CAPITULO 19

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Zoey

Ella definitivamente debería reconocer que su mente después de que este ángel cuyo nombre casi podría envidiar Laylah, casi como el nombre de unos de sus personajes favoritos en una historia que le encanto... aquel relato antiguo que descubrió en la biblioteca, definitivamente hacía que la sensación de bienestar se desprendiera de su cuerpo.

Por otro lado, pasar tanto tiempo literalmente y casi personalmente con sus manos tan cerca de la piel de Nathanael definitivamente le produjo pensamientos innecesarios como tocar su piel, olerle más de cerca definitivamente necesitaba poner en cintura a todas esas hormonas y pensamientos femeninos.

Bueno, definitivamente esto de ser la pupila de un ángel estaba resultando ser una de las aventuras más divertidas de su vida. Entonces como si de un camión se tratase se detuvo provocando de que chocara contra su cuerpo, recordó aquella pregunta inicial que no había respondido:

-a que referías cuando me preguntaste ¿si lo note? – inquirió reaccionando tardíamente a la pregunta.

-bueno cuando llego Laylah estaba sintiendo mi cuerpo muy extraño, después de que nuestra inesperada visitante se fuera, sentí que mi cuerpo se ponía como lava dentro de mí, luego se enfrió tan rápidamente que el frio extremo me congelo desde dentro – explico mientras delicadamente la instaba a caminar con sus manos suavemente sobre sus hombros – deberías seguir caminando, tengo la sensación de que no tendremos agradable compañía si seguimos en este lugar.

Con una sonrisa en su rostro que Nathanael no podía ver Zoey contesto mientras retomaba su camino – eres muy mandón, creo que deberías saber que las personas hacen mejor las cosas que deseas cuando las estimulas a hacerlo sin necesidad de dar órdenes, los resultados son mejores.

-sé que a lo largo de las diferentes civilizaciones las personas eran movidas por diferentes motivos – dijo pensativo – creo que lo que más ha movido a las personas de las diferentes especies ha sido el ansia de poder sobre los demás.

-bueno mejor hubiera cerrado yo mi bocotá – expreso con un suspiro pesaroso Zoey.

-digamos que nos estamos ciñendo a los hechos – lo escucho decir.

-el panorama no es el más alentador, debí suponer que esa conclusión social no estaba basada en compartirlo todo con todos y no excluir a nadie – no entendía cuál era el motivo por el cual escuchar que los deseos más fuertes a lo largo de la existencia de Nathanael estaban basados en tan vacíos intereses, se preguntó a sí misma si el no estaría cansado de tanto egoísmo, pero lo que le pregunto difería completamente de sus pesarosos pensamientos - ¿Cómo es posible que aun creas en todos?

Al darse cuenta que avanzaban sin una dirección aparente y que él estaba estoicamente silencioso se preguntó si su pregunta le había incomodado a muerte, hasta el punto de tratar de ignorar su pregunta, entonces de la nada lo escucho decir:

-espero no te pongas muy nerviosa, pero desde hace dos calles nos están siguiendo – entonces trastabillo mientras él le advirtió – bajo ningún concepto mires en esa dirección, déjalos creer que no sabemos de su presencia.

Definitivamente Nathanael no la conocía en absoluto, decirle que no mire hacia que su curiosidad se disparara hasta el espacio estelar. Como se atrevía a hacerle semejante cosa...

-no pierdo la fe en que los designios del Padre nos guiaran a todos, sin importar nuestros actos – oh!, hombre estaba tratando de distraerla – supongo que si pierdo eso no sabría quién soy a pesar de mi edad, no tendría sentido la existencia para mí.

-supongo que eso es algo significativo, porque yo desconozco completamente mi papel en la vida – se escuchó decir con pesar en su propia voz.

-eres muy joven para descubrirlo tan pronto, además no has tenido la guía adecuada – dijo justo al momento en que coloco una mano en su espalda baja y sintió que la empujaba suavemente – cuando te pida que te ocultes, hazlo por lo que más quieras.

LA BRUJULADonde viven las historias. Descúbrelo ahora