Quatre

465 26 25
                                    

Iba mirando el paisaje por la ventanilla del auto hasta que sentí la mano de Michael en mi muslo y giré para mirarlo.

- Tranquila amor - dijo con una sonrisa sin despegar la vista del camino.

- Es que...

- Ya lo sé. Estás nerviosa. Pero no tenes porque. Mi familia te adora.

- No solo traes una novia, Bonito. ¡Traes a tu prometida! - mi voz sonó se elevó un par de decibelios.

El entrenador se desvió de la carretera para estacionarse a un costado de la misma y me enfrentó con todo su cuerpo. Apretó el botón para soltar mi cinturón de seguridad y me tironeó para hacerme sentar sobre sus piernas.

- Quiero que me escuches bien. Estoy enamorado de vos. Veo el mundo a todo color, siento una alegría inmensa y también un poder infinito. Con vos me siento muy bien y eufórico, poderoso, vital, enérgico, con unas ganas de vivir como nunca he tenido. Al enamorarme de vos me descubrí a mi mismo como especial, como una persona valiosa, merezco tener el mejor tipo de amor, de ser admirado y respetado. Mis seres queridos me hicieron notar el buen y grandioso cambio que había hecho a fines del año pasado. ¿Y a quién había conocido en esa fecha?

Sonreí y sentí su mano en mi mejilla  limpiando las lágrimas que no sabía que se me estaban escurriendo al escuchar sus palabras.

- Todas esas cosas y muchísimas más lo siento a tu lado, Lía. Sos mi compañera de vida. La que elegí con la que voy a compartir el resto de mis días. Y nada ni nadie va a cambiar todo lo que sentimos. Mi corazón te pertenece. Te amo como nunca imaginé que lo podría hacer. 

- Ay amor - susurré emocionada - Me has dejado sin palabras. 

- Estaba inspirado - dijo y reímos.

- Nosotros somos muy felices porque sabemos manejar los conflictos, cuándo perdonar, ceder y dar nuevas oportunidades. Estamos unidos para hacerle frente a todo. Miramos siempre para el mismo lado y confiamos el uno en el otro. Nos cuidamos mutuamente y nos respetamos. Pero sobre todo, estoy completamente segura de que nuestro amor va a durar toda la vida porque trabajamos en equipo. Sos el amor de mi vida, Bonito. No sabía que se podía amar tanto hasta que te conocí. Y mi amor por vos crece cada vez más.

- No importa el que dirán los de afuera. Vos y yo, contra el mundo.

- Contra el mundo.

Asentí y acorté la poca distancia que había entre nosotros para tironear suavemente su labio inferior. Deposité un beso en su cuello y sentí un apretón sobre mi cintura.

- Si seguimos así no llegamos a la casa, mi amor.

- Ya... - mordisqueé su cachete y traté de salir de arriba de él pero no alejó sus manos de mi cuerpo y me besó lentamente.

- Te amo - dijimos al mismo tiempo y sonreímos embobados.

Me levanté de su falda para acomodarme otra vez en el asiento de copiloto y me coloqué el cinturón de seguridad.

- Gracias - lo miré mientras arrancaba el auto - Siempre tenes las palabras justas.

- De nada, hermosa. 

Nuevamente puso el motor en marcha y continuamos camino al hogar de los Italiano. El GPS indicaba que estábamos a poco menos de 15 minutos de la misma.

 - ¿Sabías que el primer día que estuvimos en tu casa tu hermano me sometió a un cuestionario completo? Sabe hasta que tipo de sangre soy.

- Con razón habían desaparecido por más de una hora. Él me dijo que habían ido a comprar las cosas para la cena.

No me sueltes - Capítulos perdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora