Escapar del pasado es imposible

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Capítulo 29

Dalter Jones

Verla a los ojos por segunda vez en el mismo mes se me hacía escalofríante. ¿Cómo era posible tener varias personalidades en un solo cuerpo? ¿Cómo eso podía ser real? La mente humana está llena de misterios y, aunque hayan encontrado ciertas explicaciones científicas, jamás estarían completas.

Los recuerdos de nuestra estadía en aquel hospital psiquiátrico no paraban de rondar en mi cabeza; cada noche, cada día y a cada segundo, los recuerdos invaden mi mente, recordándome con quien me había topado el destino y como la vida había decidido que todo fuera injusto para nosotros.

Jamás olvidaría como había sido nuestro primer intercambio de palabras, bueno, mis palabras.

Luego de haber sufrido el impacto contra aquella ventana, se me fué imposible evitar el desmayarme y caer en un profundo sueño; por esa razón fuí llevado a enfermería, en donde se encontraba la bella dama en desespero.

Abrí mis ojos lentamente y un dolor en mi frente hizo que me quejara. Pasé mi dedo índice sobre las heridas en mi cara y confirmé que estaba gravemente herido. Traía una venda en la mitad de mi cabeza y ulgunas en mi frente, eran tan molestas pero si me las quitaba me dormirían de nuevo, como cada noche.

Dormían con pastillas a un simple adolescente que solamente buscaba justicia.

Suspiré y cerré mis ojos un momento.

Concéntrate, Dalter, tu puedes con esto.

Siempre me repetía aquellas palabras cuando sentía mi paciencia caer o mis fuerzas eliminarse, era una manera de mantenerme cuerdo y de pié. Estaba cansado de mostrar mi ira y que me trataran como un animal, no merecía ser tratado de esa forma.

— Con cuidado — la voz de un enfermero hizo que abriera mis ojos y ahí la ví, la traían en una camilla y la colocaban junto a mi —, despertará en unos segundos.

Ellos limpiaban unas heridas que se encontraban en sus tiernos y pálidos brazos, mi pecho se contrajo al ver que se trataba de un intento de suicidio. Los enfermeros estaban tratándola con mucho cuidado, algo que los encargados de su salud mental no harían.

Una enfermera, la enfermera Cameron me observó un segundo con sus bellos ojos tiernos. En varias ocasiones me había prometido que todo mejoraría, ella sabía por lo que yo había pasado y de alguna forma me había convencido de que le contara la verdadera razón por la que me encontraba internado en ese hospital. Ella siempre intentaba darme esperanzas, sabía que no lo hacía solo conmigo, pero yo ya era un caso perdido.

Ella acarició la frente de aquella bella chica y suspiró en cansancio — Vámonos, despertará y no queremos que se altere.

— Está bien, ¿Las pastillas para la paciente de la habitación 08 están listas?

— Si — todos los enfermeros salieron y ella, la enfermera Cameron me observó antes de cerrar la puerta —. Sé gentíl, Jones.

La ignoré, no quería mirarla a los ojos y mostrarle lo que sentía. Según mi padre, mostrar las emociones me hacía débil, tenía que aprender a disciplinarme a mi mismo para aprender a que la gente no viera debilidades en mí, que me vieran indestructible.

Oí algo que me quitó de mis pensamientos y volteé hacia la chica, ya se había alterado tal y como decían los enfermeros, pero tenia las manos y piés amarrados a la camilla. Sentí algo de lástima por ella, realmente parecía no merecer el estar allí; y luego de ver a su madre y aquel fajo de dinero, se me confirmaba.

Ella sacudìa su cuerpo con desespero e intentaba safarse de los amarres, comenzaba a gritar pero por el bien estar de los padres y pacientes de afuera, la habitación era a prueba de ruidos. Ella continuó luchando y llorando desconsoladamente, parecía a punto de lastimar su cabeza.

Fuera de mi habitación ©️ | (+18) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora