Esto es algo que he aprendido. No puedes huir para encontrarte a ti mismo. Eres tú mismo sin importar a dónde vayas. La diferencia es, si estás huyendo, estarás muy ocupado para recoger la espada y enfrentar a tus enemigos.
A veces tu enemigo serás tú mismo; a veces serán esos con poder para herirte. Sácate tus zapatos y para de huir. Vive a pies descalzos y pelea con todo. Pensé que, si ponía la distancia necesaria entre nosotras, mis sentimientos desaparecerían. Debería haberlo enfrentado yo misma en aquel momento.
Summer no encuentra a Kyuhyun. Nadie puede.
Ha apagado su teléfono y desaparecido. Sarah me llama vuelta histérica mientras dejo el hospital un día después, demandando el saber qué le he hecho. A Kyuhyun. Como si Kyuhyun no fuese posiblemente capaz de escogerme por su propia cuenta. Debo haber usado magia o algo.
—No hice nada, Sarah. No soy mejor que tú— y luego cuelgo.
—Pienso que es tiempo de superar eso— me dice Summer. —Obviamente ha tomado su decisión entre ustedes dos.
—Mierda— digo. —¿Debería llamar y disculparme?
—Absolutamente, no— dice Summer. —Debería sufrir un poco— me mira de reojo. —Lo volvió a decir. Cuando Kyuhyun canceló la boda. —
—Claro que lo hizo.
—Sabes— dice Summer. —Sarah es tan insegura, que casi la hace fea. De la manera que es tan insegura de sí misma, que te hace también insegura sobre ella.
Hago una cara. No importa. Todo lo que me importa ahora es Kyuhyun, no la "perfecta" Sarah.
No sé dónde está Kyuhyun. Me está matando que no sepa cuánto lo siento. No se puede esconder por mucho. No se mantendrá alejada de Sophie.
—Se está calmando— le digo a Summer. —Desaparece cuando escribe y cuando piensa.
—Así que, ¿Cómo vas a afrontar su marcha?
—Tengo que ir a casa— digo. —Pienso que está allí.
Cuando aterrizo en Seattle, rento un auto del primer lugar que veo. Todo lo que tienen es un Ford Focus blanco con una abolladura del tamaño de un puño en el parachoques.
Nada de Range Rover esta vez. Me arrastro en el asiento del conductor, exhausta y tomo una selfie. La llamo: "Instinto". No dormí para nada en el avión, leí el manuscrito de Kyuhyun. Cuando lo terminé ordené un vodka puro. Me estaba hablando. Y no tuve las agallas de leerlo. Cuando conduje dentro del ferry me quedé en el auto, golpeando impacientemente con mi dedo sobre mi rodilla.
El ferry siempre se ha sentido como libertad, pero ahora no podría sentirme más atrapada.
Necesito encontrarlo. Eso es todo lo que sé. No hay nada que incluso confirme que está en Port Townsend. Cuando llamé a Victoria, no había oído nada. Voy por instinto. ¿Cuánto tiempo por delante de mí ha estado en Port Townsend? ¿Dos días? ¿Tres? Recién he bajado del ferry hacía Kingston cuando mi teléfono suena. Es Victoria.
—Tienes que regresar— dice. Suena sin aliento, como si hubiese estado corriendo. —Se estaba subiendo al ferry justo cuando bajaste.
—¿Qué?— piso el freno y alguien me da un bocinazo. —¿Cómo lo sabes?
—Su mamá. Acaba de volver de la casi boda. Pasó dos días en su condominio, ahora va a volver a hablar con Sarah y ver a Sophie.
Doy una vuelta en U, saltando una pequeña banqueta y casi golpeo a un peatón.
—Voy en camino— digo.
Cuelgo el teléfono y yendo directo, casi abrazando el volante.
Por favor, Dios, por favor déjame lograrlo. Nunca la alcanzaré si pierdo el ferry.

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A la Mierda con el Amor
RomanceCuando Amelia despierta de lo que fue el sueño más extraño de su vida, se da cuenta que sus sentimientos también despertaron. Tratando de no parecer desquiciada, intenta por todos los medio que aquel sueño se vuelva realidad. Pero en el intento debe...