57.

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No se dieron cuenta de que el tiempo paso tan rápido hasta que el timbre sonó y el reloj marcó las dos y veinte.

Eso quería decir que Josh había llegado.

— Iré a abrirle a Josh, ya vuelvo, precioso. — Dijo Liam antes de besar el dorso de la mano calientita del menor y pararse después.

— ¡No golpees a Joshie por ser novio de Ross, Liam! — regañó el moreno una vez que el castaño estuvo por cerrar la puerta.

Bufó pero no respondió nada aquello y bajó hasta la entrada, una vez que estuvo frente a la misma, la abrió y se encontró con el castaño quien se mostró nervioso ante la sería mirada del más alto.

— ¡Liam! ¿Que hay, hermano? Que hermoso día nos tocó hoy, ¿Cierto? Un hermoso día donde los vecinos están fuera de sus casas, cortando el césped y también los niños juegan sobre la cera, digo, hay muchos testigos potenciales que podrían delatarte si intentas cometer algún homicidio. — acusó con su dedo índice.

Sin poder evitarlo, resopló una risa.
— Ya cállate y entra, idiota. — pidió negando.

Suspiró profundamente y luego asintió, dando los pasos necesarios hasta que sintió la puerta cerrarse.

— Escucha, solo voy a decirte una simple e importante cosa, Josh. — habló Payne cruzándose de brazos. — espero que no dañes a mí primo, porque es lo mejor que pudo haberte pasado en la vida. No la cagues.

Asintió y sonrió ampliamente al recordar al hermoso rizado que había robado su corazón.
— Amo a Ross. — espetó fijando sus orbes cafés sobre los mieles. — en verdad lo amo, él es todo lo que siempre he querido, jamás haría algo para dañarlo. Después de haber amado a Shawn por años, nunca imaginé que podría sentir lo mismo por otra persona; pero entonces Ross me demostró que eso era posible y que sin quererlo, lo llegué a amar más de lo que alguna vez lo hice con Mendes, ¿Entiendes? Me enamoré de él.

Buscó algún gesto que demostrase falsedad, pero no encontró ninguno, solo unas mejillas sonrojadas, ojos brillosos y la felicidad que irradiaba el contrario; entonces asintió, convencido.
— Entonces no me queda más nada para decir que no sea: bienvenido a la familia, Josh.

— Muchas gracias, Liam. — soltó una risa irónica. — Y gracias también por esa golpiza que me diste, si no lo hubieras hecho, jamás hubiese conocido a Ross.

Acompaño la risa del castaño.
— Pues, de nada. Ahora, vamos arriba, mí bebé no tiene permitido salir de la cama.

— ¿Es verdad que tiene un bicho en la panza? — cuestionó frunciendo el ceño.

— Tiene una bacteria. Pero se pondrá mejor.

— Oh, de acuerdo.

Los castaños subieron las escaleras mientras Liam le contaba lo sucedido en la madrugada hasta que llegaron a la habitación y encontraron la cama vacía.

— ¿Zaynie? — habló en tono alto.

Lo que escucharon después, fue el sonido de unas arcadas provenientes del baño, preocupando a Payne quién corrió en dirección al mismo para encontrar a su bebé de rodillas frente al retrete y vomitando.

— Mí amor. — chilló apresurandose a colocarse a su lado. — Tranquilo, vida mía. — dijo sin saber que más hacer, solo atinó a darle palmaditas en la espalda del menor.

Malik se estaba alterando, más por el miedo que por otra cosa.

— ¡Josh, llama a Trisha! ¡Toma mí teléfono, rápido! — gritó, desesperandose al ver que su pareja no paraba de expulsar todo lo digerido.

¿puedo abrazarte?. (ZIAM MAYNE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora