Domador de princesas

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Capítulo 26

Eider Walker

Estar sentada junto al lago, alejados del mundo me traía tanta paz, una paz que era indescriptible. Observar a Dalter perdido en sus pensamientos junto a mi también me transmitía algo de calma pero también inquietud; no sabía que pasaba por su cabeza en ese día, no paraba de perderse en sus pensamientos. Decidí permanecer callada y no preguntar sobre el tema, talvéz lo incomodaba.

Me encantaba la vida en ese momento, todo parecía tan simple y sin ningún tipo de responsabilidad. Descansar de esta manera luego de tanto sufrimiento lo tenía más que merecido.

Una leve sonrisa se formó en mis labios y mis ojos automáticamente se cerraron, respiré profundo el aire puro del bosque y la paz se volvió más grande en mi pecho; claramente y, de alguna forma, esa tranquilidad tenía que ser arruinada. Pues, fué arruinada por Dalter.

— ¿Estás cansada?

Volqué los ojos y me quejé.

— Y también enojada por lo que parece — dijo con molestia.

— Dalter, cállate, ¿quieres? — negué con la cabeza.

Él soltó una pequeña risa ronca — Eres tan preciosa y fácil de irritar, Pacalí. Eres casi como el primer día.

— ¿Qué? — fruncí el ceño con exageración.

Pude notar sus ojos abriéndose un poco y luego los normalizó de inmediato, fué esa la clara señal de que en algo que dijo se había equivocado, pero... ¿en qué?

Él solo hizo una mueca y se encogió de hombros restándole importancia a la pregunta — Todos cambian, Pacalí.

Exacto, Eider, todos cambian.

¿Tú haz cambiado?

Meneé la cabeza para evitar oírla — ¿Qué haces? — pregunté al notar que buscaba algo en sus bolsillos con algo de desespero. Él se puso de pié para buscar mejor y ya parecía estar más ansioso de lo normal.

Gruñó — Mi maldito cigarro.

— eso te matará — agregué.

Arqueó una ceja — Te mata de una forma aburrida, no me asusta. En cambio, las personas... — se acercó a mí y se agachó hasta que su rostro quedó frente al mío, a solo centímetros — las personas matan de miles de formas extraordinarias y dolorosas, eso si es interesante.

Tragué grueso, mi mirada estaba totalmente tensa sobre la suya, mi rostro inexpresivo y mis puños presionando el pasto en mis manos.

— ¿Deseas morir a manos de una persona, Dalter? — entrecerré mis ojos y sonreí de lado.

— Oh, Walker — sonrió y tomó mi mentón, apreté la mandíbula ante su contacto —, ¿te haz cansado de finjir ser buena? ¿Realmente creíste que me manipularías o que podrías autoconvencerte de que eras una chica cien por cien sensible ante mi? Eider — bufó y acercó sus labios a los míos —, sé lo ruda que eres, sé sobre tu complejo de indestructible y tus maneras de herir a la gente. No te escondas porque yo puedo verte.

Nuestras miradas se mantuvieron firmes por unos segundos, la tensión en el aire era más que fuerte y realmente no comprendía como lo hacía; talvéz había sido muy tonta al creer que me convencería a mí misma que era totalmente vulnerable o que él no se daría cuenta de que evitaba mostrar mis ganas de destruírlo.

Lo amaba, pero mis ganas de destruírlo por haberse metido a mi vida y cambiado mis planes eran enormes.

Levanté las cejas en un movimiento rápido y luego las bajé, una sonrisa se formó en mis labios — Tan inteligente, Dalter.

Fuera de mi habitación ©️ | (+18) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora