CAPITULO 3

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Un dia antes...

Sueño de Zoey

Había un lago enorme, se encontraba de pie sobre una calle adoquinada solitaria las casas que veía parecían trasportarle en el tiempo puesto que eran tan viejas que en algunas de ellas se encontraban numerosas plantas de esas enredaderas verdes cubriendo gran parte de sus paredes casi hasta los techos, sin embargo, desconocía aquel bello paisaje. Al levantar la mirada a lo lejos pudo observar unas grandes cordilleras congeladas en la distancia escucho unas fuertes risas muy seguramente turistas.

Un lugar muy tranquilo, ese tipo de paz que pronto comprendió precedía a la tormenta por desatarse al escuchar claramente el llanto de un bebé, sus instintos la urgieron a correr hacia el sonido atravesando calles y personas que parecían ajenos a los lamentos de un pequeño, llego frente a una iglesia antigua con una única torre que llegaba más alto que cualquier otra estructura en aquel lugar mirando hacia arriba un hombre alto cargando en sus brazos un diminuto bulto que enfebrecido gritaba y al que no le daban ningún consuelo.

Ese extraño hombre envuelto en oscuridad al parecer noto su presencia ya que mirando en su dirección lanzo su carga al vació, Zoey corrió con todas sus fuerzas, rogando al universo por aquel pequeño ser inocente de toda culpa y sin importar cuan rápido trato de llegar a tiempo, ese pequeño se precipitó sobre el empedrado de la calle sin que ella lograra alcanzarlo.

Zoey grito con todas sus fuerzas, al detenerse frente al cuerpo sin vida del bebe bañado en su propia sangre.

Al abrir sus ojos, noto que sus ojos estaban abnegados en lágrimas, cayendo en cuenta de que sus molestos sueños regresaban con gran aumento en sus fuerzas, no volvería a dormirse no importaba con cuanta fuerza lo intentará sería un esfuerzo en vano, debía admitir que se alegraba enormemente de no estar dormida. Ese frágil cuerpecito tan pequeño parecía grabado a fuego en su cerebro un ser que ni siquiera tuvo la oportunidad de explorar lo que la vida ofrecía, claro está que raramente ese tipo de sueños era real y porque nuestro padre amado celestial es muy grande no permitiría que presenciara un horror de ese tipo de lo contrario tenía la certeza que se volvería loca.

Unas buenas horas de trabajo en la biblioteca asesorando estudiantes e investigadores la harían sentirse definitivamente mejor.



Nathanael.

Encontrar el Lago Como en Italia había sido muy fácil, sus paisajes totalmente exuberantes de belleza sin igual lo convertían en el mejor lugar del mundo para una pequeña comunidad de hadas, ocultas entre humanos estas sabias criaturas eran su mejor basa para lograr encontrar a tiempo su objetivo. Pero tendría que descender lejos de los ojos curiosos e impresionables, esconder sus inconfundibles alas de los humanos.

Al llegar en la pequeña población, reconoció de manera inmediata una casa con musgo en sus paredes de piedra que parecía casi fundirse con la naturaleza en su entorno realizo un acercamiento lento, pues no quería que salieran huyendo.

No debía llamar la atención, tocando la puerta suavemente pronuncio en un tono de voz musical que conocía nadie podría ignorar – "buona giornata" – decir buen día haría que tuvieran que contestar su saludo y solo un hermano fuerte podría ignorar ese tono.

El sonido de los cerrojos al correrse le dijo que no se equivocaba funcionaba con todos los seres vivos – buen día a usted también – respondió una voz suave mientras el rostro de una niña le daba la bienvenida – no es un viajero perdido – dijo dándole a su rostro un toque de desconfianza.

-Preferiría hablar con quien lleva las riendas en este hogar – dijo entrando en la casa para descubrir que había plantas por todos lados, escuchando murmullos de todas las direcciones.

-No sabemos quién eres. ¿Por qué debería confiar en que sabes que encontraras aquí a la persona que dices buscar? – inquirió la niña, que seguramente tenía una avanzada edad para su apariencia terrenal.

-Podría hacer que venga aquí llamándole – fue la respuesta de Nathanael.

-Creo que es el momento que se retire – dijo la niña, haciendo una señal.

-Si yo fuera tú, dejaría de hacer eso – previno dejando su cautela y sacándose la capa. Sabía perfectamente que quienes les observaban le reconocerían al instante.

Al escuchar el suspiro colectivo, supo que no se equivocaba, conocía a la perfección las costumbres de las hadas y estas tendría lugar una reunión con él que lo llevaría un paso más a acercarse a su objetivo. Fue dirigido a un salón contiguo donde puedo ver un considerable número de hadas en diversas edades muchas más de las que esperaba encontrar en aquella casa teniendo en cuenta su tamaño.

-Un ángel en mi hogar – dijo un hombre de avanzada edad – confieso que me siento intrigado, ¿a qué debemos tal regalo divino? – parecía que se burlaba de él.

-Las peores circunstancias – les advirtió. – he sido enviado en busca de la Brújula – se aseguró que todos lo escucharan – tenemos que encontrar ese objeto, sin él todos estamos en graves problemas. – les aseguro Nathanael.

-Que te hace pensar que, entre nosotros, los aquí presentes se encuentra lo que buscas – lo miro a los ojos – en nuestra comunidad hace unos años nació un bebe con el don de encontrar lo que tanto buscas, sin embargo, teniendo un par de años llego un oscuro, esos de tu familia que vosotros denomináis los Caídos, que acabo con su vida desde la torre la iglesia de este mismo pueblo, al ser territorio sagrado ninguno de nosotros pudo salvarle.

-Me estás diciendo que ya no existe – claramente golpeado por la noticia - ¿en todo el mundo ni uno solo? – inquirió.

-No exactamente – respondió el anciano – existe una pequeña comunidad de híbridos, ellos saben de una mujer con el don – realizando un ademan dijo – fue criada por humanos, sus padres verdaderos murieron y con un pequeño encantamiento logramos ocultarla.

-Eso significa que no sabe nada – Nathanael sabía que eso significaba problemas – si tiene un encantamiento, como supone solución alguna y ¿Cómo se supone que la voy a encontrar?

-Nunca la perdimos de vista – afirmo el anciano – su nombre es Zoey Hope, cree que tiene algún tipo de problema busco ayuda con un psiquiatra, sus padres adoptivos pensaron que la perseguía el maligno nos aprovechamos de ello para ocultarle con un pequeño encantamiento, lo que no sabemos es si logro con los medicamentos anular su don. – lo cual suponía un problema – trabaja en una biblioteca, me temo que tendrás que convencerla que necesitas su ayuda y que su problema no es un problema.

-Menuda estupidez – Nathanael empezaba a sentir furia – cree que la realidad es fantasía, cuando me conozca ensuciara su ropa – decidió que definitivamente tenía que respirar – necesito toda la información e irme lo más pronto posible, esto es mucho peor de lo que imaginaba. 

LA BRUJULADonde viven las historias. Descúbrelo ahora