienes son esos malditos, llevo años sin verle la cara a Gerald por esconderse a las espaldas de su séquito, es un cobarde que no da la cara. Quieren acabar conmigo George, ahora que saben de Astrid lo van a hacer a través de ella.

Miedo, esa sensación que tanto detesto y que no había sentido desde años.

Enfurecido y a la vez preocupado, salí de mi despacho trotando por todo la casa hasta ir a reunir a varios lobos que pertenecen a mi ejército. Teníamos que partir ahora mismo hasta el pueblo y conseguir pistas para dar con el culpable.

—Hay que estar preparados e ir inmediatamente hasta allá. Creo que ya es hora de traer a mi luna a la manada.

George asiente sonriente, era ahora o nunca. Conmigo estará más protegida, dentro de estas paredes llenas de mis mejores momentos, donde guardo mis secretos más oscuros.

...

Corría con la adrenalina que brotaba de mis venas, el sonido del aire pasar por mis orejas, alertas a cualquier ruido extraño que se podría hallar lejos o cerca de aquí. Henry no pararía a descansar hasta llegar lo antes posible al pueblo, esta era la forma de llegar más rápido y no me importaba sentirme agotado. Los quejidos de los lobos detrás de mí en busca de un descanso, me sacaba de quicio y llenaban mis ganas de querer castigarlos al verse cansados ahora mismo.

TUYA. (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora