Malek
Esperaba encontrarme con Reyna de nuevo ese día, por eso no me importó mucho saber que Lona también asistiría a esa bendita fiesta en la piscina. Desde que llegué al evento, la pelinegra había estado pegada a mi como un chicle. Sin embargo, yo me la pase todo el rato mirándola a ella.
Reyna Mayor.
Toda una diosa.
Se veía muy caliente en ese traje de baño. Me dijeron que se le soltó la parte de arriba en un momento de la fiesta y no sé qué me molestaba más; las personas que vieron su espalda desnuda (aparentemente ella se cubrió los senos), o el hecho de que yo no estuviese presente. La deseaba.
Quería follarla de nuevo, pero Reyna parecía reacia a la idea desde que nos enteramos de que éramos colegas en el trabajo y que estaríamos compitiendo por el puesto de diseñador para el pase de moda en Tokio.
Un puesto que pensaba ganar.
No pude acercarme mucho a la castaña y al final se fue temprano de la fiesta en la piscina. Realmente me estaba evitando. Me gusta que sea tan profesional en el trabajo; hace 5 años yo estaba siempre de fiesta en fiesta y follaba con muchas chicas, pero la adultez me chocó cuando llegue a los 30. Mis amigos cercanos incluso notaron que siempre era demasiado serio y que me enfocaba demasiado en el trabajo. No me molesta. Me gusta la persona en la que me he convertido.
Los días pasan bastante rápidos cuando tienes una fecha límite, un día cuando llegué a la empresa me percaté de que todos estaban actuando distantes conmigo, incluso las chicas que normalmente se me acercaban en el día. No le doy mucha importancia y continuó en mi trabajo. No vine a esta compañía a socializar de todas formas. Cuando se acerca la hora del almuerzo voy guardando mis cosas, especialmente mis diseños de moda digitales, para ir a la cafetería de la empresa. Pienso en todo lo que me queda por hacer en el día. Todavía tengo que elegir las telas para la colección de San Valentín, terminar de acomodar los números para el presupuesto del pase de modas de Tokio y...
—¡SORPRESA! —se escuchan gritos de felicitaciones en cuanto entro a la cafetería y me sorprendo cuando lo primero que divisó es la muchedumbre de empleados amontonados en la estancia y una pancarta que dice "¡Feliz Cumpleaños, Malek!".
Ah.
Si es verdad que hoy era mi cumpleaños. Por eso había tantos regalos en mi escritorio... pensé que eran chocolates de San Valentín por adelantado. Siempre recibo un montón ese día.
Las personas hablan una encima de la otra y apenas logro entender a algunos:
—¡Felicidades!
—Se está volviendo viejo, señor Águila.
—La edad le sienta como anillo al dedo. Se pone más ardiente cada día.
—¡Feliz cumpleaños!
Sonrió a mis colegas y entró a la estancia. No me gustan las sorpresas, pero tampoco puedo arruinar el ambiente. Mi almuerzo termina siendo ocupado por snacks y un pedazo de bizcocho.
Esta gente solo quería comer dulces y tener una excusa para romper la dieta.
No tengo pruebas, pero tampoco dudas.
No vi a Reyna en toda la tarde y termino preguntándole a una de las secretarías de su área.
—La señorita Mayor estuvo encerrada todo el día en su oficina —me dice la secretaria con las mejillas sonrojadas— Cuando la señorita se mete de lleno en sus diseños es mejor no molestarla. Tal vez incluso no escuchó todo el ruido del almuerzo porque tenía los audífonos puestos.
Asiento con el cabeza agradecido la ayuda de la chica y observo por un momento la puerta de la oficina de la castaña. Será mejor no interrumpirla. Vuelvo a mi trabajo y logro irme a casa temprano. Después de cenar, me aseo para pasar a mi estudio a terminar unos trabajos que tengo pendientes.
Cuando estoy editando unos bocetos mi celular vibra. Miro la pantalla y el nombre "Reyna" capta mi atención. Dejo mis cosas a un lado y agarro mi celular para ver el mensaje completo.
Reyna😻
"Buenas noches, señor Águila:
Me enteré de que hoy es tu cumpleaños. Es algo tarde, pero ¡feliz cumpleaños!
[Ver foto adjunta]"
Enviado a las 9:00 PMEnvió una foto adjunta con el mensaje, pero se ve borrosa por lo que la descargo. Cuando veo la imagen puedo sentir como mi falo dentro de mi ropa interior empieza a incomodarme.
Era una foto de Reyna. No se le veía la cara, pero sé que es ella. Llevaba un conjunto de lencería roja que estaba deseoso de arrancar y sus labios pintados de rojo me daban ganas de morderlos.
Es una diosa.
Y esta vez tengo las pruebas que disipan las dudas.
Por fin sabemos lo que piensa Malek. ¿Quieren más capítulos así?
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¡No caer en la tentación!.. de nuevo//Hot
RomanceReyna y Malek tuvieron una noche de pasión sin compromiso, pero se vuelven a reencontrar en el trabajo como colegas. Ahora tendrán que dejar sus vidas íntimas a un lado para que no interfieran con el trabajo, ¿podrán resistirse ante la atracción mut...