Misma flor, misma debilidad

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Capítulo 23

Dalter Jones

Mi mandíbula estaba cerca de explotar, la presión que hacía en ella era realmente fuerte. ¿Cómo mantenerme sereno cuando un jodido tipo pudo probar el sabor de los labios de mi mujer? Lo que me hacía estallar realmente era tenerlo frente a mí, tan vulnerable y fácil de castigar.

Todo hubiera sido más sencillo si no se preocupaban por mi Eider y caminaran hasta su jodida casa. Pero suponía que cometí un error, uno muy grande en el cuál no había pensado. Estaba tan enfocado en la forma de que Eider viniera hasta su casa sabiendo el peligro que corría su familia que no pensé en que, claramente, sus cercanos se preocuparían por ella. Pero había algo peor, un detalle más grande; la policía también la buscaría luego de la gran escena que habían presenciado.

El expediente de Eider lo tenían ellos, saben que es una chica inestable emocionalmente y un gran peligro para sí misma. Sus acciones harían que la internaran en el psiquiátrico nuevamente. La ansiedad me carcomía vivo, odiaba equivocarme en cosas, pero lo que más me alteraba era que Eider corría riesgo mayor por mi culpa.

Eider caminó hacia su habitación junto a Holly, quien estaba atada de manos por detrás de ella. Mi mente estaba realmente ocupada en muchas cosas pero tenía que ponerle atención al pelirrojo que estaba frente a mí y averiguar como conseguir una buena amenaza para que nos dejaran tranquilos; confíaba en que Eider lo lograría con Holly, no hay nadie más autoritaria que ella.

Había estudiado a Jackson por un buen tiempo, exactamente un mes. Tenía que estudiar al buitre de mi chica, ¿no? Solo por precaución.

Nada jamás me había enojado tanto como verlo con sus jodidas manos sobre Eider, no creí que los celos llegaran a tal punto.

No creí que tendría que amenazar a un hombre para que atacara en la fiesta.

Hice que la lastimara, eso me enfadó el triple, pero había logrado separarlos y no me interesaba a que costo lo hacía. Jackson conocía mi rostro, talvéz lo recordaba o no, pero ya sabía que sacaría de alguna forma el tema de la fiesta. Me senté frente a él, en el mismo sofá que Eider, y lo miré fijamente mientras jugaba con mi navaja entre los dedos.

Me quejé con asco al notar que mi camisa blanca estaba manchada de sangre, me había costado conseguirla y no quería correr a casa para buscar otra. Siempre había sido un loco por la limpieza, tanto que podría matar a quien ensuciara mi casa.

Jackson tenía la boca libre, podía hablar, sin embargo, decidió fulminarme con su intensa mirada y permanecer callado. Era tan aburrido.

Levanté una ceja y bufé en una risa débil - Es por esto que no te ha hecho caso - él solo presionó su mandíbula y yo reí inexpresivo -, eres tan aburrido hasta como presa.

Volcó sus ojos y noté su deseo por contestar ante mis tontas palabras de un novio celoso, pero fué inteligente y optó por cerrar la boca. No me sorprendía que fuera listo en cierta forma, me orgullecía un poco que detrás de Eider no habían tantos idiotas como creía. Jackson era listo, sabía que responder ante una burla era muestra de debilidad.

Pero yo, bueno, tenía que sacar su lado débil.

Observé la navaja brillando en mi mano, bailando entre mis dedos y reflejando todo lo que se encontraba detrás de mí.

- Cuéntame, Jackson, ¿porqué has venido?

Pregunta inútil, ya lo sabía, solo necesitaba decir algo absurdo para que él reaccionara. ¿Funcionó? Claro que funcionó, soy un jodido inteligente.

Volcó sus ojos y bufó - Eres un idiota.

Lo miré un instante con una sonrisa y luego volví a mi hermosa navaja - Puede que lo sea, a ella le gusta.

Fuera de mi habitación ©️ | (+18) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora