✔️Ghosting -Minsung/Hanknow (LMH+HJS)

VEINTITRES

-I know I love you, TXT- 

-¡¿Dónde está ese maricón?!- las voces y golpes despiertan a Minho de su lindo sueño donde vivía en una casita en la montaña rodeada de flores y árboles frutales junto a Jisung. Estaban a punto de cocinar panqueques juntos, y los gritos de alguien que su cerebro aún no procesaba le habían despertado de su idílico sueño.

Llevaba ya casi un mes saliendo con el menor y su relación no podía ser mejor. Además, ya estaban casi en los exámenes finales y Minho no podía creer lo rápido que había pasado el curso. Pronto tendrían el viaje de graduación y en septiembre todos irían a la universidad. Minho no tenía muy claro si iría o no. Qué estudiar en el caso de ir. Se había pasado el último año pensando en que en acabar ese curso podría desaparecer tranquilo y ,tal vez, para siempre. Pero ahora ya no quería eso. Ansiaba vivir felizmente junto al chico de mejillas de ardilla que había irrumpido en su vida de golpe y le había dado un giro de 180º sin pedir permiso. Para su mala suerte, su padre le estaba recordando que él no estaba hecho para ser feliz.

-¡Despierta ya, desgracia de los Lee!-los zarandeos de su cuerpo tirándolo al suelo desde la cama lo sacaron de sus sueños sin consentimiento alguno. Al abrir los ojos, se encontró con el ceño fruncido de su padre frente a sus narices. Sus fosas nasales se habían ensanchado debido al cabreo y Minho sintió que de buena mañana un gran nudo se instalaba en su garganta.

-¿Papá? ¿P-pasó algo?-se atrevió a preguntar con su voz de recién levantado. Trató de incorporarse pero su padre le puso una mano en el cuello.

-¿Que si pasó algo? ¿¡Te atreves a preguntar que si pasó algo!?

Minho pudo sentir hasta las paredes temblar. Estaba apretando mucho su agarre y le faltaba aire para respirar.

-P-papá, no sé qué pudo ocurrir p-pero yo...

-Tú eres un egoísta maricón de mierda. -escupió- Te pedí una sola cosa. ¡Una! ¡Tan sólo tenías que casarte con el hijo de los Kim! ¡Tenías hasta que darme gracias por permitirte chupar un pene por el resto de tu vida! Pero, ¡no! ¡Al niño tenía que gustarle otra polla! ¡Tenía que ser un maricón malnacido!

Minho pestañeó varias veces procesando las duras palabras que su padre le dedicaba. Sentía las lágrimas caer y mojar sus mejillas, pero él no era capaz de moverse. Su padre le atisbó una patada en el estómago mientras lo seguía agarrando del cuello para inmovilizarlo. Minho quiso encogerse por el dolor, pero no podía cambiar su posición. No entendía cómo se había enterado de la existencia de Jisung. Es decir, había tenido el mayor cuidado posible para que no le vieran más feliz de la cuenta o subir en el coche de Jisung. Se había escondido lo mejor posible, pero parecía que no fue suficiente.

-¿Has pensado en nuestra familia alguna vez? ¿Lo pensaste cuando le chupaste la polla a ese otro maricón? ¡No! ¡Porque sólo piensas en ti mismo!

Minho se sentía más pequeño a medida que las palabras de su padre calaban en él. Sentía como si le estuviera pegando latigazo tras latigazo. Su corazón latía muy rápido y el nudo en su garganta le avisaba que en nada empezaría a llorar como un bebé sin poder controlarlo.

La mano de su padre se alzó en el aire dispuesta a hacer lo que Minho tanto temía. El chico cerró los ojos preparándose mentalmente para el impacto del golpe. Pero este nunca llegó.

-¡Basta ya!

La voz de la Señora Park hizo que ambos se giraran asombrados a verla. Minho le suplicó con la mirada que lo ayudase. El señor Lee bufó molesto.

-Señora Park, esto no es de su incumbencia.

-Sí, lo es. Le está haciendo daño al chico.

El señor Lee soltó una risa irónica al escucharla.