✔️Ghosting -Minsung/Hanknow (LMH+HJS)

VEINTE

-The Reason Why, Twice-

A la mañana siguiente, Minho abrió los ojos de a poco al despertarse. Parpadeó varias veces desorientado. Frotó sus ojos con sus manitas para ver la habitación donde estaba.

La habitación de Jisung.

Su mente le trajo de vuelta los recuerdos del día anterior. Minho sonrió inconscientemente al recordar haberse dormido en brazos del menor. Miró a su lado para encontrar el otro lado de la cama vacío. Justo entonces se dió cuenta del alboroto que parecía haber en la cocina.

Minho se estiró como si de un gato se tratase y procedió a levantarse de la cama. Fue al baño a hacer sus necesidades matutinas y, al lavarse las manos, se miró al espejo.

Casi le costó reconocerse. Al llevar una semana sin pasar por casa, sus heridas se habían curado bastante bien. No había ninguna mancha de color cuestionable y sus ojeras parecían menos notables. Minho se sentía más descansado que en toda su vida. Y sabía que se debía a lo bien que había dormido abrazado a Han Jisung. El cual también era el causante del leve sonrojo que cubría sus mejillas y le daba vida a su expresión. Hacía tiempo que Minho no se veía así de vivo. Jisung conseguía alejar cada uno de los demonios de Minho. Era su ángel de la guarda.

Al terminar de asearse y ponerse de nuevo su ropa, se dispuso a bajar a la cocina. Pensó que sólo estaría Jisung pero, para su sorpresa, la familia Han al completo estaba desayunando.

Minho se quedó en la puerta sin saber qué hacer sintiendo la mirada de todos los presentes sobre él. Se sintió algo cohibido hasta que Jisung se levantó rápidamente y fue hasta él.

-¡Minho! No te llamé porque te veías muy cansado y pensé... -balbuceó Jisung rascándose la cabeza nervioso.

-No te preocupes. -contestó Minho con una sonrisa.

-Ven, ven. Come algo. -Jisung prácticamente lo empujó para que entrara y se sentara junto al resto de su familia.

Tres pares de ojos seguían sobre Minho y éste sólo podía mirar la mesa como si fuera algo apasionante.

-Aquí tienes. -dijo Jisung sirviéndole un plato. Minho musitó un pequeño "gracias" y le sonrió.

-Así que tú eres Minho... -empezó a hablar una niña de unos 12 años. Tenía las mejillas de Jisung y le miraba entrecerrando los ojos como si lo estuviera examinando con rayos X.

-¡Sí! -respondió levantándose y sorprendiendo a todos- P-perdón por no presentarme. ¡S-soy Lee Minho! ¡Un gusto! -hizo una reverencia.

-Chico, tranquilo. No mordemos. -le sonrió amablemente una mujer. La madre de Jisung, supuso Minho.

-Come mucho, ¿sí? -añadió el hombre a su lado. El padre de Jisung tenía la misma mirada que su hijo. Aquella que te tranquilizaba pasase lo que pasase.

Minho sonrió a modo de agradecimiento y procedió a comer. Los Han charlaron durante un rato mientras Minho los observaba y escuchaba hablar alegremente. Podía sentir amor y cariño en cada rincón de la habitación en la que sus risas resonaban. Minho sintió su corazón hincharse al percibir tan buen ambiente.

Dirigió su mirada hacia Jisung y lo vio sonreír y comer llenando sus mejillas felizmente. Jisung era afortunado de tener una familia así. Minho lo envidiaba, pero de forma sana. Se alegraba de que el chico que hacía latir su pobre y rasguñado corazón tuviera una familia en la que apoyarse y ser feliz.

-Entonces, Lee Minho, ¿cuál es tu relación con mi hermano? -el rumbo de la conversación cambió drásticamente y sin darse cuenta tenía a la hermana menor de los Han apuntándole con el tenedor.