ASTRID.
El baile de graduación era hoy, me encontraba alistándome con el hermoso vestido que escogí con la temática de los años cincuenta, corte largo hasta más arriba de mis tobillos, la parte de arriba era negra para resaltar esta noche y destacar mi cabello claro y corto. Había pintado mi cabello a rubio, mi piel ya no parecía tan blanquecina como cuando lo llevaba negro, mis ojos resaltaban mucho más y gracias a lo corto hasta mi barbilla, podría decir que lucía un poco más madura.
A veces el cambio es bueno, te hace sentir bien internamente y sobre todo cuando el resultado es como lo esperabas.
Le di el último retoque a mi maquillaje, este era sencillo y para nada sobrecargado. Apenas el lapiz labial resaltaba en mis labios y el rojo en mis mejillas, era lo que más me gustaba destacar con el maquillaje y en mis pies llevaba tacones, los cuales eran altos como una buena opción por mi estilo.
Los toques a mi puerta me distrajeron, mi olfato quiso distinguir a la persona al otro lado pero aún se me hacía complicado dominar mis sentidos. En comparación cuando estaba transformada, mis sentidos funcionaban muy bien, el olfato era uno de los más predominante y sensato.
Ser mujer lobo se convertía en mi aprendizaje ahora, todavía me faltaban cosas por descubrir de esta nueva yo y además, saber que ver el futuro es mi don especial, me reconfortaba y me hacía esperar el momento en el que vuelva a presenciar alguna visión.
—¡Pasa! —le informé a la persona.
El perfume que conocía tan bien, ahora sí voló hasta mi nariz y me dejó derretida. Mis sentimientos eran más fuertes, más vivos, o simplemente siempre lo fueron, pero lograron aparecer cuando mi loba se mostró.
Aún puedo recordar esa madrugada en el pueblo de Asmodeo, luego de la invasión de los Magus, cuando el hombre que tenía al frente de mí, apareció completamente desnudo sin nada que lo cubriese y yo no podía parar de pensar que se trataba de un lunático. Pude volver a sentir la sangre subiendo a mis mejillas por ese recuerdo, porque además también estaba en toalla.
Nos habíamos conocido desnudos después de todo, son momentos que jamás pudiese olvidar.
—¿La dama de esta noche está lista? —dice al venir hasta el armario donde me estaba alistando.
Dimitri quedó de pie en el umbral mientras analizaba mi atuendo y en sus ojos el brillo resplandecía. No sé porqué estaba tan nerviosa que me viera así vestida, sin duda era un estilo muy diferente al mío pero me adaptaba muy bien a cómo este se veía en mí y lo diferente que me hacía lucir.
Él fue acercándose hasta quedar cerca de mi cuerpo, su brazo rodeó mi cintura y sonrió hasta acariciar mi rostro. Cerré los ojos involuntariamente porque la sensación lo ameritaba, al navegar en esos pensamientos que Dimitri implantaba en mi sistema.
—Como me hubiese gustado tener una compañera de clase como tú para haberte llevado al baile y destacaras toda la noche a mi lado.
—Es una lastima que nuestros nacimientos no hayan coincidido, si no, habría sido yo la que te invitaría al baile y sin mencionar eso de que los hombres siempre deben invitar a las chicas, eso dejémoslo en el pasado.
Me aparto para aplicar crema en mis brazos y por último perfume.
—¿A qué hora debes salir de aquí? Son las cuatro y tal vez nos consigamos tráfico.
—Estoy terminando, ¿seguro que me llevarás?
—Sí, te dejo y regreso a esta casa solitaria.
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TUYA. (COMPLETA)
Manusia SerigalaÉl, un hombre lobo en busca de su mate. Sintiendo que su mundo acabaría. Ella, una chica humana, su vida diaria fuera de lo normal. Lobos, vampiros, brujas, brujos. ¿Qué más podía tener en esta vida? ¿Acaso conoces la verdadera historia de los mate...