II

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No sabían por cuánto tiempo habían estado corriendo, sus piernas dolían y sus pies ardían, el miedo había llegado luego de que la adrenalina despareció. Aún no encontraban una salida y eso les ponía los pelos de punta, estaban en un túnel de no gran tamaño y a oscuras, eso no era para nada un buen lugar.

-Miren.- Señaló Taehyung, sus ojos se habían acostumbrado a la oscuridad y ciertas cosas podían apreciarlas, como la puerta que estaba a unos pasos frente a ellos. -Es la única salida.-

-No sabemos que hay al otro lado.- Opino el menor.

-Pues del otro extremo hay balas y una muerte segura, puede ser mejor que eso.- Jimin se adelantó y entró, por suerte, la puerta no estaba asegurada. Del otro lado se encontraron con un cuarto oscuro y sin mucho en su interior, lo que llamó la atención de todos fue la escalera en la pared y la abertura en el techo. -Bingo.-

-Voy yo primero, cuida a Soobin.- Dijo Taehyung, no perdió el tiempo y subió rápidamente, de nuevo la puerta no tenía cerrojo, antes de salir preparo su arma para no ser sorprendidos. Subió pero no había nadie que pudiera atacarlos, era algún tipo de oficina, no como la de su casa, se notaba algo más fría y misteriosa. Ayudó a los dos chicos a subir y recorrieron el lugar con duda.

Lo que pasaba por sus mentes era que el o la dueña de todo eso seguramente conocía a sus padres y posiblemente ya estaba muerto o muerta, no había nada que les demostrará señales de vida y no se sentían del todo seguros para pasar la puerta que tenían al frente. Por lo menos estaban en un lugar calmado para llamar a sus padres y que fueran a ayudarlos.

-Detenganse.- Una voz tras ellos los asustó, giraron con sus armas en manos y el menor tras ellos. En el umbral de la puerta se encontraban tres jóvenes, todos muy bien vestidos con trajes elegantes, todos tenían armas y se denotaba confusión en sus rostros cubierta con enojo. El pelinegro, quién les hablo, era el más alto aunque se veía algo más joven que los otros, el del medio, rubio, con una fría mirada y el de la izquierda, un pelirrojo con una expresión de enfado que los asustaba, aunque no podían demostrarlo, según lo que habían aprendido debían mantener sus emociones fuera del juego, no eran unos niños, no eran Taehyung y Jimin, eran los dueños de la mafia, personas frías a la hora de pensar, no le temían a nada.

-¿Quiénes son ustedes y cómo entraron?- Pregunto el rubio sin dejar de apuntarlos.

-Park Jimin y Kim Taehyung.- Dijo el de cabello rosa manteniendo a su hermano tras él. -Nuestra casa conectaba a este lugar, no venimos a buscar peleas o malentendidos.-

Los hombres se miraron entre sí, como si se comunicaran de esa forma, al parecer habían llegado a algún tipo de acuerdo y bajaron las armas. Ni Jimin y Taehyung hicieron lo mismo, no podían confiarse de unos completos desconocidos por más les dieran una ventaja.

-¿Qué sucedido con los señores Park?- Hablo el pelinegro, a pesar de dejar sus pistolas no se alejaban de la salida.

-Suponemos que están bien, no están en la cuidad.-

-¿Por qué vinieron? ¿Qué los llevo a utilizar el atajo?-

-Fuimos atacados en nuestra propia casa, no teníamos de otra.- Taehyung hablaba con rudeza.

-No deben preocuparse, en este lugar están seguros, pueden quedarse aquí hasta que los señores Park vuelvan.- Hablo el rubio.

-¿Quiénes son ustedes? ¿Qué nos asegura que podemos confiar?- Escupió Jimin, no podía ser tonto y dejarse expuesto.

-Somos cercanos a sus padres, por esa razón nuestras casas están unidas. No sean estúpidos y esperenlos acá, no tienen a donde más ir.-

Soobin se encargó de llamar a sus papás, estaba hecho una bola de nervios, ni siquiera puedo explicarles profundamente lo que había sucedido. La pareja de esposos estaba bien y les habían asegurado que estarían allí en poco tiempo y les explicarían todo a lo que pudieran darle respuesta.

Los desconocidos decidieron no presentarse, en cambio solo guiaron a los chicos a la sala de estar de aquella casa o mansión, prácticamente, allí se sentaron frente a ellos sin decir muchas palabras ni quiera entre sí; juntando lo sucedido con la atmósfera del lugar, los hermanos tampoco hablaron, nerviosos de romper el silencio, tomaron ese tiempo para pensar en algo que hacer y cómo afrontar lo que les estaba pasando.

Los Park llegaron una hora y media después, ansiosos de ver a sus pequeños, el ataque los había tomado por sorpresa, pero según habían escuchado en la radio y noticias, todos pensaban que la familia estaba dentro de la mansión, algo que les iba a servir por una parte.

Los menores habían observado sus celulares, por allí se habían enterado que su casa ahora solo eran escombros luego de una gran explosión causada dentro de la mansión. Había sido tan fuerte que no podían reconocer cuantos cuerpos se encontraban ahí, por ahora sospechaban que eran los empleados y todos los de la familia Park junto a su ahijado Kim Taehyung, una trágica pérdida, según los informes.

-¿Dónde está Namjoon?- Pregunto Soobin, Namjoon era su guardaespaldas de confianza, normalmente se turnaba para ir con cada uno de los chicos, ese día estaba con Jimin, sin embargo, con todo lo sucedido, lo habían perdido de vista y eso los ponía nerviosos.

-Me comunique con él.- Informo la señora Park. -Estaba fuera cuando el tiroteo empezó, imagino que fue un desastre pero logró salir vivo de allí, increíblemente, nos informó sobre todo así que se está encargando de hablar con policías para hacer la noticia de nuestra muerte más creíble.-

-¿Qué? ¿Creíble? ¿Nuestra muerte? ¿Qué es lo que está pasando?- Pregunto Jimin fuera de si, habían pasado por tantas cosas en unas solas horas y sus padres no les estaban dando respuestas solo dudas y más dudas.

-Más bien la de ustedes.- Aclaró su padre. -Es lo mejor, nos están atacando y que los consideren muertos es sacarlos del radar de muchos, por nuestra parte no podemos hacer mucho porque estábamos en una reunión y podrán ubicarnos con facilidades... Pero lo que importa es que ustedes estén bien.-

Les Affaires du Park ƪKookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora