VII

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Completamente posible, estaban en la camioneta de Min en dirección a la mansión de los Park, solo porque el pelirrosa y el castaño se les había ocurrido la grandiosa idea de esperar a la madrugada e ir a investigar que era lo que esa persona anónima temían que encontrarán.

-Tal vez ya no haya nada.- Comento Jeongguk girando el volante, a petición de Jimin habían ido solo los seis para no llamar la atención con más guardaespaldas, además no creía que fuera necesario.

-O tal vez sí porque pudo confiarse de que nadie iba a revisar y lo que sea que hubiera quedado entre los escombros aún sigue allí.- Opino el de cabello rosa manteniendo su compostura. -Debemos estar un paso antes de esa persona y esta es nuestra oportunidad.- Se mantuvieron en silencio, atentos a cualquier movimiento a su alrededor, se suponía que la mansión Park estaba siendo cuidada por oficiales de la policía pero en realidad no eran más que dos incompetentes en su patrulla durmiendo, eso les ayudaría a revisar los escombros sin tanta molestía.

-Lo mejor será dividirnos, todo está hecho un desastre y un gran grupo de chicos puede llamar la atención de los vecinos.- Ofreció el de cabello azabache, Namjoon. Aceptaron la propuesta, Yoongi afirmó que podía hacerse cargo de la seguridad de Hoseok y la suya, por lo tanto irían juntos, Namjoon cuidaría de Taehyung y Jeongguk de Jimin, era su trabajo como guardaespaldas.

La mansión era exageradamente grande, lo que alguna vez habían visto hermoso ahora no eran más que medias paredes algunos muebles y suciedad, un extraño sentimiento inundó las mentes de Taehyung y Jimin, aquello era lo que algún día habían llamado hogar, donde crecieron, rieron, juegaron, saltaron, lloraron, discutieron, esas paredes contaban más historias que las que sus bocas podían contar, quisieron volver el tiempo atrás y hacer algo para impedir que las cosas terminaran así, sin Soobin, sin sus padres, sus empleados de confianza que tenían familias que mantener y habían muerto por estar en el lugar equivocado, quién los hubiera atacado no había pensando más allá de su envidia y rencor, no le quedaba nada de humanidad como a la mayoría que se adentraba al mismo de la mafia.

-¿Puedo preguntarte algo?- Hablo Taehyung tocando con la yema de sus dedos las paredes quemadas.

-¿Qué es?- Namjoon estaba a su lado mirando de un lado a otro, nervioso de que fueran sorprendidos en el momento menos esperado.

-¿Hace cuánto conoces a esos chicos?- Soltó mirándolo a la cara. -Y no me mientas, sé que los conoces desde hace un tiempo porque confías en ellos y no es fácil generar eso en ti.-

-Yo... Estuve en contacto con ellos desde que entraron al negocio como águilas, tus papás y los de Jimin querían hacerlos sentir bien, cómodos a pesar de su trabajo, por lo tanto me acerque a ellos y nos hicimos buenos amigos.- Soltó un suspiro tomando la mano del castaño. -No les había dicho nada por orden de sus padres, hace años no deseaban que sus mentes de niños los llevarán a acercarse a ellos, no porque sean malas personas o se crean superiores, si no que eso representaría un riesgo, un mal movimiento y ustedes podrían morir.-

-¿Y por qué hasta ahora nos enteramos? Ya somos grandes.- Los ojos del menor brillaban con duda, no quería ser considerado un niñato, tal vez él y su mejor amigo no eran como sus padres pero podrían llegar a serlo.

-Ellos querían decirlo en el momento que tomaran el negocio... Todo esto pasó y esos planes se fueron a la mierda.- Namjoon levantó su barbilla con la mano que le quedaba libre. -Ellos no te consideran un estúpido, saben que eres capaz de todo, tú y Jimin son muy inteligentes y podrían sobrevivir sin ellos y sin mí, todos confiamos en eso, es hora de que ustedes dejen de dudar de si mismos.-

Por otro lado, Jimin y Jeongguk caminaban observando todo detalle, tal vez en ese polvo podría estar aquello que buscaba la persona anónima. El más bajo hacía preguntas que el otro contestaba brevemente, algo que le molestaba, no le gustaba el silencio y ese pelinegro se lo ponía difícil. Desde que se habían conocido, Jimin se había sentido atraído hacia Jeongguk, tal vez por su aura o belleza, no lo sabía muy bien, solo quería acercarse y saber más sobre él, pero Jeongguk solía ser muy esquivo, no respondía sus preguntas con muchas palabras, en cambio, con Taehyung solía reír y bromear... Park empezaba a sospechar que no era de su agrado.

-Mira, si te molesta estar conmigo puedes ir con Taehyung, no hay problema puedo entenderlo.- Lo confrontó parando su caminata y mirándolo a los ojos aunque fuera más bajo que ese hombre. -Estoy cansado de tu actitud, sé que no dices nada porque le tienes respeto a mis padres pero prefiero que me digas las cosas en la cara.-

-Joven Jimin, no sé a qué se refiere.- Dijo sin cambiar la expresión de su cara y eso solo causó más molestia en el pelirosa.

Soltó un quejido y empezó a caminar con pasos fuertes, hablando entre dientes sobre lo mucho que le molestaba ese pelinegro, ¿Era tan idiota o solo se hacía? Parecía un niño pequeño atrapado en el cuerpo de un sexy hombre... ¿Sexy? Ja, la rabia lo hacía pensar cosas tontas, claro que no era sexy, solo era un idiota que no hablaba mucho y se mantenía al margen de las conversaciones, un idiota con cara seria que se veía jodidamente bien y con una sonrisa jodidamente tierna, no era nada más que eso.

Sus pensamientos se detuvieron cuando algo en el suelo robo su atención, algo que daba un brillo débil con la luz de la luna. Se arrodilló para despejar la suciedad que lo cubría y poder observarlo bien

-¿Qué es eso?- Espetó Jeongguk colocándose a su lado y ayudándole, cuando lo descubrieron se dieron cuenta qué era metal con un símbolo grabado, con los restos a su alrededor y observando los escombros de la mansión sospecharon que ahí había explotado la bomba y aquello era parte de ella. -¿Puede reconocer que cuarto es este?-

-La oficina de mis padres.- Susurro Jimin sorprendido, los que los atacaron habían entrado a la mansión y colocado la bomba sobre ellos... Se habían salvado de milagro, unos segundos más dudando y estarían muertos.

¡Bam!

Un disparo se escuchó asustando a los dos chicos, de inmediato buscaron de donde había venido pero no notaron nada y tampoco les dieron mucho tiempo ya que los disparos siguieron. El pelinegro cubrió a Jimin de manera protectora con su arma en manos, atento a cualquier movimiento, estaban lejos del auto, lo único que los protegía era una pared a la mitad, tenían que decidir rápido, eran un blanco fácil.

-Vamos al patio.- Susurro el pelirosa dirigiendo su mirada a lo que se suponía que era un pasillo, si salían por allí irían directo al patio y podría ser peligroso pero tenían que salir de allí.

Jeongguk se levantó disparando a donde posiblemente estaba quién los atacaba, tomó la mano de Jimin impulsandolo para que se levantará, el pelirosa también tenía un arma en manos e hizo provecho de ella. Sin alejarse del guardia caminaron hacia el patio, allí había un pequeño cuarto donde podrían esconderse.

-No se aleje de mí.- Susurro Jeongguk girandose para disparar, habían esquivado bien las balas hasta ahora, pero eso no les aseguraba la victoria. -Entre.- Jimin hizo lo que le indicaron a pesar de los nervios, no deseaba entrar a ese pequeño cuarto, sin embargo no les quedaba de otra.

Por otra parte, los otros cuatro chicos estaban mucho más cerca del auto y aprovecharon que los disparos de Jeongguk distrayeron al atacante, corrieron mientras Yoongi y Namjoon los protegían. Una bala paso peligrosamente cerca del castaño, grave error, no podía ser el mejor pero odiaba que atacaron a sus cercanos o a él, se sentía amenazado.

Levantó su arma y disparó según la dirección que le dio el sonido, los policías que estaban frente a la mansión se habían acercado para hacer algo, pero parecían dos ratones mirando de un lado a otro y corriendo sin saber que hacer. Hoseok le quitó el seguro a las puertas del carro y subió al asiento del copiloto, Namjoon obligó a que Taehyung se subiera a los asientos traseros para el tomar el asiento del conductor, Yoongi fue el último en entrar.

-No, no, no.- Repetía el castaño intentando abrir las puertas, el auto ya estaba en movimiento. -¡Jimin! ¡No podemos dejarlo! ¡Para!- Golpeaba las sillas de adelanta totalmente fuera de si.

El de cabello azabache no dijo nada y siguió con su camino, Taehyung no podía exponerse a situaciones que alterarán sus emociones y nervios, en caso de que eso pasará el castaño entraría en una crisis nerviosa, podría lastimarse a si mismo o a quienes le rodeaban, era algo que había presentado desde niño con cualquier situación de nervios, por ello fue tratado con un psicólogo, había aprendido a controlarlo pero en casos como la muerte de sus abuelos, la de sus padres o en este, no podía y simplemente dejaba de pensar con claridad, la ansiedad, miedo, tristeza y rabia lo dominaban por completo. Gracias al psicólogo se dieron cuenta que encontraba un polo a tierra en Jimin, con solo su presencia lograba calmarlo, era como su lugar seguro, solo debía darle la mano y hablarle sobre otra cosa y las crisis de Taehyung se calmarian de a poco.

En este caso Jimin no estaba presente para ayudarlo.

Les Affaires du Park ƪKookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora