Kyuhyun no viene a Barclays. A último minuto llama a Sarah y le dice que algo surgió. No sé quién está más desilusionada: si Sarah, quien comienza a llorar, oyo, enfurruñada en una esquina pretendiendo escuchar a David mientras habla sobre ciencia espacial, o alguna mierda como esa. Ordenamos bebidas, y saco un bolígrafo para garabatear en mi mantel. Una vez más, Sarah y David tienen una conversación sin mí.
Me pregunto cuándo me convertí en la rara. La pequeña paria social quien se sienta en las sombras, tratando de descubrir su talento artístico escondido. Incluso ordené una bebida diferente a mi usual vodka. Se ve demasiado infantil para pedirlo, ahora que he amueblado una casa con muebles de lujo. Ordeno otra copa de vino. Blanco esta vez.
La noche termina temprano, y David nos lleva a ambos a casa. Sarah me pregunta si puede quedarse a dormir. Digo que sí, pero no me gusta cuando se queda a pasar la noche. Pese a toda su apariencia, piel suave y brillantes ojos, Sarah se echa gases mientras duerme. Es realmente incómodo. La mayoría de las noches duermo en el sofá y regreso a la cama antes de que se despierte.
David nos acompaña hasta la puerta y me da un beso de buenas noches.
—Estaba esperando que tuviéramos algo de tiempo juntos esta noche. Para... ya sabes..
Menea sus cejas hacia mí.—¿Para qué?— pregunto secamente. David no capta mi humor. No es nada contra él, en realidad. Pero a veces me gusta ponerlo nervioso.
—Para hacer cosas— mira sobre mi hombro a donde Sarah está quitándose sus zapatos y tomando el control remoto.
—¿Cómo...?
—Tener sexo— susurra David.
—¿Qué? ¿Por qué estás murmurando?
—Para tener sexo— dice más alto.
—¡Ew!—dice Sarah desde la sala de estar. —Estoy justo aquí.
Lo veo ponerse de un rojo brillante, y me río. David es lindo.
—Habrá mucho tiempo para eso la semana que viene, amor— digo.—Después de que los finales terminen.
Me da un beso de buenas noches realmente bueno. Casi se me nubla la vista a medida que recuerdo todas las razones por las que la amo.
1. Bueno besando.
2. Amable.
3. Tonto.
4. . . .
Sarah me hace cocinarle un bocadillo. Cocinar. Como, en realidad tengo que derretir la mantequilla y cortar ajo para lo que quiere. Se sienta en el sofá, viendo un programa sin sonido, y habla sobre Kyuhyun todo el rato. Piensa que una propuesta va a venir, pero ahora posiblemente la está engañando.
—He estado distante— me dice Sarah
Me pregunto cuándo fue eso.
—¿Emocionalmente distante?— pregunto.— ¿O físicamente? Porque cada vez que miro, estás sobre su regazo.
—Emocionalmente— dice Sarah sin titubear.
—La semana pasada mandé dos de sus llamadas al correo de voz. Estaba en el baño. Y ayer, cuando me preguntó sobre cómo tocaba el bajo, le di una respuesta realmente genérica.
—Ouch— digo —La boda se cancela.
—¡Esto no es una broma, Amelia! Él es el amor de mi vida. Mi alma gemela.
Frunzo mi nariz. ¿No leí en algún lugar que había una diferencia? Pienso en decirle sobre mi sueño. Tal vez eso es lo que necesito. Una buena carcajada sobre Kyuhyun y yo. Pero Sarah probablemente diría que Kyuhyun y yo no tenemos nada en común. Y entonces me enojaría. Ella no nos vio desayunando. No sabía que lo hice cambiar de opinión sobre el
café. O que estaba trabajando duro para ser una artista de libros para colorear, porque en mi sueño Kyuhyun me dijo que lo era. O todo eso.
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A la Mierda con el Amor
RomanceCuando Amelia despierta de lo que fue el sueño más extraño de su vida, se da cuenta que sus sentimientos también despertaron. Tratando de no parecer desquiciada, intenta por todos los medio que aquel sueño se vuelva realidad. Pero en el intento debe...