CAPITULO 16

2 0 0
                                    


Zoey

Estar en los brazos de Nathanael le había reconfortado de un modo completamente nuevo, en toda su vida, como era posible que aquel ser lleno de inimaginable magia, como una chispeante fuente de conocimiento y vida, de una sabiduría que hacía temblar a su ser, de una fuerza incalculable con una voluntad para hacer el bien de forma tan innata, el tiempo que se había arraigado en su conducta, su actuar le hablaba de cientos de existencias en un solo cuerpo y ahora se le viera perdido al igual que ella, en esa aventura que podría desencadenar en un fin del universo como era conocido por esto se preguntaba si era posible que en menos de dos días alguien totalmente ajeno a su historia, se convirtiera tan rápidamente en un actor fundamental para conservarse con vida.

Por no hablar, de que cada vez que podía tener un vistazo de su rostro quedaba igual o mucho más fascinada que la anterior, estaba segura que su mera presencia haría sentir mejor a las masas, pues contaba con una intrínseca sensación de paz y seguridad consigo que muy seguramente quienes se encontraban a su alrededor podían percibir, bueno eso sin mencionar sus truquitos de manipulación como de que fue objeto hace menos de un día.

Estar con David era como compartir con quien veía como su hermano, o eso sentía con sus parientes más cercanos, aunque resultaban no ser tan familiares como pensaba hacia un puñado de horas, su vida dio un giro impensable.

No había manera de saber qué sucedería en el futuro, aunque esta afirmación con su reciente descubrimiento de un don que por muchos era considerado imaginario e incluso un mito por embaucadores que se aprovechan de la buena fe de algunas personas, para ella se convirtieron en su reciente realidad, aunque no contara con alas como sus compañeros de viaje, aun si lograra dar fe de todo lo que estaba en juego para todos, su aspecto de salvadora dejaba mucho que desear solo contaba con la certeza de dar todo lo que estuviera a su alcance.

Pudo ver al observar fijamente sobre las aguas una isla seguramente estaba en su trayectoria de vuelo, estaba secretamente loca por colocar nuevamente sus pies en la tierra – la arena contaba – fue un fugaz pensamiento, el paseo con David quien la cargaba estaba resultando surrealista, además que una parte de sí misma y debía ser totalmente honesta para reconocerlo deseaba que Nathanael quisiera llevarla durante el resto de la ruta.

-Ya casi estamos cariño – dijo suavemente David interrumpiendo su línea de pensamiento – debes estar agotada de estar en esta posición.

-Creo que mi cuerpo necesita estirarse un poco – dijo sonriendo amablemente - ¿Por qué motivo nos dejó atrás? – aunque no pronuncio su nombre esperaba no sonar quejica al soltar la pregunta y que David no sé lo tomara a mal, no es como si, que él la llevara fuera incomodo, solo sentía que le faltaba algo allí.

-Es demasiado desconfiado – respondió con presteza David mirando a su alrededor – necesita cerciorarse de que todo va como a él le gusta y que nada sale de su control – aquella parte de la respuesta la desconcertó un poco.

-Acaso quieres decirme algo – pronuncio suavemente mientras quedaban pocos metros para llegar – velar por la seguridad de todos no importa tu especie o condición es verdaderamente desinteresado. – sabía que esta declaración estaba un poco influenciada por su certeza de que todo saldría bien gracias a Nathanael.

-sabes tu algo sobre su vida – dijo suavemente en respuesta.

-Eso no es lo verdaderamente importante en esta oportunidad – no sabía de dónde venían aquellas palabras, pero se sentía como certezas.

-Y yo que pensaba que eras inmune a las caras bonitas – ahora este comentario exsudaba un ácido corrosivo para las entrañas de Zoey, ella nunca había estado interesada en nadie más que en su familia.

LA BRUJULADonde viven las historias. Descúbrelo ahora