Capítulo 21

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DIMITRI.

Me retiré junto a mi manada del aquelarre, había salido del edificio con Astrid en mis brazos y durante el camino, logramos robar un auto para poder ir al norte del condado hacia el territorio de Asmodeo. A los demás les di la orden de regresar al pueblo, así que me encontraba con George que iba conduciendo, Estrella como copiloto, Astrid y yo en la parte trasera. 

Por ahora me encargaría de sacar a Astrid del estado en el que está.

No murió, su respiración seguía entrando y saliendo de sus pulmones, tal vez un poco entrecortada pero debía encontrar la manera de eliminar toda esa sustancia que su cuerpo cargaba. Sólo deseaba que Asmodeo me ayudase nuevamente y que pueda hacer algo al respecto, ella debía mejorarse y buscaré en cada rincón del mundo la manera de sacarle todo lo aplicado. 

—Ella estará bien Alfa, desde que soy pequeña siempre he escuchado que las Lunas son fuertes y guerreras, mejorará para seguir guiándonos. 

El apoyo era necesario en estas circunstancias y aunque solía huir de las ilusiones, con ella era diferente, ponía toda mi esperanza en que despertaría y me sonreiría. 

—Asmodeo siempre ha sido bueno con la magia, seguro debe tener algo para curar a la Luna —le sigue George.

—Crucemos los dedos —expresa Estrella haciendo el gesto con sus manos. 

Nos adentramos al pueblo que me ha recibido con los brazos abiertos en cada ocasión que iba. Después de dejar atrás algunos árboles, George detuvo el coche en el aparcamiento. Decisivo y sin pensarlo, bajé del vehículo con rapidez sosteniendo en mis brazos a Astrid. Perder el tiempo no estaba en mis planes ahora mismo, casi corría para llegar cuanto antes a la casa, rogando de que Asmodeo se encontrara. 

Con celeridad me encontraba tocando la puerta, había llegado tan rápido que George y Estrella se perdieron de mi vista. Cuando la puerta se abrió, no di tiempo de ver a la persona quien la abrió sino que, me adentré en busca del demonio de la casa. Por un quejido me di cuenta que llevé a Sasha al suelo por mi entrada abrupta. 

—¿Dónde está Asmodeo?

—Al menos saluda, hiciste que me incrustara un clavo en mi trasero —como puedo, la coloco en pie y cuando distingo un color en sus ojos diferente al que conocía habitualmente, me sorprendió. Ya no había blanco, ahora tintaban marrones—. Sé lo que seguro te estás preguntando, sí, ya puedo ver, Asmodeo me devolvió la vista. Pero hablemos de porqué Astrid parece fuera de sí. 

Su mano acaricia el rostro de Astrid, cuando la retiró supe que se había dado cuenta de la calidez de su cuerpo. 

—¿Está enferma?, ¿qué tiene? 

—Sólo diré que todo tiene que ver con el aquelarre Magus y Gerald. 

Continuando con mi búsqueda, localicé a Asmodeo venir de la cocina. Al verme sus ojos se ampliaron, me saludaría como sólo él sabe pero se detuvo al verme preocupado y a Astrid inconsciente en mis brazos. 

—¿Qué diablos pasó? 

—Le inyectaron un alucinógeno que hizo creerle a su cuerpo que se incendiaba, tal vez el ardor era tan fuerte que no aguantó y se desmayó, pero no despierta desde que la saqué del aquelarre Magus, una bruja limpió su sangre y no fue suficiente así que mi última alternativa fue venir hasta aquí. Debes ayudarme Asmodeo, si conoces de algo para ayudarla, por favor. 

—Recostémosla en una superficie plana, llévala al comedor. Iré por mi libro en mi habitación. 

Haciendo lo que me indicó, encontré el comedor, Sasha me ayudó al quitar los jarrones que estaban en la mesa y pude recostarla. Astrid lucía rojiza, su piel se sentía áspera y su pulso disminuía. 

TUYA. (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora