- Un dólar por tus pensamientos - dije mientras apoyaba mi barbilla en su hombro para observarla.
Lía sonrió y suspiró.
El ruido del choque de las olas entre ellas nos musicalizaba el ambiente mientras empezaban a aparecer los colores del atardecer brindándonos un hermoso show.
Ella pegó más su espalda contra mi pecho, a lo que la abracé más contra mí. Ambos estábamos sentados sobre la arena, contemplando el mar, aprovechando que recién llegábamos de Hungría y teníamos ésta semana libre.
Más tarde iba a preguntarle si quería que fuéramos a Londres ya que era momento de que conociera mi hogar, algo que quería hacer desde hace un tiempo. Las dos próximas carreras iban a ser en Silverstone, lo que nos quedaba cerca. Además de que en pocos días llegaba su cumpleaños. Tenía que organizar algo para su festejo.
Volví mi atención a la hermosa persona que estaba entre mis brazos ya que ella me devolvía la mirada curiosa.
- Y por los tuyos... - comentó.
- En cuanto se ordenen, sí. Pero yo pregunté primero - le saqué la lengua y rió.
- Pero que maduro sos, Italiano - dijo divertida y suspiró - Pienso en nosotros. En lo bien y en lo cómoda que me siento con vos.
- El sentimiento es mutuo - respondí sincero - Desde que te conocí. Y me gusta mucho todo esto que estamos viviendo.
Dejé suaves caricias por sobre sus muslos mientras nos mirábamos embobados.
- Déjame ser tu refugio... - susurró en su idioma.
- I'll be your shelter... - igualé su tono de voz.
Dos temas, un mismo significado para ambos.
Mordió su labio inferior y volteó su cuerpo para sentarse de costado, pasando sus piernas por sobre una de las mías.
- ¿Qué me has hecho Italiano?
Sonreí y acaricié su mejilla con mi nariz, sabía que le gustaba mucho este gesto como a mi me gustaba que delineara mi perfil con su índice. Su cuerpo tembló apenas y me alejé apenas para observarla.
- ¿Tenes frío, Bonita?
- Un poco eso y otro poco es lo que vos me generas - se giró para mirarme y nuestras bocas quedaron a pocos centímetros.
Acorté la poca distancia que había entre nosotros y la besé. Ella ladeó su cabeza y entreabrió sus labios para profundizar el beso.
- Te quiero - susurré sincero.
- Y yo te quiero a vos - respondió de igual manera.
Ambos nos quedamos un momento observándonos hasta que nuevamente Lía tiritó.
- Mejor vamos - sugerí y ella asintió.
Nos levantamos y sacudimos la arena de nuestra ropa. Tendí mi mano y ella entrelazó nuestros dedos para caminar así hasta su Alfa Romeo.
- Señorita - dije mientras le abría la puerta del lado derecho. Ya me había confiado su medio de movilidad mas temprano.
- Pero que caballero - palmeó mi trasero y reí.
- Como vos, linda - respondí y rodeé el vehículo para sentarme tras el volante.
- ¿Hacemos noche de peli?
- Compro tu idea, Bonita - le sonreí y dejé un beso sobre sus labios.
- ¿Pedimos helado? - preguntó aleteando sus pestañas.
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No me sueltes - Capítulos perdidos
Fiksi PenggemarEste libro se va a tratar de capítulos perdidos de "No me sueltes", la semblanza de Lía y Michael. Si aún no la leíste, te recomiendo que vayas para entender su historia.