33.

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Karen había decidido subir para servirles la cena a los menores.
Había escuchado algo lejana la "discusión" de su hijo con su pareja y quiso intervenir; pero rápidamente fue retenida por su esposo, el cual simplemente le dijo que no debían meterse. Pues era asunto únicamente de Zayn y Liam.

Se tranquilizó cuando el silencio volvió a reinar la planta alta y lo mejor que pudo hacer fue preparar la cena para todos.

Una vez que estuvo frente a la puerta de la habitación de su retoño; junto a su esposo quién llevaba las bandejas, abrió la misma y con lo que se encontraron era una imagen demasiado poco creíble; conociendo la situación del moreno, quien estaba siendo abrazado por su hijo, mientras ambos estaban dormidos.

— Geoff... — murmuró la ojiazul observando a su esposo, el cual estaba sonriendo en dirección a los menores.

— dejemos que descansen, querida. Se los ve muy comodos, ¿No lo crees?

— Zayn... Zayn está dejando que Liam lo abrace. — musitó aún sin poder creer lo que sus ojos veían.

— no interrumpamos su importante momento, en cuanto quieran cenar, se despertarán. Vamos, amor.

Geoff le hizo una seña a su mujer en dirección a la puerta pero antes de eso, Karen rápidamente sacó su teléfono del bolsillo y les sacó una foto; el mayor de los Payne salió del dormitorio ahogando una risa ante las ocurrencias de su pareja y bajó a la planta baja.

Fue seguido por su esposa minutos después y le enarcó una ceja mirándola esperando una respuesta por la parte contraria pero en cambio, la rubia se cruzó de brazos a la defensiva.

— ¿Que? — cuestionó la rubia.

El mayor rió y negó.
— ¿Te parece correcto estar sacándole fotos a tu hijo y a su novio a cada movimiento que hagan?

— oye, ¿Acaso no te pareció hermoso el verlos allí dormiditos, abrazándose? — quejó indignada. — esto es un gran avance por parte de Zayn, además, a Trisha también le pareció hermoso.

— ¿Le enviaste la foto a Trisha?

— pero por supuesto que lo hice. — extendió sus brazos mirándolo con una mueca incrédula. — ay, Geoff, no te metas conmigo ¿Si? Porque dormirás en el sillón. Te lo advierto, Payne. — espetó señalándole con su índice.

Payne levantó las manos en modo de paz y se alejó de la rubia antes de que el paño que tomó le cayera en la cabeza.

— ¡Eres única en tu especie, mí amor!

— ¡Y así me amas, tonto!

(...)

Los movimientos inquietos fueron los que hicieron que los ojos mieles se abrieran; levantó la cabeza un poco, observando el panorama y se encontró con sus brazos aún rodeando el delgado cuerpecito contrario.
No quiso moverse para no asustar al menor.

— ¿Amor? — susurró lo más bajo posible. — ¿Estás despierto?

— Si. — respondió el moreno sin moverse. — acabo de despertar.

— ¿Estás bien? ¿No estás incómodo?

— No, no lo estoy. Estoy comodo, Li.

Sonrió queriendo besar el cuello del azabache, pero creyó que eso sería cruzar los limites, por lo que solo lo abrazó un poquito más fuerte.

— Liam.

— ¿Si, vida mía?

— ¿No vas a terminar conmigo, verdad?

¿puedo abrazarte?. (ZIAM MAYNE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora