cara a cara con la debilidad

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Capítulo 3

Haber corrido un riesgo tan grande por la conexión a internet valió la pena.

Ya habían pasado dos horas desde que subí al techo para restaurar mi conexión, y lo estaba disfrutando. Me encontraba bailando música clásica y de Queen , me encantaba bailar de esas. Con mi vestido blanco de todas las noches y mi cabello totalmente dado vuelta, pasaba una bella noche.

Esta era diferente, había salido después de tanto tiempo. No estaba felíz de haber salido, tranquilamente pude haberlo hecho antes. Solo me sentía diferente y, talvez curiosa.

Siempre eres curiosa, Eider.

Ya siendo las 3:00, me encontraba bastante aburrida. Ya había hecho casi todas las tipicas actividades rutinarias de mi vida. La curiosidad se hacía aún más fuerte cada que miraba por aquella ventana.

El miedo también se presentaba.

Sentía miedo por el crujir de las hojas, talvez era solo mi imaginación o locura, pero no es algo normal oirlo tan seguido. Podrían ser animales salvajes rondando por la casa en busca de comida y yo aqui , imaginando cosas raras.

Mis ojos se sentían algo pesados, el sueño me invadía tan temprano. Me recosté sobre mi cama y me cubrí con sábanas hasta mi cuello - Que noche - susurré para mi misma.

Me gustaba hablar sola, parecía.

Cerré mis ojos y caí dormida en unos segundos.

Un ruido me despertó, un ruido algo fuerte en el tejado. Mi corazón latía tan rápido, mi respiración se cortaba más a cada segundo. Me senté sobre la cama y pude notar que la ventana estaba cerrada, yo no la había cerrado.

¡Carajo!, seguramente fué el viento.

Me armé de valor para levantarme y sellarla, el frío era más fuerte que hace unas horas. Aún no había amanecido así que deducía que fueran las 5:00 talvez o menos. Al sellarla, cerré las cortinas y me alejé de ella.

Intenté volver a consiliar el sueño pero ya se me era imposible. La curiosidad seguía presente. ¿Qué pasaría si saliera de nuevo? ¿Y si lo intentaba?.

Luego de varios minutos observando al techo decidí salir.

Miré hacia el reloj y me di cuenta de que aún faltaban treinta minutos para que mis padres salieran a trabajar y, desde allí solo tendría tres horas para explorar allí afuera, ya que mi hermanita se despertaría a las nueve.

Mientras leía uno de mis libros favoritos, perdí la noción del tiempo. Dos golpes a la puerta de mi habitación me hicieron dar un salto - ¿Hija?- corrí hacia la puerta, froté mis ojos para que pareciera recién levantada.

- ¿Mamá? - di un bostezo, claramente falso - ¿Sucede algo?.

- Ya nos vamos - sonrió. Ella estaba apurada, para que me lo dijera tendría que ser algo muy importante. Se colocó su nuevo perfume, una ropa que jamás había visto, talvez era... ¿Una reunión para armar otras empresas? - quiero que le prepares el desayuno a Melania, ¿sabes?.

-Claro- tan pronto como respondí, ella se volteó y se fué. No me sorprendía que no se despidiera. Volqué los ojos y volví a mi escritorio, me había quedado en una parte muy interesante de mi libro.

El tejado.

Mis alertas se activaron. Recordé que el tejado no estaba del todo en orden. Cuando había caído, me sujeté de uno de ellos, con mucha fuerza, haciendo que se saliera. Si mi padre lo viera, sabría que había sido yo.

Fuera de mi habitación ©️ | (+18) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora