XLIX

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La vida nunca es justa, jamás, en ocasiones se presentaban hechos hermosos seguidos, demostrando que vale la pena vivir, que estábamos aquí por una razón y que las personas que hemos conocido, y las que estamos por conocer, valen la pena. Luego viene la tormenta, momentos jodidos uno tras de otro, quitándonos toda las ganas de vivir.

Él estaba seguro que Jimin estaba pasando por uno de esos momentos, por el primero para ser específico pero no era gracias la vida, al destino o a una entidad superior, era gracias a él, porque era él quien debía encargarse de su chico, de su juguete favorito y ahora, dios mío qué emoción, se sumaba su nuevo niño, el pequeño y tierno Taehyung, les dejaría el camino libre por ese momento, no sería capaz de matarlos o hacerles daño físicamente pero debía quitar a esos estúpidos del camino, lenta y dolorosamente.

De todas formas, ¿Que eran para él? Nada, no eran más que piedras en su camino, muy pequeñas que podría quitar con una patada.

Puede que Jimin y Taehyung creyeran que esos hombres hacían bien a su vida, que servían para algo, que les aportarían alguna cosa pero no era así, ellos no conocían su potencial y las capacidades que escondían, porque ese lado era solo suyo y muy pronto lo tendría. Ellos volverían a su lado y se encargaría de ese jodido mundo, volvería a ser su fiel guardián y ninguno de los dos desearía alejarse de nuevo, los demás dejarían de interrumpir en su relación y se haría cargo de lo que fue suyo desde un principio.

-Quiero que los mantengan a salvo, de Yoon, de los demás mafiosos, hasta de su propia sombra. -habló caminando de un lado a otro frente a sus subordinados. -Cuando ellos se encuentren conmigo no deben tener ni un solo rasguño o todos ustedes lo pagarán, ¿entendido?

Todo a su justo tiempo, ya deseaba reencontrarse con ellos.

・゜゜・♡・゜゜・

-Reina Roja, un gusto volver a verla. -saludo Taehyung, dándole un leve abrazo a la mujer para luego darle espacio a su amigo para que lo hiciera. Namjoon se encontraba justo tras ellos con expresión seria y aguardando a cualquier clase de peligro, había tenido su tiempo libre, era hora de volver a su trabajo, proteger con su vida a sus dos chicos.

La mujer los había llamado, diciendoles que tenía jugosas noticias sobre su nuevo negocio y ninguno de los dos dudó en salir lo más rápido posible. De una u otra forma, eran dueños de un imperio y no dejarían que este cayera por nada del mundo.

-Anhelaba verlos y hablarles sobre los excelentes frutos que ha dado el negocio. -habló la mujer, tomando asiento de manera elegante frente a los mafiosos. -Los novatos en el bajo mundo se acercaron como peces hambrientos apenas se expandió la noticia que mercancía de su calidad estaba en el mercado, y no solo ellos, lo más viejos en el negocio corrieron también a la carnada, pagarían millones por unas cuantas cajas, les aseguro que es un fenómeno nunca visto, están hambrientos de ustedes, del clan Park y Kim. He impedido que la noticia de su estancia aquí se propague porque se volverían locos de ver a empresarios de su talla.

-Me alegra que el negocio esté dando lo esperado, Reina Roja. -habló Jimin cruzando una pierna sobre la otra. -No esperaba mucho menos de una mujer como usted, al parecer tiene gran experiencia en este negocio como para no producir su propia mercancía, ¿no es así?

-Nunca he querido involucrarme en el mercado, la competencia es alta. -tomó de su copa de vino, a pesar de lo temprano que era. -No deseo entrar allí y ser atacada por miles de tigres, prefiero mantenerme al margen, observando lo que sucede y asociandome con las personas correctas, creo que es más analitico y seguro para mí, obtengo lo que deseo sin preocuparme de más. Soy como una inversora, para explicarlo de alguna manera, y lo prefiero de esa manera.

Les Affaires du Park ƪKookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora