#sueños

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Entro con mi pequeña colección de pertenencias: en su minoría ropa, zapatos, y fotos. Mi habitación tiene una vista del agua, y por las primeras seis semanas, me despierto cada mañana asustada de que esta nueva vida me será arrebatada, como la otra de la que me enamoré. Tengo pesadillas con tener que salir de Port Townsend y la fábrica de conservas. Cada sueño termina con el Range Rover hundiéndose en el agua detrás del ferry.

Durante el día trabajo en la galería, ayudando a Elaine con los libros, las ventas, y las piezas enviadas a los clientes de otros estados y países. Me gusta, es un trabajo pacífico y Elaine se contenía. Algunos días Victoria se reúne conmigo para el almuerzo, y otros días llevo mi sándwich al puerto donde paseo leyendo los nombres de los botes hasta que es hora de volver.

Por las noches, trabajo en mi arte, todo ello es terrible. "No puedes forzarlo", me dice Victoria cuando lanzo un pincel a través de la habitación. No soy muy buena en nada, pero quiero serlo. Eso es suficiente para mantener mis manos y mente moviéndose entre pinturas, arcillas, y palabras.

Lo que me niego a hacer es todo lo que hacía antes. Se necesita disciplina para lograr esto, ya que los seres humanos son adictos a lo familiar. No veo reality shows o leo novelas románticas para llenar mi vida con todas las cosas que me faltan. No le mando mensajes a Kyuhyun. Excepto esa vez. Pero generalmente no le mando mensajes a Kyuhyun. Y entonces un día él me envía uno, después del tramo más largo que nos hemos pasado sin hablar. Estoy tomando un paseo por el muelle, tomando fotografías de los botes, cuando su nombre aparece en mi pantalla.

Estoy nerviosa por abrir el mensaje. Absurdo. O tal vez no, ya que no quiero que sepa que estoy viviendo en la fábrica con Victoria.

CH: No puedes simplemente mudarte a mi casa y ya no hablarme.

AG: ¿Por qué no?

CH: Entonces, ¿de verdad no me vas a hablar?

AG: ¡No! No dije eso.

CH: ¿Dónde estás viviendo?

Uff. Puaj. No es su asunto de todos modos. No tengo que responder. De hecho, no lo haré.

AG: Tengo una compañera de cuarto. Es Victoria. Alquilo una habitación de ella.

Me muerdo los dedos mientras espero que su burbuja de texto aparezca, pero nunca lo hace. Dios, es como si no tuviera autocontrol. Sin fuerza de voluntad. Pienso en mandarle"¡Psicópata!". Pero no hago cosas como esa tampoco. "Oh Dios mío, se supone que debo estar haciendo las cosas de manera diferente".

Envío:

AG: Psicópata.

Y luego:

AG: Es broma. Sobre lo de psicópata. No Victoria. De verdad vivo con ella.

Y después:

AG: Ella es genial. Ni siquiera me importa lo que pienses.

Y entonces:

AG: ¿Estás enojado conmigo?

Casi me desangro los dedos para el momento en que su burbuja aparece, pero eso es bueno porque todo el mundo tiene dedos, y me gusta ser diferente.

CH: Eres maníaca.

Juro por Dios, estoy tan triste por mis dedos. Estudio mis manos antes de escribir:


AG: No. No, en absoluto.

Él envía una imagen. La reconozco como parte de la barra en la taberna en Wing's. La imagen es la de un vaso de vino colocado en una servilleta de bebidas. Sonrío.

A la Mierda con el AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora