Hacia donde sea que vaya

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Capítulo 34

— ¿Qué?

No sabía si moverme del lugar, estaba realmente sorprendida por sus palabras. ¿Quería irme? Si, pero no era tan sencillo como lo parecía, el escapar tenía muchos riesgos aunque también ventajas para nosotros.

Traté de pensar bien antes de accionar, en tomar decisiones de la manera más ligera y correcta. Si quería comenzar una nueva vida, o morir lejos de donde estábamos, había que poner de mi parte.

Dalter miró sobre su hombro e hizo un movimiento de cabeza en señal de orden, asentí y comencé a correr escaleras arriba.

¿Qué haces? ¿Acaso piensas que es olvidarlo todo y seguir adelante? ¿Crées que estarás a salvo de tu pasado o de lo que contigo llevas?

Traté de ignorar mis pensamientos, su voz y todo lo que se presentara como obstáculo ante nuestras decisiones. Estaba algo ansiosa pero un tanto alegre por estar a punto de escapar de mi casa, de esa ciudad en donde tanto había sufrido.

Pero algo no andaba bien.

Me detuve a pensar antes de abrir la puerta de la habitación.

El caso de "las princesas" estaba cerrado, aunque era algo que los policías no podrían saber si no encontraban evidencias o se enteraban de lo que nosotros sabíamos. El hecho de que llegaran a encontrar el cuerpo del señor Jones haría que nos persiguieran a nosotros como los responsables del caso; los oficiales llegan a ser más que tontos.

Mi cabeza comenzaba a estallar, la ansiedad me hacía sobrepensar mucho las cosas y me estaba volviendo más loca de lo normal. La simple pregunta de " ¿qué pasará ahora? " era la encargada de atormentarme la vida.

Pensaba que si tan solo Holly y Jackson no se hubiesen metido en nuestros asuntos, todo estaría más que bien; pero tenía que aceptar que gran parte de la culpa y errores la tenía Dalter, había pensado más en su objetivo que en lo que sería llegar a él, tanto que dejó cabos sueltos.

Todo hizo que ambos nos arrastráramos al mismo infierno.

Abrí la puerta de donde se encontraba mi madre y la saqué fuera de un solo jadeo, quería que se rompiera el cuello accidentalmente y muriera sola, pero para mi mala suerte tuvo equilibrio. Antes de salir, recordé un dato muy importante.

El arma de papá.

La saqué de debajo del colchón y los bajé a todos luego de terminar con mamá y sus súplicas.

— Aquí están — señalé a Melania, papá y mamá con el arma mientras bajaban frente a mi —, ¿y ahora?

— ¿De dónde sacaste eso?

Me encogí de hombros — Papá sabe como cuidar su dinero.

— Ten cuidado, no es un juego, Pacalí.

— ¿Crées que no lo sé? — volqué mis ojos y bufé —. Voy a cambiarme.

— ¿Qué? — lo observé por unos segundos —. No hay tiempo, Eider, no tenemos todo el día.

— No iré con este vestido, necesito comodidad.

— Quítatelo.

Fruncí el ceño — ¿Estás loco?

— Eider — pronunció cansado, aún con el arma en dirección a Holly —, tienes pantalones cortos y una básica por debajo, sé que usas eso como pijama.

Mis mejillas se enrojecieron y presioné los labios — Amm, si, okay.

Me quité el vestido y pude sentirme más cómoda. Lastimosamente, mi básica estaba manchada con sangre, eso hizo que me quejara y me sintiera algo incómoda.

Fuera de mi habitación ©️ | (+18) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora