•{ Epílogo }•

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—...Espero que esta historia nunca finalice, sino que día a día puedan escribir un nuevo capítulo y disfruten de una vida juntos. Con mi hermano haremos lo mejor que podamos para que esta nueva familia perdure hasta que la muerte los separe. Nuevamente, felicidades a los recién casados y les deseamos largos años de felicidad.

Al final su discurso, todos los presentes aplaudieron a Kazumi. Ella con incomodidad saludó y se retiró del centro, volviendo a su asiento junto a su novio para descansar tras tan agotador momento.

Entre las pocas cosas que su madre había pedido a ella y a Akihiro, estaba el dar un pequeño discurso durante el brindis. Claro que luego de un piedra, papel y tijeras se decidió que quien debía recitarlo era la menor. Él ayudó con un par de palabras, pero hasta ahí llegaba su aporte.

—Fue mucho peor de lo que pensé que iba a ser—Confesó hacía Kenma mientras se recostaba en él.

El chico pasó uno de sus brazos sobre los hombros de ella y acomodó su posición a fin de que sea lo más placentero para su novia.

—No fue terrible, de hecho fueron palabras super lindas. Lástima que no sean del todo sinceras.

—Al menos mamá parece feliz—Comentó con una sonrisa que trazaba melancolía y tristeza.

[♡]

Cuando la música comenzó a ponerse fuerte y todos invitados salieron a la pista a bailar, Kazumi le propuso a Kenma el ir a tomar aire, cosa que él acepto.

Encontraron en el patio del lugar un banco sin ocupar, por lo que no tardaron en ir hacía allí y sentarse.

Kazumi analizó el espacio y tras pensarlo un poco, decidió recostar su cabeza sobre las piernas del chico a la vez que exclamaba en voz media-baja: "Permiso".

—¿Qué haces?—Preguntó entre risas nerviosas, sintiendo sus orejas calientes.

—En los libros y peliculas hacen esto, quería ver si era cómodo—Explicó acomodándose en su nueva almohada.

—¿Y es lo que esperabas?—Cuestionó colocando una de sus manos sobre el cabello rubio de la chica, y comenzando a trazar pequeños circulos sobre su cuero cabelludo procurando tener cuidado de no despeinarla.

—Si, incluso un poco más. Supongo que es porque haces ejercicio, pensé que iba a ser un poco más incómodo. Si fuera un servicio, le daría unas cuatro estrellas de cinco—Dijo mientras con uno de sus dedos realizaba, sobre la rodilla del chico, los mismos movimientos que él hacía en ella.

Así se quedaron un buen rato, simplemente disfrutando de la tranquilidad de transmitia la presencia del otro.

—Esta boda no es tan trágica como pensé que iba a ser, esperaba algo peor—Expresó el chico tras haber pasado varios minutos en silencio.

—¿Trágico en que sentido?

Kazumi cambió su posición, pasando de estar mirando al frente a estar boca arriba. Así podía observarlo mejor. Al sentir el cambio, Kenma bajó su cabeza con exactamente el mismo objetivo.

—No lo sé, algo como lo que sucede en las películas de gente millonaria que acaba saliendo con alguien común. Quizás alguno de tus parientes gritandome por no ser digno de estar contigo, o algún plato volando mientras se peleaban entre familiares por alguna herencia. Algo de ese estilo.

lover of mine | kozume kenma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora