[ cuarenta ]

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Ella sacó las llaves de su cartera y comenzó a caminar. Estaba por llegar tarde a la presentación de su hijo, y no se podía permitir aquello. Se subió al auto y arrancó lo más rápido que pudo. Cuando llegó se bajó y casi corrió hacia adentro del auditorio. Un poco agitada se acerco a una de las profesoras.

-Señorita Mimi, ¿Dónde está mi hijo?- le preguntó recuperando un poco el aire que había perdido.

-Jughead está detrás del escenario señora Jones- le señaló el camino con el dedo.
Eva asintió con la cabeza y movió de nuevo sus piernas para acercarse al lugar. Corrió una cortina y lo vio parado en medio de todas las niñas. Sonrió levemente. Él levanto su pequeña mirada y sonrió mostrando todos sus dientes al verla.

-Lo siento señoritas, pero llego mi reina- les dijo a las niñas y se abrió camino de ellas para acercarse a su madre. Eva se agachó cuando estuvo cerca.

-Eres todo un galancito- le dijo divertida.

-Lo mami, pero solo me interesas tú- dijo él.

-Okay, acabas de ganarte un helado para cuando termine la función- dijo ella y acomodó un poco su pelo- ¿Estás nervioso?

-No, para nada- afirmó y sonrió.
Su madre levantó su mano y acarició su rostro. Su nariz pequeña adornaba su cara de niño. Él era tan bello, su pequeño bebé. Con sólo 5 años ya era un hombre. Una de las profesoras de ballet de acercó a ellos.

-La función ya va a comenzar- les avisó. Ambos asintieron y volvieron a mirarse.

-¿Papá vino?- le preguntó él esperanzado

-No Juggie, papá está ocupado- dijo ella.

-Siempre está ocupado- susurró bajando la mirada.
Eva tomó su mentón e hizo que la mirara a los ojos. Ella no podía permitir que la concentración y el autoestima de su hijo bajaran por eso.

-Pero yo estoy aquí y yo quiero verte brillar. John también vino a verte...

-¿John está aquí?- dijo entusiasmado.
John siempre venía a verlo y eso lo alentaba. Eva sonrió.

-Sí, está aquí y ambos queremos que seas el niño más lindo de todos- Jughead rió divertido.

-Soy el único niño mami- le dijo.

-Tienes razón, pero no importa. Para eres el único y estoy muy orgullosa de ser tu madre. Ahora sal a ese escenario y haz lo que sabes hacer- dijo y le dio una pequeña palmada para que caminara.
Jugh movió sus pequeñas piernas hacia el escenario y Eva lo perdió de vista.

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Se sentó en el gran piano de la cada de su abuela. Tenía que terminar de saber las notas, antes de que su madre llegara. Levantó la tapa del piano y así se sentó en el asiento. Sus pequeñas piernas no alcanzaban el pedal. Así que busco un libro y lo apoyó sobre el para poder tocar tranquilo. Miro las 88 teclas del majestuoso piano de cola. Con cuidado apoyó uno de sus pequeños dedos sobre una de ellas.

Peligrosa Obsesión| Bughead Donde viven las historias. Descúbrelo ahora