Fuera de mi habitación ©️ | (+18) #1

Objetivo claro

Capítulo 7

No sabía si correr de mi habitación y entretener a mi madre para que el se escapara o noquearlo - lo cual era algo imposible ya que tiene mucha más fuerza que yo y es un maldito psicópata que podría matarme- pero no me decidía.

- Que carita, ¿Así me recibes? - sonrió torcido mientras posaba su mano en el pecho en señal de falso dolor - Cierra la puerta, no querrás que tu madre me conozca tan pronto.

Claro, Pronto.

Cerré la puerta detrás de mi con las manos temblorosas y el pecho a punto de explotar, quería golpearlo y tumbarlo por la ventana. Me volteé de nuevo para verlo y él se encontraba acostado en mi cama con aquel libro en mano, al parecer le gustaba de verdad. En la posición en la que se encontraba lucía muy atractivo, misterioso y tan normal. Una mano sostenía su cabeza mientras que la otra el libro, sus piernas levemente abiertas y su pecho subiendo y bajando con cada respiración.

¿Te está atrayendo, Eider?.

Es un psicópata, no puedes hacer más que intentar jugar con su mente.

El juego, es verdad...

Inténtalo, él solo quiere que te veas débil. La única diferencia entre tú y él es que no siente y es un asesino...

Sigue siendo una persona manipulable.

Atajé una sonrisa y tomé asiento frente a mi escritorio. Me quedé en silencio mientras sacaba mis libros de la mochila. El primer profesor nos había dejado algunos ejercisios de análisis para el día siguiente.

- Me gusta este libro - rompió el silencio con su voz hipnotizada.

- Ya lo noté - bufé.

- No está nada mal tu gusto en lectura - lo observé y guiñó uno de sus vacíos y tristes ojos - La chica de nieve, muy buen libro.

En realidad si lo era, uno de mis libros favoritos en realidad. Era obvio que le gustaría ya que trataba sobre un caso policial y una periodista que haría todo lo que la justicia no se animaba o no estaba dispuesta a hacer.

Continuó leyendo mientras yo intentaba resolver mis ejercisios de análisis. Estaban algo complicados pero no imposibles de realizar. Por un momento volví a la realidad y me percaté de que había pasado media hora estudiando en la misma habitación que mi psicópata acosador, mientras él leía uno de mis libros tirado en mi cama. ¿Porqué no lo había sacado de allí?. Simple, le temía a él y a su locura.

Podría matarme, es más que obvio.

Sin embargo, no me sentía tan incómoda al tenerlo cerca de mi, talvés se trataba de un cierto grado de confianza o el aceptar que él ya conocía todo de mi así que no sentiría vergüenza en lo absoluto cuando se trata de mi habitación. Mi sentido de juego, de competencia y de reto se despiertan cada que recuerdo como jugó conmigo la última vez que estuvo en mi habitación.

Tonta...

Su voz ronca y sensual volvía a mi mente causando que mordiera mis labios y...

- ¿En qué piensas? - su voz interrumpió mis pensamientos.

Joder. Había olvidado que lo sabe todo.

- Te muerdes los labios - lo miré y noté algo extraño en su rostro, parecía ofendido o enojado. No podía descifrarlo por completo ya que él no siente todo lo que muestra.

Respiré profundo y jugué con el lápiz entre mis dedos.

- Siempre lo hago - respondí disimulado tranquilidad - cuando...