#ayudantedechef

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Me despierto y acecho todos sus perfiles de nuevo. Nada ha cambiado desde anoche, pero es lo primero que pienso hacer. Tengo siete llamadas perdidas de Sarah y David. Llamo a David primero, mientras estoy acostada sobre mi estómago, estudiando una imagen que Kyuhyun tomó de una gaviota posada sobre un trozo de madera flotante.

—La película estuvo genial— me dice David. —Aunque no sé si alguno de ellos vio algo; estaban uno encima del otro.

Reportó la fotografía de Kyuhyun como inapropiada por despecho.

—¿Qué quieres decir?— pregunto —Kyuhyun en realidad no es tan cariñoso.

—Creo que realmente se gustan entre sí. Estaban haciendo bromas sobre fugarse para casarse anoche.

—¿Qué? ¡No!— meto una almohada sobre mi boca y ruedo sobre mi espalda.

Afortunadamente, David pensó que estaba molesta por Sarah.

—Relájate. Sabes cuán loca por los chicos está Sarah. En realidad no va a casarse con él.— comenta David.

Hago la señal de la cruz mientras miro hacia el techo.

—Nos pidieron ir con ellos a Barclays esta noche, pero les dije que no sabía si tú podías ya que tienes que estudiar.

—Iré— digo rápidamente.

Ruedo fuera de la cama, tratando de aterrizar sobre mis pies, pero en lugar de eso me quedo atrapada en las sábanas y caigo al suelo. David no escucha el golpe, o mi
grito de dolor.

—Te recojo a las siete—dice antes de colgar.

No espera a que me despida. Me quedo enredada en mis sábanas y casi me quedo dormida de nuevo, pero mi teléfono suena. Es Sarah esta vez.

—David dice que vienes esta noche– dice. —Estoy tan jodidamente emocionada.

Escucha, sé que esto va a asustarte, pero en realidad creo que Kyu va a pedirme que me case con él.

Mi "¿qué?" es amortiguado por las mantas.

—Lo sé, lo sé— dice Sarah. —Pero cuando lo sabes, lo sabes. Eso es lo que todos dicen.

Lucho por salir de las mantas y me levanto de un salto. Me veo en el espejo y me estremezco. Mi cabello desordenado, sobresaliendo en todas direcciones. Estoy usando mi pijama del Rey León de mis días de secundaria. No puedo soportar la idea de tirarlas, porque Simba y Nala tenían un amor hermoso. Hay un golpe en mi puerta. Ya la estoy abriendo cuando Sarah dice:

—Ah, sí, Kyu debería estar ahí en pocos minutos. La envié a conseguir el bolso de mi laptop.

Es demasiado tarde para cerrar la puerta. Con su novia parloteando en mi oído, le abro la puerta al esposo de mi sueño. No el esposo de mis sueños, sólo mi esposo en el sueño. Excepto que ni siquiera estoy segura que estuviéramos casados, sólo teniendo hijos fuera del matrimonio y viviendo en Port Townsend como un montón de hippies.

Kyuhyun levanta las cejas cuando me ve.

—Me tengo que ir— le digo a Sarah

Cuelgo sin esperar su respuesta.

—Hakuna Matata— saluda Kyuhyun.

—Tan predecible. ¿Haciendo recados para la reina?— respondo.

Pienso en estirarme para alisar mi cabello, pero si abrí la puerta así, bien podría quedarme como estoy.

—¿Sarah dejó su bolso aquí?

—Sí— doy un paso a un lado para que Kyuhyun pueda entrar.

Cuando pasa por mi lado, me llega el aroma de su perfume. No es el mismo que el del sueño, pero es bueno. David no usa Perfume. Lo observo mirar alrededor de la
sala por el bolso de Sarah. Sé dónde está, pero quiero observarlo. También quiero ser mala con él porque está arruinando mi vida.

A la Mierda con el AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora