Six

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"Amor, ¿queda lugar en tu valija?"

Fruncí el ceño al leer el mensaje de Michael y miré el bolso que estaba acomodado dentro del placard de la habitación del hotel donde nos estábamos hospedando en Ámsterdam.

"No mucho, tendría que ordenar un par de cosas y fijarme cuanto queda. ¿Por?"

Su respuesta llegó a los pocos segundos y me dejó aún más con la intriga.

"Ya vas a saber"

Dejé el celular sobre la mesa de luz y me asomé a la ventana para admirar la hermosa vista que nos regalaba el lugar. Era la primera vez que estábamos acá y todos en el ambiente de la categoría estábamos bastantes emocionados. Aún había quedado la adrenalina de la carrera suspendida de Spa y este fin de semana sabíamos que los pilotos iban a salir con todo.

Giré mi cuerpo cuando escuché el pitido del lector de la tarjeta de la puerta y sonreí al ver a mi novio aparecer por ella. Pero mi gesto duró solo unos segundos ya que miré sin entender a Michael.

- ¿Pero que carajos...?

- Fui de compras, Bonita - su felicidad se hizo presente junto a unas cinco bolsas de supermercado.

- ¿Dejaste algo en el local?

- No. Traje todo lo que tenían en stock.

- AMOR - abrí los ojos como platos.

Mi australiano favorito dejó su compra sobre el escritorio y varios paquetes de stroopwafel se esparcieron sobre la madera.

- ¿Y mi chico fit dónde quedó? - cuestioné divertida.

- Yo sé que después me vas a ayudar a quemar calorías - se acercó hacia donde estaba de pie con una sonrisa.

- Okeeeeeey - sentí arder mis mejillas y una carcajada escapó de su boca.

Colocó sus manos alrededor de mi cintura para apegarme a su cuerpo y aproveché para abrazarlo por su triangular espalda.

- ¿Salimos a cenar ésta noche? Así aprovechamos que tenemos un momento libre para poder recorrer la ciudad.

- Si Bonito, me gusta tu idea.

¿Hay mejor plan que recorrer un nuevo lugar con el amor de tu vida?

Bueno, creo que hay algo más que puede superar eso.

Acarició mi nariz con la suya y sonreí embobada ante este gesto. Tironée suavemente de su labio inferior al mismo tiempo que Michael suspiraba. Ladée mi cabeza para besarlo y hacer que nuestras lenguas se junten. Sus manos se colaron debajo de mi remera para regalarme caricias sobre mi espalda baja y empezó a caminar hasta que sentí que mi cuerpo chocaba con la pared.

Apenas se separó para mirarme y sus pupilas ya estaban un poco dilatadas. Mi diestra fue hasta su mejilla para dejarle caricias sobre su suave barba crecida.

- Lo mucho que te amo, Lía - su voz sonó ronca y mis hormonas se revolucionaron.

- Como yo a vos, mi amor - susurré y volví a besarlo.

Dí un pequeño salto para abrazar su cintura con mis piernas y él colocó sus manos debajo de mi trasero para sostenerme bien contra su cuerpo. Pocos minutos después sentí como mi espalda se separaba de la blanca pared para ir hasta la cama donde Michael me soltó suavemente, colocándose encima sin aplastarme.

Recorrió mi cuello con sus besos hasta llegar a mi pecho donde dejó un mordisco suave sobre mi clavícula al mismo tiempo que enredaba mis manos en su cabello. Acarició mi bajo vientre apenas descubierto con la yema de sus dedos haciendo que mi piel se erice y un gemido se escapó de mis labios.

No me sueltes - Capítulos perdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora