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—¡Haru!—Exclamó el castaño saliendo de la cafetería con prisa tras ver a Kazumi

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—¡Haru!—Exclamó el castaño saliendo de la cafetería con prisa tras ver a Kazumi.

No había pasado algo en especial, pero entre las distintas actividades y exámenes eran muy pocas las veces que se cruzaban. Así que momentos como estos eran como encontrar agua en el desierto para Nase.

—Hey ¿Cómo estás?—Saludó ella mientras se acomodaba en la vereda para que hubiera lugar para ambos.

—Sinceramente agotado, estoy seguro que con cada examen perdí un año de vida—Expresó, y las ojeras debajo de sus ojos verificaban sus palabras.

La rubia dejó salir una risa ante la exageración de su amigo, aunque coincidían en el sentimiento.

—¿Y tú? Con plena sinceridad ¿Cómo estás?

Ella se quedó en silencio un momento, recapitulando en segundos los últimos meses. Una sonrisa de la que no tomó consciencia se dibujó en su rostro.

—Bien, bastante mejor—Tomó un sorbo de su café antes de seguir hablando—Mis notas mejoraron, nos fue bien en los torneos y pude ponerme al día con un libro que tenía pendiente hace rato.

—¿Y con Kozume?

—Bien, creo que podría estar pas-... ¿Por qué la pregunta?—Cuestionó rápido ella al darse cuenta de lo que estaba diciendo.

La había tomado completamente desprevenida, y aunque ello le sorprendía, su mayor asombro se debía a que no esperaba tal cuestionamiento de parte del castaño.

Él, por su parte, por más que quisiera saber se le hizo imposible poder seguir con el tema. Quería pretender que no le molestaba y así seguir con su plan, pero seguía siendo un humano con sentimientos y en ese momento su corazón no quería sufrir.

De todas maneras ya sabía la respuesta a lo que le gustaría preguntarle.

—Por nada, olvidalo—Tomó un sorbo de su té, tragandose sus propias emociones, y prosiguió—pero si en algún momento se animan a hacer algo me cuentas. Te dejo porque tengo que hacer algo antes de clases, luego hablamos.

Kazumi asintió y se despidió, quedándose sola con sus pensamientos.

¿Creo que podría estar pasando algo? ¿En qué estoy pensando? Tiró su ya vacío café y frenó unos segundos sus pasos ¿Y si sí? ¿Lo estaré imaginando?

—¡Hey! ¡Kazumi!

No le hizo falta darse vuelta para reconocer al dueño de esa voz, sabía que Kuro y el chico en el que andaba pensando estaban a pasos de ella.

Había bajado la guardia y sus emociones estaban saliendo a flote, no las podía controlar por mucho más tiempo. Así que decidió hacer lo más maduro que una adolescente con miedo y vergüenza haría en estas situaciones: Pretender no haber oído nada y entrar rápidamente a la escuela.

lover of mine | kozume kenma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora