Fuera de mi habitación ©️ | (+18) #1

Una peligrosa flor

Capítulo 22

Dalter Jones

Acepté acostarme a su lado y también, había aceptado cuidarla y quedarme a su lado sin importar lo que fuera a suceder. Era bastante riesgosa la situación por la cuál tendría que pasar yo para quedarme a su lado, cosas que ella jamás podría entender, pero yo me quedaría; aún en la distancia y tempestades más horribles, haría todo lo que estuviera a mi alcance para mantenerla a salvo.

Acaricié su cabello tan pronto recostó su cabeza sobre mi pecho. Todo aquello me hacía sentir algo incómodo, no estaba acostumbrado a tanto afecto desde hace mucho tiempo; mejor dicho, la muerte de mi madre. Estuve tanto tiempo sin recibir afecto que todo eso se eliminó de mí. No quedó más que un simple cuerpo al que le es fácil copiar expresiones y sentimientos, los cuales no están más a su alcance.

Bastante triste, claro, si pudiera sentirlo de esa manera.

No era el indicado en las mejores formas para alguien como Eider, había tomado decisiones más que horribles en cuanto a mi vida, pero eso no quitaba que yo haría cualquier cosa por mantenerla a salvo a ella y a su hermana menor. Ambas pasaron por cosas que no cualquiera podría soportar, ella está rota y yo lo supe desde un principio.

Cerré mis ojos e intenté mantener la calma, no quería tener las pesadillas de todas las noches y perder el control con mi bella rosa sobre el pecho. Una horrible imágen se me presentó e intenté controlarme para no alterarme. Sin embargo, un tarareo hizo que abriera mis ojos y colocara toda mi atención en ello.

Exacto, ella estaba cantando una de sus canciones favoritas, una de las pocas con ritmo normal; la cuál ya la había oído antes y junto a ella.

Una pequeña sonrisa se formó en mis labios y aproveché el hecho de que ella no pudiera verla, sabía que me miraría con orgullo sabiendo que me hizo sonreír. Siempre tuvo el ego fácil de subir pero difícil de bajar. Mi pecho subía y bajaba con más relajación ante la preciosa letra que dejaba sus labios con una hermosa y perfecta melodía hecha con casi un susurro de cansancio; su voz era perfecta.

Recuerdos invadían mi cabeza, miles de momentos que no podía mencionar y carcomían mi mente; tantas noches que disfruté de forma especial y que estaba seguro de que ella no estaba lista para recordar. Suspiré ante la desepción de aquellos pensamientos y ella lo notó. Abrazó con más fuerza mi pecho y plantó un beso en él.

Una risa casi inaudible escapó de sus labios.

- Canta conmigo, Dalter - arrastró sus palabras con gran cansancio, sus ojos permanecían cerrados -, sé que conoces esta joya de canción.

Bufé - Claro que no.

- Si me acosas debes de conocerla, ¿no?

Formé una delgada línea con mis labios - Pues, es un buen punto.

- Entonces cántala conmigo - rogó -, te puede gustar esta canción.

Me encogí de hombros mientras mis ojos se perdían en el techo blanco de su habitación - Supongo que no es tan mala - mentí.

- Creo que identifico lo nuestro con esa canción - arrastró aún más sus palabras.

- ¿Lo nuestro? - bufé - no existe nada.

- ¿Sueles mentirte mucho a ti mismo? -atacó.

Volqué mis ojos - Voy a cantarla si te callas de una vez - escupí ya con molestia y ella soltó una risa -, ¿de acuerdo, Eider?

Frunció el rostro e hizo puchero - ¿Ya no soy Pacalí?

En ese momento, pude darme cuenta de que estaba en su trance de chica dormida. Siempre solía ser tan infantil cuando tenía sueño, algo que ella detestaría en la mañana.