Limpiar sus pasos

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Capítulo 24

Se sentía extraño estar frente al Dalter de siempre luego de haber visto un lado que parecía ser sencible; realmente me confundía de todas las formas existentes.

Terminé de bañarme luego de que él permaneciera un momento en silencio junto a mí en la bañera, y decidí salir. Había tomado una ducha caliente para tratar de relajar mi cuerpo, lloré todo lo que creí que debía llorar por Jackson y luego acepté el destino que le había tocado. Con mucho cuidado sequé mi cuerpo y me observé en el espejo; odiaba que mis ojeras estuvieran tan notorias y que mi piel estuviera más pálida de lo normal.

Suspiré y, sintiendo un vacío en mi pecho, decidí salir del baño. Me sentía triste como cualquier persona, aunque odiaba hacerlo. Dalter estaba acostado sobre mi cama con su brazo tapando sus ojos, al parecer se encontraba muy rígido y cansado. Podía sentir su estrés y toda su preocupación emanando de su cuerpo y llenando la habitación.

Suspiré y me senté a su lado, él ni siquiera se movió al sentir el colchón aplastarse cuando me puse sobre él. Rasguñaba mis manos de los nervios, no tenía idea de que decir o que podría hacer para alivianar a alguien como él. Dalter había planeado una cena con todo lo que me gustaba, hizo que la noche de mi peor día fuera perfecta y me ayudó a sentirme bien cuando me encontraba cayendo.

Tenía que intentar hacer lo mismo, ¿verdad?

Ya comprendía que Dalter no era un monstruo, sino un chico prisionero de su pasado y cargado de injusticias que lo obligaron a parecer uno. Aunque no le gustara el esfuerzo de una persona tan simple como yo, haría lo que estuviera a mi alcance para mantenerlo distraído aunque sea unas horas. Tenía muchas ideas en mente que estaba segura que no podría cumplir, pero luego me dije a mi misma: ¿Porqué no le das lo que haz soñado dar?

Maravillosa idea , Pacalí.

Dalter podía conocer mis gustos musicales, literarios y artísticos; pero no conocía mis sueños, aquellos sueños románticos que solía tener pero me obligaba a olvidar por mi tonta creencia de que el amor era solo una excusa para servir a alguien y ser servido de la misma forma. No había mejor idea que sorprenderlo con lo que él no podía ver de mí, lo que jamás pensó que vería.

Mis manos temblaban, estaba realmente nerviosa. Dudando, guié mi mano lentamente para colocarla sobre su abdomen; él quitó su brazo de sus ojos y frunció el ceño. Me esforcé por no quitar mi mano de allí pero mi rostro ardió como jamás lo había hecho. De repente, una carcajada eliminó todo el silencio en el cuarto y decidí quitar mi mano. Agaché mi mirada y observé mis pies sintiéndome una tonta por intentar ayudar.

Retomó el aire luego de reír tan fuerte — ¿De verdad te haz puesto caliente ahora?

Fruncí el ceño y volqué mis ojos — estás demente, Dalter. Solo quería quitarte esa camisa, está toda manchada de... de sangre.

Mordí mi labio inferior y parpadeé varias veces para evitar sentirme triste y llorar de nuevo por Jackson. Sabía que Dalter notó mi reacción ante mencionar la sangre de Jackson. Oí un suspiro de su parte, como si se terminara de convencer de que tenía que seguirme la corriente para que yo no me sintiera mal.

Todo iba de acuerdo al plan.

Cerré mis ojos y agaché mi cabeza por un momento, necesitaba tener algo de fuerza mental para cargar con Dalter por unas horas. El hecho de que él aceptara hacer todo lo que dijera solo por lástima hacia mí, era más que suficiente. Sea como sea lo había logrado.

— Pacalí — susurró —, quítamela si gustas.

Escondí mi sonrisa pero mis mejillas rojas de ardor no me ayudaron mucho. Dalter se sentó en el borde de la cama y me permitió quitarle la camisa. Las imágenes de él pateando a Jackson se venían a mi mente, eran horribles y difíciles de borrar por mucho tiempo.

Fuera de mi habitación ©️ | (+18) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora