59.

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Repasando los últimos planos que debía verificar y entregarle a su padre, se apresuró a ir a la oficina del mismo para hacer lo dicho y luego poder partir hacia la clínica.

El alta había sido otorgado más tarde de lo que se pensó. Pues antes de poder dar la autorización, Malik debía tener una pequeña sesión con la psicóloga del hospital y Liam aprovechó el día para ir al trabajo.

Agradecía el hecho de que su jefe era el padre de su mejor amigo y también amigo de su progenitor, pero ya se había tomado varios días y no le parecía correcto si quería seguir manteniendo su puesto.

Terminó con sus deberes y prontamente tomó sus cosas para poder irse, ya estaba a contrareloj y conociendo muy bien a Zayn, se enojaría mucho si él no estaba allí.

— ¿Ya te vas, Payno? — la voz del ojiazul se escuchó detrás suyo.

Asintió, acomodando su saco.
— Así es, Zaynie ya será dado de alta y debo estar ahí.

— Genial, dale mis saludos. Seguramente Harry querrá ir a visitarlo ahí, así que estaré más tarde.

— Seguramente ya habrán hablado por teléfono.

— Claro. — rió. — Bueno, yo tengo una reunión aburrida con los viejos socios del viejo, pero estaré ahí más tarde.

— Está bien, Tommo. Te veré luego entonces. — se acercó a abrazar cortamente a Tomlinson y luego salió de la empresa para subir a su auto y dirigirse al hospital.

[...]

Una vez hubo aparcado en el estacionamiento del enorme edificio, se apresuró a entrar, dirigiéndose al elevador que lo llevaría al piso en el que el moreno se encontraba. En cuanto estuvo frente a la puerta de la habitación, dió dos golpecitos escuchando la voz de su suegra dando el pase para poder adentrarse.

En cuanto cerró la puerta detrás suyo, sonrió inevitablemente al ver a su pequeño sentado sobre la cama vestido con sus prendas habituales, ya no traía puesta esa bata azul.

— Hola, vida mía. — saludó sonriente.

Malik le devolvió el gesto.
— Hola, Li. — estiró su manito para que el castaño pudiera tomarla, besando el dorso de la misma luego.

— Trish. — se acercó a la mujer y besó su mejilla.

— ¿Cómo estás, hijo? ¿Todo bien en el trabajo?

— Todo correcto. ¿Ya te dieron el alta, amor mío? — cuestionó.

Ladeó la cabeza observando hacia la puerta.
— El doctor tiene que venir para darme unas recetas, podré irme luego de eso.

— Eso es genial, mí amor.

— ¿Sabes? Papá dijo que me traerá dos regalos cuando llegue del trabajo. — contó observando feliz a su pareja.

Liam iba a contestar aquello cuando la puerta se abrió y el doctor llegó. Después de entregarle las recetas y de haberle dado consejos para recuperarse más pronto de lo normal y recomendarle reposo por tres días más, por fin le dió el alta y marcharon a casa de los Malik.

[...]

— Ve a recostarte, cariño. Yo te prepararé un té negro y tostadas.

Juntó sus manitos y vió a su madre con una mueca disconforme.
— ¿Puedo comer con mermelada y queso?

Odiaba negarle algo a su bebé, pero no podía romper con la dieta que le habían dado.
— Lo siento, mí amor. Pero no puedes comer esas cosas ahora. Ahora que Liam está aquí contigo, saldré a comprar más tarde y traeré todo light para ti.

¿puedo abrazarte?. (ZIAM MAYNE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora