Declaración de guerra

1K 161 86
                                    

Capítulo 9

Todo me tenía algo extrañada, no me generaba ningún tipo de sentimiento como tristeza, miedo o pena. Lo único que podía sentir en ese momento, era curiosidad y un poco de inquietud. Me sentía con la necesidad de saber que estaba ocurriendo detrás de todo aquello y de quienes se trataba.

Lo primero que pensé al oír de los asesinatos, es que el chico que llevaba años acosando a mi familia era el culpable. No lo delataría, no estaba en mis prioridades ser asesinada a temprana edad. Pero algo que también rondaba por mi cabeza, es que él no sería capáz de algo así, talvéz lo estaba subestimando y eso era malo, pero talvéz no.

A veces, las personas que más demuestran son las que menos accionan.

Un psicópata odia ser llamado de esa forma, no quiere reconocer o son pocos quienes reconocen lo que verdaderamente son. Hay de muchos tipos, no necesariamente se trata de personas sin sentimiento, es más, hasta las personas más amorosas lo son.

El amor puede ser el mejor detonante para una enfermedad mental.

De eso sabes, ¿no Eider?.

Me quedé inmóvil, pensando en tantas posibilidades con aquel caso, que olvidé a quienes tenía frente a mi. Ambos me miraban con preocupación, como si por sus cabezas pasara que tenía miedo o me sentía triste por algo. Cosa que no era.

Me sorprendió aquel método, sobre todo lo de las princesas. ¿Quién se tomaría el tiempo de maquillar a su víctima y embellecerla para una horrible muerte?. El hecho de que el homicidio fuera concluído en una iglesia me causaba intriga hacia el asesino, demasiada.

Y si...

No.

Meneé la cabeza y volví a la realidad, sonriéndo a las dos personas que tenía frente a mi.

Con falsedad, claro.

- ¿Estás bien? - preguntó Holly, su ceño se frunció -, ¿sueles sonreír cuando tienes miedo o...?

- No, ¿porqué sonreiría sin sentido alguno? - volqué mis ojos -. Estoy sonríendo porque solo quise hacerlo.

- Okay, chica rara, vamos al campus.

Dess me hizo una seña para que comencemos a caminar.

- ¡¿De verdad?!

Dess y yo miramos a Holly con cansancio.

- imagino que puedo ir con ustedes.

Dess rió - pues claro, no pienses que sería tan cruel.

- No podrías - comencé a caminar y él adelantó el paso para quedar a mi lado.

- no pareces ser muy inteligente.

- ¿De verdad? ¿Qué te hace pensar eso?

Saqué un caramelo de mi bolsillo y comencé a abrir el emboltorio, demostrando que la conversación no me importaba en lo más mínimo.

Él extendió sus manos - pues, no sé. Que crees que no puedo ser cruel, talvéz.

- Es que no puedes - sonreí de lado y lo observé, sabía que tocaba su ego -, ¿o vas a negarlo?

Pasó su lengua por el interior de su mejilla y volcó sus ojos.

- Créeme, soy muy cruel.

- Déjame adivinar - me paré frente a él -, rompiste el corazón de una niña.

Eso pareció dolerle justo en su ego de hombre, me encantaba cuando eso sucedía.

- ¿Quieres que te demuestre lo duro y cruel que puedo ser? - gruñó y acercó su rostro al mío, mostrando más coraje. Al parecer, toda la humillación la transformaba en adrenalina.

Fuera de mi habitación ©️ | (+18) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora