Capítulo #3

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¡Advertencia! El siguiente capítulo contiene escenas de sexo. +18 No sucede nada si se saltan este capítulo.

Reyna

Carolina se reúne conmigo y cuando mira en dirección al rubio ella hace un gesto con la mano para que se acerque a nuestra mesa. La rubia nos presenta y yo me deleito cuando por fin escuchó su nombre.

Malek Águila.

Hablamos toda la noche. Adelantando los sucesos, él me preguntó si quería ir a su casa y obviamente dije que sí. Cuando llegamos a su departamento no me dio el tiempo para admirar el espacio puesto que cerré los ojos cuando el hombre aplastó sus labios contra los míos.

Sus labios demandaban los míos con ferocidad y yo le devolví el beso con la misma fogosidad. Me mordió el labio inferior antes de entrar su lengua en mi cavidad oral y sus movimientos me prendieron a mil, me estaba jodiendo la puta boca. Mis manos apretaban sus hombros para no caerme y sentí como mis piernas habían perdido la sensibilidad. El entumecimiento no duró mucho puesto que Malek logró que enredara mis piernas en su cintura. Me aprisiona aún más contra la puerta principal mientras sus manos aprietan mis muslos. Cuando nuestros labios se separaron, yo intenté recuperar el aliento. Sus jadeos en mi oreja mandaron corrientes eléctricas por todo mi cuerpo y el rubio se percata de eso.

—Eres increíble —su imponente voz me hace desfallecer. Muerde mi oreja y se me escapa un pequeño gemido— ¿Quieres usar el baño? —me pregunta con cautela mirándome a los ojos. Agradezco que sea tan considerado y asiento con la cabeza. Por más caliente que esté, prefiero que estemos limpios.

Todavía estoy encima de él cuando me dirige hasta su baño. El me baja y se gira para salir, pero le agarro de la camisa para llamar su atención.

—Necesitaré ayuda —le digo mordiéndome el labio.

Veo como sus ojos heterocromáticos se oscurecen y vuelve a atraerme a su firme abdomen con sus brazos. Encuentra el cierre de mi vestido y lo baja para quitarlo. Me sube al extenso lavamanos y se agacha para quitarme las botas, se levanta para quitarme el sostén y yo le quitó el cinturón para bajarle los pantalones. Mis manos suben a su camisa para desabotonar su camisa y cuando mi pecho queda libre yo sé la termino de sacar. Le abrazo por el cuello para pegar nuestros pechos desnudos y su calor me reconforta.

—Preciosa —suelta Malek antes de volver a besarme, esta vez más lento, pero sin perder su intensidad. Me quita los pantis antes de volver a subirme en su cintura para llevarme a la ducha y cuando mis pies tocan el suelo le bajó su última prenda dejando libre su miembro. Lo admiro sinvergüenza y él igual. Enciende la ducha y agarra un envase de jabón, se coloca una generosa cantidad en las manos antes de acercarse a mí y comenzar a frotar sus manos enjabonadas por mi espalda y hombros. Me limpia el cuerpo sin segundas intenciones y eso me hace soltar una carcajada. Él se ríe conmigo y yo también comienzo a limpiar su cuerpo.

Cuando el rubio se quita todo el jabón sale de la ducha a secarse y luego me agarra de la mano para que lo siga. Me pasa una toalla y él sale del baño con una toalla en su cintura. Cuando me secó por completo me cubre el cuerpo con la toalla y lo sigo. Llegamos a una habitación que reconozco como la de él puesto que el olor de Malek es más intenso. Se sentó en el borde de la cama de dos plazas y yo me posicioné delante de él para besarlo. El rubio me quita la toalla y me recuesta con él en su cama. Él también se quita la toalla y luego se posiciona arriba de mí.

Sus besos viajan de mis labios al cuello y siguen descendiendo hasta mis senos. Jadeo cuando su boca succiona uno de mis pechos mientras aprieta el otro con su mano. Me estremecí cuando su mano libre comenzó a acariciar mi clítoris.

—Ah, ¡sí! —mi intimidad comenzó a gotear suplicando por más y Malek aprovechó para penetrarme con dos de sus dedos mientras continuaba estimulando el clítoris. Su boca había pasado al otro seno y con el anterior sensible deje que mis gemidos se escucharan libremente por la habitación— ¡Oh, Malek!

—¿Te gusta, preciosa? —preguntó el rubio sin separar su boca de mi pecho.

—Me encanta —solté sincera. Estaba por correrme con sus caricias y él al darse cuenta se detuvo. Antes de que pudiera protestar, agarró un condón de su gaveta y se lo puso.

Él está erecto. Volvió a besarme y antes de que él se acomode lo aparté para quedar encima de él. Me ayudó a sentarme en su falo, pero extrañamente no sentí un final.

¿Cuánto de su longitud había entrado ya?

Subí mis caderas para intentarlo de nuevo sin éxito. Él entendió que no me atrevía a bajar por completo por lo que subió sus caderas con fuerza hasta que por fin pude sentir sus testículos chocar con mi piel. Escondí mi cabeza en su cuello y suspiré por la intromisión. Malek se quedó quieto un rato hasta que me tranquilizará y cuando comencé a mover mis caderas en círculos lo tomó como una señal para continuar. Subía y bajaba sus caderas y yo me había incorporado para seguir su ritmo.

Sentía que podría desmayarme en cualquier momento. Mi barriga se hinchaba cada vez que su miembro entraba por mi vagina y la fricción me enloqueció.

—¡Ah! —grité cuando sus manos comenzaron a tocar mis senos nuevamente— ¡Sigue así!

—¿Quieres que siga? —pregunta el rubio haciéndose el tonto— Dime que quieres, preciosa —parece que Malek disfruta verme molesta.

Vuelvo a bajar a su altura para morder su cuello y él ríe por mi acción posesiva. Me gira para terminar debajo de él y enredo mis piernas a su cintura cuando comienza a moverse más rápido y duro. Los dos estamos al límite. Le arañé su espalda cuando llegó al clímax y él logró su liberación poco después. Con los cuerpos sudorosos y todavía jadeantes por la adrenalina compartimos otro beso fogoso y lleno de deseo. Lo hicimos unas dos veces más después de eso.

Cuando me levanté a la mañana siguiente, me fui en taxi a mi casa sin cruzar palabra con Malek. Ambos ya habíamos obtenido lo que queríamos.

Sexo sin ataduras, ni compromisos.

¿El capítulo paso muy rápido? La misma Reyna explica que solo fue sexo; por tanto, es normal que ella no explique los detalles de cómo congeniaron para pasar la noche juntos.

¡No caer en la tentación!.. de nuevo//HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora