30.

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Si tuvieran que preguntarle a Liam los cinco peores y más aburridos días de su vida, respondería sin dudar los que estuvo internado en el hospital.

Solo le daban dos horarios de visita, a la mañana y a la tarde, y solo dos horas.

La comida era asquerosa y eso que él no tenía problema alguno en comer cualquier cosa. Pero solo le daban sopa, sin sabor, sin sal, sin nada. Ya que no podía ingerir nada sólido y eso lo frustraba.

Su madre se quedaba a cuidarlo durante las noches y su única hora feliz era cuando Zayn lo visitaba.

Y estaba justo en su hora feliz ya que la puerta acababa de abrirse y el moreno estaba adentrándose en la habitación. Y sin poder evitarlo sonrió feliz, porque desde la tarde anterior que no lo veía y aunque sonara malditamente exagerado, le daba igual.

— Hola, bebé. — saludó el menor mientras se sentaba en la silla a un lado de la cama.

— Hola, mí amor. ¿Como estás?

— estoy bien, ¿Y tú? ¿Como te sientes hoy?

— estoy bien, vida mía. — respondió sentandose, la herida dolía pero ya era soportable.

— vi a tu mamá afuera, dijo que podrían darte el alta hoy.

Sonrió y apoyó su cabeza sobre la almohada.
— espero poder irme de aquí hoy, no quiero pasar mi cumpleaños número veintitrés internado en un hospital. — dijo por el día de mañana que era veintinueve.

— de cualquier manera, no la pasarás solo si estas aquí aún mañana. Yo estaré aquí y tu familia también. — dijo ladeando la cabeza, mirando los labios del castaño. Liam se había dado cuenta que Zayn siempre fijaba su vista en sus labios.

— lo sé, mí amor. — respondió suspirando. — pero si puedo estar en casa, sería mejor.

— si, creo que tienes razón. Además aquí no puedo estar todo el día contigo.

— eso es lo que más me abruma.

La puerta se abrió y Karen se adentró en la misma sonriéndole a ambos menores.

— ¿Estás listo para volver a casa? — musitó mientras ondeaba la orden en su mano.

Liam alzó ambas manos hacia arriba mientras reía y Zayn se levantó aplaudía efusivamente.

— ¡Más qué listo! — chilló el ojimiel.

— ¡Bien! ¡Genial, ya no tendrás que estar aquí, Li! ¡Nos vamos a casa! — secundó el moreno mientras caminaba de aquí a allá.

— claro que si, mí amor. — dijo felizmente mientras observaba con amor al menor.

— un enfermero te traerá una silla de ruedas ahora. No debes hacer fuerza, así que por ahora tendrás que utilizarla. — explicó su madre.

— ¿Como haré para subir a mí cuarto?

— tu papá te cargará, cielo. — sonrió la mujer. — está afuera en este momento, él te ayudará a subir al auto y luego bajar.

— no me gusta la idea. — hizo una mueca.

— Liam, no te comportes como un niño ahora, tu papá tiene que ayudarte porque te puedes lastimar al hacer fuerza, tú herida podría abrirse.

Bufó pero asintió resignado. En ese momento, fue el enfermero quien entró con lo antes dicho, junto con el doctor Styles, quien había sido el encargado de su bienestar durante su estadía allí.

Con ayuda de su madre y del chico se levantó de la cama y se sentó en la silla mientras Zayn recogía sus pertenencias y ponía la correa del bolso sobre su hombro.

¿puedo abrazarte?. (ZIAM MAYNE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora