Nathanael.
Sabía que estaba siendo observado de cerca por el concejo, pero no se esperaba una visita de la índole de Laylah, ella especialmente significaba problemas. Ya que nunca realmente daba a conocer sus verdaderas intenciones, en su opinión atraer la atención de su parte quería decir que existía algún tipo de desacuerdo por algunos integrantes del Concejo, sin embargo, no podía permitirse tal curiosidad sobre su persona y ahora sobre su protegida.
Estaba seguro de un par de hechos, el primero que él Padre Celestial, los estaba cuidando en cada uno de sus pasos, el segundo que estaban yéndose en picada muchos ángeles en conjunto lo que implicaba que existía un ángel de nivel superior con una extraña habilidad para ocultarse no solo de sus hermanos allegados sino del Creador, tercero su Pequeña Mariposa estaba en una posición muy compleja de difícil supervivencia y finalmente el mismo después de las palabras de la arcángel, su paso por la vida estaba llegando al parecer al ocaso y sus emociones apenas tuvieron la oportunidad para hacerle sentir que pertenecía a este universo, donde habitan múltiples especies de las cuales era guardián.
Fue interrumpido de sus pensamientos no muy alentadores por una intensa oleada de fuego recorriendo su piel, su cuerpo se sentía en llamas como si se estuviera quemando desde dentro, desconocía lo que le estaba pasando, solo sabía que el origen de aquella agonía se focalizaba en el costado donde Zoey puso el fragmento de la página del libro sagrado, no sentía tanto dolor pensó, desde que su madre dejo la existencia para pasar a la siguiente etapa, un dolor diferente pero dolor al fin y al cabo, sin embargo pronto descubrió era simplemente el principio de un calvario angustioso.
Cuando pensó que podría acostumbrarse al ardor sintió como todo su cuerpo se convertía en lava pura, se estaba quemando vivo lentamente por voluntad de su Padre, cuando pensó que desfallecía y que sería rebasado por el dolor, entonces de la misma forma sintió que empezaba a enfriarse de una forma inexplicable, se estaba congelando su piel como la más fría de todas las superficies hielo recorría su sistemas y comenzaba a nublársele la mente.
De la misma forma que el fuego, la frialdad fue sustituida por la solides que expulsó de su cuerpo cualquier residuo de frio o calor, que pensó se convertiría en piedra, sin embargo, la solides fue sustituida rápidamente por líquido como si su interior fuera licuado al final con lo que pasaba con su cuerpo, fue invadido por una energía dorada que se filtraba por cada una de las células de su cuerpo, sintió que este poder se amoldaba dentro de él, en cualquier especio disponible, el ciclo avanzo nuevamente haciéndolo tan ligero que tuvo la impresión de convertirse en aire, no debido a que la energía lo estuviera destruyendo desde dentro, sino porque sentía que estaba regenerando su ser, luego sintió un vibrante regocijo que reconoció como vida, llegaba para darle desde fuera para llenarle profundamente intrincándose en su misma alma.
Al finalizar el proceso, se dio cuenta que perdió el sentido del tiempo, tan extraño evento se dio cuenta interfirió en parte de su agudeza y destreza para no perder ningún detalle y noto que sin importar el tiempo que llevara la trasformación en su cuerpo, su Pequeña Mariposa seguía en la misma posición pegada a su cuerpo a la llegada de Laylah, además que debía sentirse un poco incomoda bajo su abrigo, por no mencionar y mucho menos pensar que gracias a su acto de resguardo del fragmento lo había cambiado de una forma fundamental que esperaba significara algún tipo de ventaja para su bando, no obstante no estaba ciego a darse cuenta que esto podría cambiar o iniciar el desencadenamiento para circunstancias mortales para la mayoría de las especies y en especial para la raza humana que era la que se encontraba con mayor desventaja, que incluso otras razas ni siquiera se habían planteado o alcanzado a imaginar.
Deteniendo por un momento la carrera precipitada de su mente, quería cerciorarse que su pequeña Mariposa no hubiera sufrido ningún daño antes, durante o después de su tortura.
Se reacomodo un poco, no recordaba haber manipulado el espacio para evitar que Laylah, ignorara el hecho que se encontraba a menos de unos pocos pasos de la guía, que estaban sin duda siendo cazados por los caídos en su proceso de rebelión y búsqueda de poder.
Al abrir su abrigo noto que Zoey se encontraba acurrucada contra su cuerpo muy quieta, su respiración estaba estable por lo que pregunto:
-¿sentiste eso?
-Bueno ella, parece un poco entrometida – respondió aun pegada a su cuerpo - pero no entiendo porque me guardaste dentro de tu abrigo, apuesto a que le pareció realmente sospechoso – dijo levantando su mirada para verle – a menos que yo sea identificada entre los de tu especie como Hada de disfrute y pérdida de tiempo – trato de aclarase ella.
-un pequeño truco que aprendí en mi infancia - dijo con una sonrisa recordando quien le enseño tal hazaña – desaparecí tu cuerpo dentro de mi abrigo, para ella es como si estuviera solo en este lugar.
-ok, ahora quiero saber porque te hace tan feliz – respondió socarronamente ella con una pequeña sonrisa.
-Te cubrí con mi abrigo – dijo a modo de explicación – y no lo hacia hace tanto tiempo que tal vez estuviera perdido el recuerdo en mi memoria, me hace feliz porque me recuerda a mi madre, un ángel venerada en nuestra especie y que sin embargo jugaba como una niña traviesa con su hijo, mucho antes incluso de las primeras historias recordadas por muchos.
-no veo como tu abrigo me oculto de la vista de tu visitante – replico confusa.
-es como si proyectara a partir de mi cuerpo una imagen de solo mi presencia en la escena que ella podía ver – trato de explicar.
-entonces puedes manipular la mente de otros ángeles – dijo ahora estupefacta - ¿es posible?
-bueno es más como una manipulación de mi entorno cercano, pero no cualquier ángel notaria si tratara de entrar en su mente sin solicitarlo previamente y con cuidado de no ofenderle – dijo Nathanael.
-supongo que quien te lo enseño sabría como descubrir el engaño – dijo tentativamente su pequeña Mariposa.
-lo hace – confirmo Nathanael – pero no Laylah.
-pues tiene un nombre precioso – dijo ella saliendo de su costado sosteniendo en su mano lo que parecía una hoja de papel corriente – creo que ha perdido toda su mística.
-bueno recuerda que es un fragmento de página muy especial para la supervivencia de todos. – puntualizo él. -creo que deberías guardar esa parte tu.
-oh! – dijo con una sonrisilla – sabes cómo tutear a otras personas, es realmente sorprendente.
- bueno pues yo definitivamente con el paso del tiempo he aprendido mucho de todas las especies y creo que mucho de este conocimiento seguramente te haría volar esa cabecita Pequeña – respondió ahora el sabiendo que con esa respuesta le generaría una curiosidad del tamaño de un continente porque ella, realmente era un ser extraordinariamente curiosa y única.
ESTÁS LEYENDO
LA BRUJULA
FantasyDonde la fantasía se torna en realidad y lo imposible es meramente una suposición, nadie se encuentra seguro.