Reyna
No siempre obtenemos lo que queremos. Yo siempre me encargué de lograr mis objetivos, sin importarme a quien tenía que aplastar.
Cuatro meses habían pasado desde que Malek y yo hicimos ese pacto.
Ahora estoy terminando de limpiar mi oficina. Después de orientarme en varias compañías y en un curso de emprendimiento por fin estoy lista para salir de la compañía.
Conseguí tres patrocinadores para la marca que estoy creando. Nombre de mi marca de ropa: Reyna. Porque mi grandeza es tanta que quiero que todo el mundo me conozca por mi nombre. El pase de moda de Tokio realmente me abrió varias puertas.
Para mi sorpresa, varios compañeros de trabajo me pidieron que me quedara en la compañía. Yo me encargaba de muchas tareas por lo que ahora todos están intentando acostumbrarse. Mi reemplazo llegó el mes pasado y ya le enseñé todo lo que tiene que saber. La nueva chica aprende rápido, pero no se le pasaron todas las tareas que yo ocupaba por completo por ser primeriza.
Llegué temprano a la empresa para que nadie me viera salir. No me gustan las despedidas y mucho menos si viene gente hipócrita. Ya me despedí de Ava y de otros ex-colegas que consideraba buenas personas.
—Tenía el presentimiento de que estarías aquí —giro sobre mis talones sorprendida cuando escucho la voz de Malek por los silencios pasillos—. Tú amiga me dijo que hoy te ibas por completo de la empresa así que vine a ayudar.
No digo nada. No veo a Malek desde hace cuatro meses, pero él por el contrario ha estado al pendiente de mi.
Sin decir nada más salimos del edificio con unas cajas de cartón en donde guardo mis cosas. Cuando dejamos todo en la parte trasera de mi carro el rubio me sujeta de la mano.
—No busco presionarte. Pero creí que necesitarías compañía hoy.
Mi labios se ensanchan con una sonrisa. Desde esta mañana me he estado sintiendo melancólica como si fuera una viejita viendo sus fotos de juventud.
—Me siento abrumada, de hecho —le confirmé sus sospechas.
—Estás por pasar un nuevo capítulo de tu vida. Es normal.
—¿Eres diseñador o terapeuta? —le preguntó en broma mientras juego con sus dedos.
—Para ti, ambas.
Nos quedamos hablando un rato más hasta que el sol comienza a salir y los autos comienzan a ocupar el estacionamiento. Malek al notar esto me pregunto rápido si quiero salir con él a una cita y aceptó sin pensarlo mucho. Él sonríe y me besa la mejilla antes de dirigirse a su auto para salir del estacionamiento. Yo también me subo a mi auto e intento controlar mi corazón antes de encender el vehículo.
[...]
Un mes después.
Malek y yo estamos frente a la casa de los padres del rubio.
Empezamos a salir hace una semana y cuando se lo contamos a nuestros padres ellos dijeron que querían hacer una reunión para cerebral.
─¿Crees que vamos a ser pocas personas? ─le pregunté a Malek mientras miraba los autos estacionados por la mansión.
─¿Conoces a tus padres? ─me devuelve la pregunta─ Por mi parte, estoy seguro de que mi mamá invitó hasta a los vecinos de la otra cuadra.
Me río nerviosa. Mi hombre tiene un punto válido.
─Si es por iniciar una reunión, ¿me preguntó qué harían si anunciamos un compromiso? ─comenté en broma─. Probablemente contraten un zoológico.
─Mis padres contratarían a varios grupos de música para crear un concierto privado.
─Shh. No nos vayan a escuchar y les des ideas ─le comentó mientras nos acercamos a la puerta. Los dos nos reímos por nuestras ocurrencias y yo me deleité con su risa.
En cuanto Malek abre la puerta, el confeti es lanzado a nuestras cabezas seguido de una ronda de aplausos y abrazos.
─Que se besen ─dice una de mis tías y los demás la siguen gritando:
─¡Beso! ¡Beso! ¡Beso!
Debido a la presión en grupo me acerco a Malek para abrazarlo. Levantó la cabeza y me encuentro con sus hermosos ojos. Él se agacha un poco y sujeta mi cuello con una de sus manos para acercarme a sus labios y juntarlos.
Ignoro por completo el ruido que inunda la estancia en cuanto nos besamos y me concentro en mi novio. Por este hombre caería una y mil besas ante la tentación.
Cuando nos separamos aproveche el ruido del lugar para soltar unas palabras cerca de su oreja.
─Te amo ─le confieso por primera vez y Malek cambia de posición para ahora ser él el que tiene sus labios cerca de mi oreja.
─Te amo, preciosa ─susurra de igual manera y me acomodo mejor en su pecho disfrutando del momento.
Fin
Hola, gracias por leer. Lamentamos no publicar historias con frecuencia y/o que esta en particular sea muy corta, pero esperamos que la hayan disfrutado. Pasen por nuestra cuenta para más contenido: @casrealomg
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¡No caer en la tentación!.. de nuevo//Hot
RomanceReyna y Malek tuvieron una noche de pasión sin compromiso, pero se vuelven a reencontrar en el trabajo como colegas. Ahora tendrán que dejar sus vidas íntimas a un lado para que no interfieran con el trabajo, ¿podrán resistirse ante la atracción mut...